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El Barcelona enfrenta una dura negociación para ajustar los contratos con patrocinadores

BARCELONA -- El Barcelona, que trabaja a toda prisa por concretar un acuerdo con sus futbolistas para adecuar sus salarios en una situación crítica para la entidad, negocia en paralelo otra adecuación, no menos importante para el futuro inmediato de la entidad: los contratos de patrocinio.

Si el club cerró el año 2019 con la consideración de ser el que mayores ingresos por patrocinio tenía en todo el mundo rozando los 250 millones de euros anuales, la crisis sanitaria provocada por el coronavirus le ha impactado de pleno y apenas el contrato con Nike escapa de esta situación.

El Barcelona cerró en mayo de 2016 la ampliación de su relación con la multinacional norteamericana hasta 2025, un contrato récord en la historia del futbol que le suponen al club unos ingresos de 105 millones de euros fijos por temporada, ampliables hasta 155 en función de variables.

Y aunque la relación entre las dos partes no atraviesa su mejor momento desde que en verano Nike tuviera que retirar de la venta las nuevas camisetas por problemas de fabricación que provocó que el club exigiera una indemnización, el colchón que supone ese contrato por los próximos cinco años aligera en parte la preocupación general.

En octubre, en una de las últimas decisiones lideradas por la directiva de Josep Maria Bartomeu antes de su renuncia, el Barça cerró un acuerdo con Rakuten para ampliar por una temporada el contrato que unía a ambas partes desde 2017. El acuerdo inicial se establecía en 50 millones fijos, más bonus, por temporada pero la nueva entente, lograda con urgencia y afectada por la crisis del coronavirus, rebajó esas cifras en un 40 por ciento, quedando fijada hasta junio de 2022 en 30 millones de euros, de acuerdo con lo publicado por el diario La Vanguardia y cuya información no fue desmentida a ESPN por fuentes del club.

Lo que no se alcanzó a concretar fue una ampliación con otros de los patrocinadores principales del club, principalmente con la empresa turca de electrodomésticos Beko, cuyo logo aparece en la manga y en la ropa de entrenamiento del primer equipo, cuyo contrato acaba en junio de 2021 y cuyos ejecutivos se mostraron dispuestos a negociar... a la baja. Si en febrero de 2018 Bartomeu presentó un acuerdo que le significaba al club un ingreso anual de 19 millones de euros hasta 2021, esta cifra se entiende desde la multinacional fuera de mercado en la situación actual de pandemia, con lo que las conversaciones entre las dos partes no llegaron a buen fin y quedaron pendientes de que sea la nueva directiva resultante de las próximas elecciones la que deba negociar un nuevo acuerdo.

Por una temporada más se extiende la relación entre el club y la empresa catalana Damm, que también en 2018 firmó una extensión de contrato hasta 2022, convirtiéndose en patrocinador global por 7 millones de euros por temporada, mientras que el patrocinio de Cupra, que en 2019 sustituyó a Audi, se prolonga hasta 2024 con un pago anual cercano a los 5 millones.

El Barça entiende la dificultad existente para aumentar los sponsors en la actual situación de pandemia y se centra en adecuar los contratos que tiene en vigor, habiendo negociado en los últimos meses posibles renovaciones a la baja para asegurar su permanencia, algo que solamente la nueva directiva podrá concretar.