Ganaron el último partido de los entrenamientos del lunes por la mañana. Claro que lo ganaron. Durante la que apenas fue su segunda práctica completa con toda la plantilla del Paris Saint-Germain, Lionel Messi formó parte del equipo ganador. Y vaya compañeros con quienes trabajó: Keylor Navas, Neymar, Ángel Di María, Julian Draxler y Kylian Mbappé. Sus oponentes, entre ellos Mauro Icardi, Marquinhos, Marco Verratti y Achraf Hakimi, no pudieron hacer nada.
El equipo de Messi no iba a perder, y el argentino ya es el Rey del Camp des Loges, complejo de entrenamiento de los parisinos. Lo más importante: finalmente, Messi vuelve a sentirse como un jugador de fútbol.
Después de romper Internet y todas las redes sociales la semana pasada con su sensacional partida del Barcelona, la vida de Messi vuelve progresivamente a recobrar cierta clase de normalidad. La locura de su llegada a la capital francesa, las escenas en el aeropuerto de Le Bourget, en el Parc des Princes e incluso a las afueras de su lujoso hotel ubicado en las cercanías de los Campos Elíseos, le han causado fuerte impresión.
Es posible que no se esperara semejante recibimiento por parte de los hinchas del PSG, lo que tiene sentido: Messi nunca había cambiado de club en toda su carrera, lo que hace de este acontecimiento el primero de su vida de este tipo.
La “Messimanía” ha sido inmensa en París, en Francia y en todo el mundo. En la tarde sabatina, el Parc des Princes explotó durante presentación del astro argentino en la previa del partido contra el Estrasburgo. El club montó todo un espectáculo, imponiéndose 4-2 luego de haber acelerado para tomar ventaja 3-0 y Messi agradeció todo con sinceridad.
A la familia Messi siempre le ha encantado París como ciudad. Su esposa Antonela había visitado la Ciudad de la Luz frecuentemente para hacer compras o asistir a la Semana de la Moda, normalmente celebrada entre finales de septiembre y principios de octubre. Juntos han llevado a Thiago, Mateo y Ciro, sus tres hijos, a Disneyland Paris en reiteradas ocasiones.
Durante la última semana, el seis veces ganador del Balón de Oro ha comenzado a descubrir a París como ciudad futbolística; y si bien le encanta la pasión y euforia, Messi también aprecia los momentos de calma.
Dentro del hotel Le Royal Monceau, donde actualmente pernocta en una suite valorada en 20.000 euros la noche, la gente le deja tranquilo.
En la noche del lunes, cuando llevó a pasear a Antonela por primera vez para disfrutar de una cena romántica a solas, acudieron a Cesar, uno de los mejores restaurantes de la urbe, y donde disfrutan cenar los jugadores del PSG y múltiples celebridades. Hicieron el corto trayecto desde la avenida Hoche hasta la avenida de Wagram, al otro lado del Arco del Triunfo. Nuevamente nadie les molestó, con la excepción de dos jóvenes hinchas a quienes obsequió con autógrafos dentro del restaurante.
Al mismo tiempo que Messi se adapta a la ciudad y sus lujos, también es hora de volver a trabajar.
En el entrenamiento dominical, Messi formó parte de unos “rondos” y después le dio una lección de humildad a Idrissa Gueye en Teqball, un deporte que combina elementos del fútbol con el tenis de mesa, y que se juega en una mesa curva.
Al día siguiente, sus nuevos compañeros (o al menos, quienes nunca habían jugado con él) pudieron echar un vistazo a los talentos de Messi durante su primera sesión formal de entrenamientos colectivos.
Incluso a pesar del bajón de nivel luego de no haber pateado un balón durante más de un mes desde la victoria de la selección argentina en la Copa América, Messi estuvo asombroso, causando grata impresión entre todos. Fue el “jugador libre” de la rutina principal del entrenamiento, lo que significa que participó con ambos equipos en los pequeños partidos. Todo le parecía fácil, pero estuvo fantástico.
En las rutinas del martes, el DT Mauricio Pochettino emparejó a Messi con Mbappé en los ejercicios de “2 contra 2”. Digamos que hicieron muy buena dupla y marcaron muchos goles. Después, ambas figuras formaron parte del equipo ganador para la rutina final de “6 contra 6”, siendo la primera vez en la que Neymar, Messi y Mbappé jugaban juntos.
Abundaron las sonrisas y risas sobre la cancha y dentro del vestuario, donde Messi se ha hecho de un sitio con mucha facilidad. Como era de esperarse, fue invitado a la fiesta por el cumpleaños 32 de Ander Herrera, celebrada el domingo en la residencia del mediocampista. Neymar, Di María, Paredes, Navas, Marquinhos, Icardi y muchos otros también hicieron acto de presencia. Messi también disfrutó del asado organizado el domingo en el complejo de prácticas tras los entrenamientos.
Existe una certeza luego de la primera semana de Messi en el PSG, a pesar de que apenas inicia su paso por el club: la llegada de “La Pulga” ya ha aumentado el nivel de esfuerzo en los entrenamientos. “Todos quieren demostrarle [a Messi] lo buenos que son. Puedes ver la diferencia hasta en los “rondos”. Ha elevado el nivel y el bullicio en el lugar también es increíble”, indicó una fuente a ESPN.
Si bien es cierto que Messi se siente contento en los entrenamientos, a la espera del anuncio de su debut oficial con el PSG (siendo lo más probable que juegue sus primeros minutos en la visita al Reims del 29 de agosto), también existe el lado mas práctico del proceso de adaptación a un nuevo equipo. El primer punto de la lista: conseguir una casa para la familia y una escuela para los niños.
La escuela española Federico García Lorca, ubicada no muy lejos de los Campos Elíseos, podría darle dentro de poco la bienvenida a Thiago, Mateo y Ciro. En lo que respecta a la vivienda, Leo desea algo parecido a la propiedad donde solía vivir en Castelldefels, con piscina y jardín amplio. Para conseguirlo, deberá buscar en las afueras inmediatas de París, específicamente en suburbios como Neuilly o Bougival (Neymar reside en el segundo), aunque podría decidir quedarse dentro de los límites de la capital francesa.
Pepe Costa, su asistente personal y encargado de cuidarle por muchos años en el Barcelona, se ha unido (tal como esperábamos) a Messi en París. Por suerte, Pepe no debería tener problemas para recibir buenos datos sobre la vida en la Ciudad de la Luz. Su hijo Álvaro es el asistente personal de Neymar.
Mientras el jugador recupera su plena forma física, una cosa está clara: Messi y su familia están en buenas manos en París.