"Mi gol favorito es el de Dimitri Payet; después,el de Kylian Mbappe y luego, Francisco Gonzalez Metilli". Marcin Olesky da su veredicto sobre los mejores goles entre los nominados al Premio Puskas 2022, otorgado por la FIFA al mejor tanto convertido por cualquier jugador en cualquier ámbito durante el transcurso del año.
Sin embargo, no solo ofrece su opinión entre amigos en un bar o redes sociales, de la misma forma que la incontable cantidad de aficionados que han votado por el ganador. Olesky analiza la competición como un colega más, al lado de Mbappé (figura del Paris Saint-Germain), el delantero del Tottenham Hotspur Richarlison y la artillera del Manchester United Alessia Russo luego de convertirse en el primer futbolista amputado de la historia en ser considerado para el galardón. Y para él, puede que Mbappé haya marcado un hat trick en la final del Mundial, pero su gol nominado es opacado por el tanto de otro francés.
"Es la decisión tomada, de definir desde esa área de la cancha, la contundencia del remate y la técnica", comenta a ESPN en una entrevista conducida con la intervención de un traductor, sobre el golazo de larga distancia suntuosamente convertido por Payet para la causa del Marsella. "Debes tener una técnica realmente óptima para marcar ese gol con tanta precisión desde esa área".
Esas mismas palabras podrían utilizarse para describir el gol que le mereció a Olesky su sitial entre tantos compañeros ilustres. El jugador de 36 años fue considerado por su sorprendente cabezazo a favor del Warta Poznan en noviembre pasado contra Stal Rzeszow, que definió plantando una de sus muletas de espaldas al arco y girando en el aire para conectar con una volea alta que no le dio oportunidad al portero de atajar.
"Cuando vi como jugaban el balón hacia mí, a la altura que estaba, pensé: 'esto podría ser algo hermoso'", comenta Olesky sobre el tanto marcado semanas después de haber disputado cinco partidos con la selección de Polonia en el Mundial de Fútbol de Amputados WAFF, celebrado en Turquía. "Así que le pateé. Lo seguía con mis ojos y cuando lo vi cruzar el arco, se sintió como magia pura".
"Durante las prácticas, la verdad es que no solemos intentar esa clase de remates a menudo. Pero, cuando empecé a jugar fútbol de amputados, siempre quise hacer algo especial".
No pasó mucho tiempo para que el gol fuese apreciado por muchas personas, que estaban de acuerdo en lo especial que fue semejante definición. Abrió los ojos del público en general hacia el fútbol de amputados: el juego con equipos de siete futbolistas en el que los competidores tienen diferentes extremidades y los jugadores de campo utilizan muletas en los antebrazos comienza a ser percibido como un deporte capaz de brindar momentos de habilidad y proezas atléticas, cuando pocos estaban conscientes de él. Menos de 24 horas después de que la diestra de Olesky disparó ese remate hacia la esquina inferior, se hizo oficialmente viral: no solo en Polonia, sino a nivel mundial.
"Me enteré al día siguiente, porque las grandes televisoras y medios deportivos comenzaron a mostrarlo", afirma. "Entonces, supe que sería algo importante en Polonia, pero no [pensé que llegaría a] todo el mundo".
- (En inglés) Premio Puskas: Los nominados al gol del año
Olesky apenas tuvo tiempo para recuperarse de sus 15 minutos de fama mundial antes de que una segunda oleada, más intensa, llegara frente a él. En enero pasado, su gol fue considerado por la FIFA como uno de los 11 mejores convertidos a nivel global en 2022, con varios seguidores de alto perfil apoyando la campaña para conseguir votos a su favor.
"Al inicio, fue una sensación extraña", afirma. "No lo creía para nada, que yo acababa de ser nominado. Pero después, empecé a procesar la información. Me acostumbré a ello. Ahora, me contenta. Me alegra pensar que me pasó esto".
Prosigue: "[El delantero del Barcelona y la selección de Polonia Robert Lewandowski] compartió el gol en sus redes sociales, aparte de la información sobre la nominación y votación. ¡Ojalá Lewy también haya votado por mí!"
Olesky, que reside en la pequeña población de Lugi, entre las ciudades de Poznan y Breslavia, no alejado de su terruño de Nowa Sol, había jugado antes como portero hasta sufrir la lesión que obligó a la amputación de su pierna izquierda por debajo de la rodilla. Laboraba como obrero de la construcción y jugaba entre los palos con clubes de las categorías inferiores del fútbol polaco, disfrutando de sus mejores días con el Korona Kozuchow de cuarta división. "Cuando jugaba a nivel regional, especialmente bajo techo, siempre era el mejor", recuerda. "Debo haber jugado 20 torneos y siempre fui votado como el mejor portero".
Sin embargo, todo cambió un día de 2010, que empezó como un sábado normal en el trabajo. Mientras esperaba que una máquina cubriera un hueco en la vía, Olesky escuchó un fuerte ruido y, antes de que se diera cuenta, estaba tirado en el suelo.
"Vi a mi alrededor, me di cuenta de que un auto había chocado y cómo corría mi tío", afirma. "Vi hacia abajo, vi mis piernas y me di cuenta de lo que había ocurrido. Lo único que pasaba por mi cabeza era que tenía que seguir vivo, ya sabes, 'no puedo morir'. Solo pensaba en eso".
"Seguía consciente cuando llegó la ambulancia. Perdí el conocimiento en camino al hospital. Me acuerdo de la máquina de rayos X y el fuerte dolor que sentía. Al inicio, no sentí dolor en absoluto, probablemente debido a la adrenalina. Y después, me desperté en el quirófano y luego de tres horas, me volví a despertar después de la operación. Miré y me di cuenta de que me habían amputado la pierna izquierda, pero estaba contento de seguir con vida, eso era lo único en lo que pensaba. Realmente, no estaba consciente de lo ocurrido, ¿sabes?"
"Mi familia ya estaba allí, así que no tuve tiempo para procesarlo. No quería que mi familia se sintiera triste cuando me vio. Así que comencé a hacer chistes sobre mi pierna. Intenté mantenerme positivo para mi familia".
Con su pareja esperando su primer hijo, y enfrentándose a su nueva vida como amputado, el deporte no podía estar más alejado de la mente de Olesky. Tardó nueve años y las ansias de patear un balón con su hijo Tomasz para empezar a escribir un nuevo capítulo de su vida deportiva.
"Siempre tuve el sueño de que, cuando tuviera un hijo, me gustaría jugar al fútbol con él", indica. "Por eso, cuando conseguí una prótesis deportiva, lo llevé a la cancha de fútbol y empezamos a jugar. Sentí que quería volver".
"Empecé a entrenar arqueros en el fútbol infantil. Después me enteré de la oportunidad de jugar fútbol de amputados con el Warta Poznan. Después de la primera sesión de entrenamientos, sabía que quería quedarme y volver a jugar al fútbol".
En aquella sesión, nadie podía imaginarse que Olesky terminaría siendo nominado para un premio que ha sido obtenido en el pasado por figuras de la talla de Cristiano Ronaldo, Neymar, Mohamed Salah y Son Heung-Min. El ganador de este año será anunciado en la gala de los Premios FIFA The Best del próximo 27 de febrero. Sin embargo, Olesky está contento de representar en el escenario mundial a un deporte que ha jugado por pocos años.
"Ser nominado por este deporte es realmente gratificante", expresa. "Estoy contento de que los hinchas verán que los chicos en muletas juegan al fútbol y hacen cosas increíbles. Además, basándome en los comentarios que puedo leer debajo del video, la mayoría de los aficionados dicen 'guao, esto es genial', 'es increíble'".
No sorprende entonces que Olesky considere que su gol contra Stal Rzeszow es el mejor convertido por él, pero también cree que no será el mejor de toda su carrera.
"Vendrá otro, mucho más hermoso", dice. "Ese viene".