James Rodriguez está en la puerta de salida de Real Madrid, el club de sus sueños en el que solo por momentos pudo brillar y del que se va con un sabor amargo por la oportunidad perdida.
Llegó a Madrid después de su impresionante actuación en la Copa del Mundo 2014, en la que se consagró como goleador con solo 22 años de edad. Aquellos seis goles en Brasil no hicieron más que confirmar lo que se pensaba de él: que era una estrella en ascenso.
Tras sus exitosos pasos por Porto y Monaco, Florentino Pérez pagó 80 millones de euros por él. El entrenador era Carlo Ancelotti, su benefactor. El equipo venía de ser campeón de la UEFA Champions League con Cristiano Ronaldo como figura y lo recibió con la diez y el título de la Supercopa de Europa en su primer partido.
Convirtió su primer gol muy rápido, en el duelo de la Supercopa español contra Atlético Madrid. Para septiembre ya había marcado también en la Liga y en la Champions. No tardó en adaptarse. La idea del técnico italiano lo beneficiaba y sus ganas de triunfar con esa camiseta lo impulsaron.
Fue titular durante casi toda esa primera temporada, en la que también ganó el Mundial de clubes frente a San Lorenzo. Solo se ausentó por una lesión que lo dejó dos meses fuera de la cancha. Terminó la temporada 2014/2015 con 17 goles y 18 asistencias y fue incluido en el equipo ideal de la Liga. Fueron sus mejores días en el Madrid.
Para el curso 2015/2016 ya no estaba Ancelotti. Rafael Benítez se hizo cargo de la dirección técnica y mantuvo a James entre los titulares. Sin embargo, Rafa no soportó los malos resultados y a comienzos de 2016 llegó Zinedine Zidane, el "villano" de esta historia.
Aunque al principio la afinidad se podía presuponer, dada las características de ambos como futbolistas, James nunca pudo conformar el gusto del francés. Perdió su lugar y, aunque marcó un gol en octavos de final de la Champions que Real Madrid ganó en 2016, no jugó ni un minuto de la final ante Atlético Madrid.
La situación fue similar en 2016/2017, temporada en la que el cuadro merengue ganó el tricampeonato de Europa y la Liga. El cucuteño volvió a ver la final europea desde el banco (Juan Guillermo Cuadrado fue el primer colombiano en sumar minutos en una definición) pero al menos marcó un gol en el clásico contra Barcelona.
Para recuperar confianza y continuidad de cara al Mundial de Rusia 2018, James pasó a préstamo a Bayern Munich en 2017, donde le abrió las puertas Carlo Ancelotti. Allí tuvo altibajos y decidió volver a pelear un lugar en Madrid dos años después.
Zidane se había ido y vuelto tras las experiencias fallidas de Julen Lopetegui y Santiago Solari, pero su concepción sobre James se mantenía inmutable. La 2019/2020 fue la temporada que menos partidos y minutos jugó el colombiano desde que llegó a Europa. Ganó la Liga, sí, pero fue un festejo amargo, como la mayoría de los que vivió en el Bernabéu.
James no pudo triunfar en el club de sus sueños. Las estadísticas dirán que ganó 9 títulos, pero la jerarquía de un futbolista como él pide más. Pide ser protagonista, ser figura, ser líder. Algo que buscará en Everton.