Lionel Messi es un futbolista sin club. Tan simple y tan claro. Llegado el primero de julio, expiró su contrato con el Barcelona sin que se hiciera oficial su renovación. Además, veinte años (exactamente 7 mil 504 días) después de que firmase en una servilleta de papel su primera relación con el club azulgrana. Ahora no está atado a nadie.
"Estamos haciendo todos los esfuerzos que podemos para que se quede... Hay que encajarlo en el 'fair play' financiero y aunque me gustaría decir que Leo se queda, en estos momentos no puedo porque estamos en el proceso de encontrar la mejor solución", advirtió Joan Laporta en declaraciones a Onda Cero esta misma noche, admitiendo que la solución definitiva sigue sin ser una realidad.
"Básicamente es un tema de 'fair play' financiero", solventó el presidente del Barcelona, que ha visto como todos sus deseos proclamados en los últimos meses. Incluso en las últimas semanas cuando propuso hasta tres fechas ideales para cerrar el asunto, quedaron en nada y terminó la temporada sin que se pudiera anunciar oficialmente la continuidad del crack argentino.
En el Camp Nou se mantiene el optimismo, proclamando que la mejor noticia es que el propio Leo quiere continuar de azulgrana y que la sintonía entre las dos partes, a pesar de que no se haya concretado el acuerdo, es muy buena. "Leo quiere seguir en el Barça", sentenció Laporta en un intento de calmar cualquier síntoma de preocupación en el entorno... Pero, invariablemente, llegados a este punto, esta preocupación existe, por más que en los despachos del club se mantenga la tranquilidad.
FLECOS... Y CONSECUENCIAS
Las conversaciones entre los ejecutivos del Barcelona, bajo el liderazgo del presidente, de su vicepresidente económico Eduard Romeu y con la colaboración del director de fútbol Mateu Alemany, y los asesores de Leo Messi, a las órdenes de su padre Jorge, han ido progresando en las últimas semanas y acercando todas las posturas.
El Barcelona está necesitado de rebajar ostensiblemente su masa salarial y ahí se debe encajar tanto el nuevo salario del capitán como el tratamiento fiscal que tendrá su contrato, que siendo de dos temporadas como jugador del primer equipo, se prolongará más allá en el tiempo para diferir la remuneración que deba recibir.
A partir de aquí... ¿Cuál es la situación de Messi? ¿Cuál es el papel del Barcelona respecto a él? Siendo algo que no se contempla, la ley propiamente dicha permite pensar que Leo podría de manera inmediata firmar un contrato con el club que quisiera, ya fuera el PSG o cualquier otro.
El Barcelona, por su parte, no puede utilizar la imagen de Messi, por ejemplo, en la publicidad de sus nuevas camisetas ni tampoco firmar contratos con patrocinadores utilizando su figura, una circunstancia que confía en solucionar con la máxima urgencia, conocedor del impacto que tiene el astro argentino en todas las negociaciones con empresas que quieran asociarse con el club azulgrana.
Pero hay otra opción, que nadie quiere imaginar pero está en el escenario: Si Leo se lesionase durante la Copa América sin haber firmado contrato, estaría sin cobertura médica del Barcelona que, por otra parte, no recibiría ningún tipo de compensación desde la FIFA por sus días de baja.