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Xavi asegura que el Barcelona no merecía perder: "El gol del Betis llegó cuando mejor estábamos"

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Barcelona cayó ante Betis y está afuera de las copas (2:02)

El conjunto de Xavi perdió 1-0 en el Camp Nou por el gol de Juanmi y se aleja de la pelea. (2:02)

BARCELONA -- Xavi Hernández no dejó de repetir que la derrota del Barcelona frente al Real Betis fue "injusta", lamentó la "mala suerte" de su equipo y aseveró que, vista la segunda parte, el resultado debió ser otro. Xavi mantiene un discurso positivo y aunque admitió que el Barça está en una situación límite y en la que cada partido "es trascendental", no se deja llevar por el pesimismo. No va con él.

"Es una pena porque no hemos merecido perder. La suerte que tuvimos en Villarreal es la que no hemos tenido hoy. No podemos permitir un gol como el que hemos encajado pero es una pena haber perdido porque merecimos ganar”, sentenció el entrenador azulgrana, que se permitió bromear, "ahora dirán que se me ha acabado la flor", pero en ningún caso dio pie a permitir ningún tipo de fatalismo alrededor de su Barça.

Del "esto es lo que hay" que se enganchó a Ronald Koeman como discurso apesadumbrado se ha pasado a uno diametralmente distinto y en el que ni la derrota hace variar al técnico.

"Yo creo que el público se irá orgulloso del equipo. Hemos hecho una muy buena segunda parte y el gol del Betis ha llegado cuando mejor estábamos”, solventó, convencido de sus palabras y dando por hecho que no habla por hablar. "Tal como dije que en Villarreal tuvimos suerte, lo veo así. Soy honesto".

"Teníamos sometido al Betis y en el futbol, hoy en día, avanzarse en el marcador puede marcar la diferencia... Y cuando los teníamos nos han marcado el gol en una jugada que no podemos permitir, que habíamos ensayado... A veces hay que saber hacer faltas tácticas, impedir el juego del rival y no hemos sabido en ese momento determinado”, resumió. "Me molesta mucho ese gol porque no puede ocurrirnos una jugada así".

Pero aunque el Barça empieza a descolgarse peligrosamente de la cabeza de la clasificación, viendo cómo la cuarta plaza se va casi a diez puntos y el liderato del Real Madrid más por encima, a pesar de atravesar una situación liguera que no se recordaba a estas alturas desde la temporada 2003-04 y que el miércoles se jugará su pase a los octavos de final de la Champions ante un Bayern Munich que se sospecha aún mucho más peligroso que el Betis, Xavi mantiene el pulso firme.

"Le he dicho a los jugadores que esto es futbol y que estoy orgulloso de ellos. Se han dejado la piel y si alguien merecía ganar el partido ese era el Barça”, repitió antes de avisar que a Munich se irá sin temores de ningún tipo, aún sabiendo a qué se enfrentan. "El miércoles se tendrá que competir como animales en Munich porque nos jugamos el pase a los octavos de final... Pero dependemos de nosotros mismos”, aclaró.

"Es fácil. Si ganamos estamos en octavos... Y si no aún tiene que ganar el Benfica" resumió, aclarando que su planteamiento será el de siempre: "Iremos con todo, a ser protagonistas, a ser el Barça de la segunda parte de hoy y a ver hasta donde se alcanza”, proclamó... preguntando, jocosamente, si en el pasado el Barça había ganado alguna vez al Bayern a domicilio.

Para algunos daría la sensación que Xavi vive en una burbuja ajeno a la realidad y para otros pareciera que el entrenador sabe que estando su equipo en una situación límite no habría nada peor que ahondar en la herida y repetir aquello del "esto es lo que hay"... Que, no debe olvidarse, patentó por primera vez Gerard Piqué tras perder en el Wanda Metropolitano.

Lo cierto es que, hoy por hoy, Xavi prefiere proclamar que el vaso está medio lleno y que se está a tiempo de todo. Menos de recuperar a Ansu para Múnich porque "no soy partidario de arriesgar", el técnico es capaz de elogiar sin reservas a Ousmane Dembélé, "marca las diferencias”, y defender a Philippe Coutinho, "ha empezado muy bien”, antes de señalar a nadie ni a nada.

Falta por ver si ese discurso, ese ánimo y ese convencimiento no desaparece y si Xavi Hernández es capaz de, algo que no se aventura fácil, resucitar a un Barça al que la falta de gol le está condenando a una depresión inverosímil.