El Barça vive en la cornisa pero sigue sumando de tres en tres y cuenta todos sus partidos de Liga de este 2021 por victorias. Ya son seis consecutivas en una racha de once jornadas sin perder (nueve victorias y dos empates) que le dan forma al proyecto de Koeman. Un proyecto, siempre, mantenido sobre los hombros de su capitán. Porque es Lionel Messi el constructor, conductor y líder absoluto de un equipo que, en crecimiento, precisa de él. Sin discusión.
Su primer desplazamiento de la semana a Sevilla lo demostró una vez más. El entrenador propuso diversos descansos, con el capitán al frente, y acabó llamándole para que dirigiera a un Barça de dos caras, en el que Pjanic demostró estar muy lejos de lo esperado, a Riqui le faltó acompañamiento y que resucitó en cuanto Koeman retocó las cosas. Volvió sobre sus pasos y hasta tuvo suerte con los cambios...
Todo ocurrió después de ver a un equipo difícilmente reconocible. De Jong, sustituto de Araújo, jugando de central, Mingueza de lateral, Braithwaite de extremo, Pjanic de interior sin pasillos ni combinaciones, Puig, en su primera titularidad liguera, sin acompañamientos que le abrieran espacios... Mal situado y peor enlazado, al equipo le costó horrores encontrarse a si mismo hasta que apareció Messi.
"Un Barça con Messi es mejor porque es el número uno del mundo. Es importantísimo", reveló Koeman, quien reconoció haber hablado con él el sábado "y decidimos darle descanso y solo acudir a él si era necesario". Fue necesario, sí... Como es habitual. Y existió la fortuna de que primero Pedri y después Leo y Trincao fueron trascendentales en el triunfo. El portugués con su primer gol en azulgrana.
Hubo suerte... Y mala suerte también. La mala fortuna de no contar a Araújo entre los elegidos para descansar porque el uruguayo apenas si aguantó doce minutos en el césped hasta lesionarse, sufrir un esguince de tobillo y marcharse cojeando para dejar su presencia dentro de nueve días ante el PSG más en el aire que nunca.
Al Barça le duele la defensa de mala manera. Lesionado Sergi Roberto, el técnico no arriesgó con Dest pero sí lo hizo con Araújo y ahora deberá esperar a conocer el alcance de su esguince, quedando muy en duda que pueda jugar la ida de los octavos de final de la Champions.