Este lunes, Lionel Messi se sentó en su casa de Castelldefels, población playera ubicada en los suburbios de Barcelona, esperando a que se terminara de concretar su pase al Paris Saint-Germain.
El pasado jueves, se había revelado que el jugador no volvería al Barcelona: las negociaciones con el club francés se iniciaron ese mismo día, luego que el Barça anunció que "motivos económicos" evitaban formalizar el contrato por cinco años pactado entre el club y Messi. Los medios del mundo esperaban atentos su próximo paso. Las agencias internacionales de noticias enviaron camarógrafos a ubicarse a las afueras de su casa, frente a los aeropuertos de Barcelona y París, a las puertas del hospital parisino donde los nuevos fichajes del PSG suelen someterse a reconocimientos médicos y a acampar en las oficinas del club francés, ubicadas en Boulogne-Billancourt.
Este martes, la imagen finalmente se produjo. Messi, que pasó 21 años como ficha del FC Barcelona, club donde llegó cuando tenía 13 años, se dirigía al aeropuerto Barcelona-El Prat.
Pocos minutos antes, su excompañero e íntimo amigo Luis Suarez dejó la residencia tras haber pasado los dos últimos días en casa de los Messi. Posteriormente ese mismo día, el fichaje de Messi, que dejaba de ser hombre de un solo club, fue oficializado por el PSG, para firmar un pacto al menos por dos años con el equipo de la Ligue 1. Durante el transcurso del día, todos sus movimientos fueron registrados por equipos de camarógrafos en toda la capital francesa, hasta que el club finalmente divulgó un video de dron que realizaba un dramático recorrido de la tienda del equipo hasta enfocarse en Messi, quien estaba parado en el centro de la cancha del Parc des Princes.
Messi quería irse del Barça hace 12 meses. En ese momento, fuentes dijeron a ESPN que Manchester City era su destino preferido, aunque PSG también estaba en la puja. Esta vez, sin embargo, no quería irse. En una entrevista en diciembre con el periodista Jordi Evole, Messi dijo que esperaría hasta el final de la temporada 2020-21 antes de tomar una decisión sobre su futuro. Al final de la temporada, era evidente que quería quedarse.
El regreso de Joan Laporta a la presidencia del club había sido clave en el giro de las intenciones de Messi. Laporta fue presidente cuando Messi comenzó a surgir hasta consolidarse en el equipo absoluto del Barça. Fue presidente cuando se decidió la contratación de Pep Guardiola como director técnico, supervisando un periodo de dominio que incluyó el primer triplete barcelonista de 2009, liderados por Messi, Xavi Hernández y Andrés Iniesta. El carismático abogado tenía buena relación con el jugador y su padre Jorge. Poco después de la elección de Laporta en marzo pasado para asumir un segundo mandato, el directivo almorzó con Messi, quien ha explicado desde entonces que había terminado la reunión convencido de que extendería su relación con el Barcelona.
Sin embargo, con cada semana que pasaba, se hacía cada vez más clara la verdadera magnitud de los problemas financieros del Barcelona. La deuda neta del club se acercaba a los €1.200 millones, y el presidente de LaLiga Javier Tebas advertía que, de no hacer fuertes recortes, no permitiría al club blaugrana registrar el nuevo contrato de Messi. (Aún no queda claro si el Barça siquiera podrá inscribir sus nuevos fichajes veraniegos antes de iniciarse el torneo liguero, pautado para este fin de semana: es conocido por todos que las contrataciones de Memphis Depay, Sergio "Kun" Agüero, Eric Garcia y Emerson Royal fueron hechas en gran medida para mantener a Messi contento con la plantilla).
El Barcelona atribuía su incapacidad para retener a Messi a dichos problemas financieros; sin embargo, la historia va mucho más allá. Gira en torno a años de malas decisiones gerenciales y gastos dispendiosos y excesivos; una lucha de poderes entre LaLiga y sus dos clubes más grandes; diferencias con dos de las figuras más grandes de la historia reciente del Barça; un inesperado giro de trama en su momento cumbre; y apresuradas negociaciones en París, que llegaron a extenderse hasta las más altas horas de la noche.
Todos estos factores contribuyeron para hacer realidad un sueño que la sociedad Qatar Sports Investments (QSI) acariciaba desde la adquisición del PSG en 2011. Ésta es la historia de cómo uno de los jugadores más grandes de la historia del fútbol mundial se vio obligado a dejar el club de su niñez, luego de marcar la cifra récord de 672 goles en 778 partidos y alzar 35 trofeos en 16 temporadas deslumbrantes.
Con información adicional de Rob Dawson, Eduardo Fernández-Abascal, Moisés Llorens y Rodrigo Fáez
Punto de quiebre
Hace dos semanas, Messi tenía firme certeza de que firmaría un nuevo contrato con el Barcelona. No obstante, cuando volaba a París en la mañana del martes, el jugador se sentía decepcionado y traicionado por el club blaugrana. No hizo críticas durante su adiós en una rueda de prensa escenificada en la mañana del domingo; sin embargo, dio indicios de no sentirse completamente satisfecho ni convencido de que el club había hecho todo lo posible para retenerle.
De hecho, Messi ya había llegado a un principio de acuerdo para extender su contrato con el Barça. Varias fuentes informaron a ESPN en julio pasado que las partes acordaban un pacto a cinco años, con Messi aceptando un recorte salarial del 50%. Los pagos salariales se diferirían de tal forma que Messi ganaría más en el último año de su pacto que en el primero. El club confirmó el principio de acuerdo en su anuncio de la partida de Messi el pasado jueves; aunque también indicaba que las reglas de Fair Play Financiero imposibilitaban la inscripción de su contrato.
Antes de la pandemia, el límite salarial y de pases del Barça superaba los €600 millones. Varias fuentes indican que quedará en un monto cercano a los €200 millones para la venidera campaña. Laporta, en una comparecencia con los medios hecha el pasado viernes, explicó que las pérdidas del club durante el torneo anterior se aproximaban a los €500 millones, cerca de duplicar los estimados previos. El presidente culé dijo que la masa salarial del club representaba un 110% de los ingresos incluyendo el contrato de Messi; y un 95% sin Messi.
De acuerdo con las reglas de LaLiga, el límite entre salarios e ingresos debe acercarse al 70 por ciento; lo que significa que, incluso si Messi hubiese asumido un recorte más agudo o jugase gratis (algo imposible de hacer, porque LaLiga tiene un salario mínimo cercano a los €155.000 anuales), el Barça no hubiese podido inscribir su ficha sin asumir mayores medidas de austeridad.
Sin embargo, Laporta ha estado consciente de la precaria situación durante meses. Sabía bien la coyuntura financiera del club en marzo pasado, cuando los socios le llevaron nuevamente a la presidencia; sabía muy bien la situación financiera del club cuando fichó a García, el "Kun" Agüero, Emerson y a Memphis. Laporta responsabilizó a la anterior junta directiva del "naufragio", afirmando que una auditoría interna había dictaminado que el estado económico del club era "mucho peor de lo esperado"; sin embargo, no siempre actuó de esta forma al mando de un club que se enfrentaba a una nueva realidad, tras varios años de mala gestión financiera encabezada por el anterior presidente Josep María Bartomeu.
No obstante, Laporta tenía una puerta de escape frente a él.
A mediados de julio, Laporta se reunió con Tebas, presidente de LaLiga, quien le explicó en detalle los planes del circuito español de vender el 10% de sus emprendimientos comerciales al fondo de inversión CVC Capital Partners. La venta, valorada en €2.700 millones, beneficiaría en lo económico a todos los clubes españoles; asimismo, era importante destacar que le permitiría al Barça inscribir el nuevo contrato de Messi. Desde entonces, Tebas ha afirmado que los directivos barcelonistas presentes en la reunión mostraron "abundante entusiasmo" al conocer que sus probabilidades de renovar a Messi se incrementaban con la transacción.
Sin embargo, Laporta dio marcha atrás tras el anuncio oficial de LaLiga del pasado miércoles. Varias fuentes indicaron que el CEO del Barcelona Ferrán Reverter convenció a Laporta que la transacción no era cónsona con los mejores intereses del Barça, y que entregaban demasiado a CVC a cambio de la inyección de fondos: la entidad se quedaría con cerca del 10% de los ingresos de LaLiga (incluyendo derechos de televisión) por los próximos 50 años. Después que el Real Madrid emitió un comunicado criticando la operación, el Barça apoyó el criterio de la institución merengue. Laporta retrocedió, resignándose como consecuencia a dejar partir a Messi. En los días posteriores, el Madrid ha anunciado que llevará a LaLiga y a CVC a los tribunales por dicho acuerdo comercial. En la mañana del miércoles, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) catalogó la venta de "ilegal".
Asimismo, Laporta y el presidente madridista Florentino Pérez han chocado con Tebas y LaLiga por varios meses debido al tema de la Superliga. Una fuente vinculada con LaLiga afirma que no existe nada en la transacción con CVC que expresamente acabara con los planes de crear una competición europea que rompiese con los formatos establecidos por la UEFA.
El pasado miércoles, Messi volvió a Barcelona tras disfrutar de sus vacaciones en Miami, República Dominicana e Ibiza. El jugador posteriormente afirmaría que una fotografía de él en Ibiza con Neymar y otros tres jugadores del PSG había sido "una coincidencia"; mientras que varias fuentes insisten en que el jugador regresó a España con la firme intención de firmar su nuevo contrato con el Barça el pasado jueves, el mismo día en el cual su padre tenía previsto volar desde Miami. Sin embargo, Laporta ya estaba firmemente decidido que era "imposible" renovar a Messi desde el punto de vista financiero. En la conferencia de prensa del viernes, el presidente indicó que habría puesto en peligro el futuro del club de firmar la transacción con CVC, incluso si ésta ayudaba a mantener a Messi en la institución.
Varias fuentes cercanas a la negociación dijeron a ESPN que existen dudas con respecto a la versión de Laporta, específicamente sobre el momento en el que éste decidió que no era viable mantener a Messi en el Barça y sobre el momento y la forma en la que comunicó su decisión al futbolista y a su padre. Una fuente incluso llegó a sugerir que Laporta estuvo consciente de la negativa durante varias semanas, aunque seguía insistiéndole a la familia Messi que sí firmarían, en un intento de hacerles ver que hacía todo lo posible para retener al seis veces Balón de Oro. La fuente atribuyó el descontento a la imposibilidad del Barça de ofrecer un nuevo contrato a Pepe Costa, quien era oficialmente miembro del staff encargado de la adaptación y trámites de los jugadores, tras el vencimiento de su contrato en junio pasado.
La función oficial de Costa era servir de confidente de Messi dentro del vestuario culé. Es probable que Costa consiga una nueva casa en París. La misma fuente calificó a los fichajes veraniegos del Barça de "extraños" si Laporta tenía esperanzas de renovar a Messi, aunque es cierto que Messi deseaba contar con una plantilla capaz de competir en todas las competiciones, desde LaLiga hasta la Champions.
"Pregunten en el club", fue la respuesta de Jorge Messi el martes pasado cuando se le preguntó sobre algún culpable por la salida prematura de su hijo.
El pasado domingo, un día después de haber albergado una fiesta de despedida en su casa, Messi rompió su silencio en una rueda de prensa escenificada en un auditorio próximo al Camp Nou. Entre los asistentes se encontraban su familia, el primer equipo, sus excompañeros (y amigos) Xavi Hernández y Carles Puyol, entre otros. Messi habló, con lágrimas en el rostro, sobre su tristeza ante los acontecimientos que forzaron su salida.
"No sé [si el Barça hizo todo lo posible para retenerme], pero yo tengo claro que hice todo lo posible para quedarme", afirmó Messi. "Laporta dijo que no podíamos hacerlo por [reglas de] la liga. Les puedo decir que yo hice todo lo que pude, porque quería quedarme".
Las declaraciones de Messi dejaron en claro que tenía ciertas reservas con respecto a lo dicho por Laporta. Las imágenes de abrazos entre Laporta y Messi eran profusas poco después de su reelección en marzo pasado. Por el contrario, varias fuentes comentan a ESPN que Messi no quería tomarse fotos con el presidente tras la despedida del domingo, cuando posó con amigos, compañeros y excompañeros, rodeados por todos los trofeos obtenidos en el Barça. De hecho, la única imagen de ambos fue la de un frío apretón de manos durante la última partida de Messi del Camp Nou. Las fuentes confirmaron que la relación entre ambos está dañada.
Las tensiones entre Laporta y Messi crecieron en los días previos a su adiós al Barça, lo que redundó en que ambos comparecieran ante los medios por separado, en una muestra de la divergencia de caminos. En las 48 horas transcurridas desde la partida de Messi, el directivo de la institución Jaume Llopis declaró que el Barça "no hizo todo lo que pudo", destacando el comportamiento de Laporta desde que se desencadenaron los acontecimientos.
El pasado viernes se pudo ver a Laporta en un concierto del cantautor José Luis Perales, entonando la poco apropiada letra "y se marchó…" de su éxito "Un velero llamado Libertad". En la jornada del sábado, se reunió con Florentino y el presidente de la Juventus Andrea Agnelli. Laporta ha pasado la semana en Ibiza.
"Nadie puede entender que, mientras hay hinchas que lloran por la partida de Leo, Laporta disfruta de una cena con productos del mar con el presidente del Real Madrid", indicó Llopis a una emisora radial española. "Eso no da una muy buena imagen".
La queja de Llopis es que Laporta no hizo todo lo posible por retener a Messi. Considera que pudo redoblar esfuerzos, antes y después del anuncio del jueves. Por el contrario, Laporta pasó la página rápidamente; y su reunión con Florentino y Agnelli, últimos miembros que quedan en pie del proyecto Superliga, desató la ira de varios personeros del club.
Mientras tanto, los compañeros de Messi en el Barça fueron sorprendidos por todos los acontecimientos que afectaban a "La Pulga". Pasaron más de 24 horas antes de que alguno de ellos se atreviera a publicar una reacción en redes sociales. Sergio Busquets rompió el hielo, seguido poco después por el resto de la plantilla. "Nadie quería ser el primero", afirmó un jugador a ESPN.
Hubo lágrimas durante la despedida dominical de Messi, aunque también se percibía la determinación de seguir adelante sin su presencia. "Aún contamos con una gran plantilla", agregó el jugador.
Messi pone su mirada en París
La ruptura de negociaciones contractuales entre Messi y el Barcelona sorprendió a la elite del fútbol europeo. Una fuente vinculada al Manchester City afirma que el club de Guardiola quedó "enceguecido" por la situación. Sin embargo, varios ejecutivos Cityzens de alto rango se enteraron de la partida de Messi 24 horas antes del anuncio oficial. No tenían prevista la posible disponibilidad del argentino; en consecuencia, hicieron planes alternos, fichando al volante Jack Grealish por €100 millones; mientras siguen la pista del artillero del Tottenham Hotspur Harry Kane.
Otra fuente ligada al club inglés indica que se sostuvieron breves discusiones internas, caracterizadas por "cierta división de criterios" para volver a intentar hacerse con los servicios de Messi. Sin embargo, nunca estuvieron realmente metidos en la pelea, como sí fue el caso en 2020.
Messi indica que su entorno recibió varias llamadas de diversos clubes tras el anuncio del Barça. Otra fuente confirma que el Atlético de Madrid, que fichó al delantero Luis Suárez el año pasado, propuso un tentativo pacto. Los colchoneros creyeron poder fichar a Messi por €20 millones netos en el primer año de su contrato, la misma cifra que habría ganado en el Barcelona durante la venidera campaña. No obstante, entendieron rápidamente que el PSG se había consolidado firmemente como principal candidato para hacerse con su ficha.
En la jornada del jueves, mientras el Barça anunció la partida de Messi, varias fuentes indican a ESPN que Jorge Messi llamó al presidente del PSG Nasser Al-Khelaifi para conocer qué les podían ofrecer. El progenitor confirmó que su hijo salía definitivamente del Barça. Sin embargo, el club francés fue sorprendido por los acontecimientos, al igual que el City. Los parisinos tenían entendido que Messi renovaría con el club blaugrana.
Tras la llamada de Jorge, el CEO del PSG Jean-Claude Blanc y su equipo trabajaron hasta altas horas de la noche para hacer una propuesta a Messi lo más pronto posible. Sin embargo, no partieron de cero: cuando Messi anunció su intención de irse del Barça y envió el famoso burofax, el PSG conversó con su padre y comenzó a trabajar en una oferta contractual. Desde entonces, Neymar comenzó a presionar para concretar la reunión con su excompañero, declarando a ESPN en diciembre pasado que aspiraba volver muy pronto a jugar con Messi. En enero pasado, el director deportivo del PSG Leonardo confirmó que el club seguía de cerca la situación contractual de Messi, y Leonardo y Al-Khelaifi mantuvieron contactos ocasionales con el entorno de Messi durante el último año.
Por su parte, varias fuentes indicaron a ESPN que, para el mismo momento en el pasado invierno, Neymar hizo consultas con Sergio Ramos y Messi, que se encontraban cumpliendo los últimos seis meses de sus respectivos contratos, en un intento por persuadirles para jugar juntos en París. Ramos llegó al PSG proveniente del Madrid este verano; no obstante, en aquel momento todo parecía indicar que Messi no se les uniría. Por ende, el PSG estaba listo cuando la situación de Messi dio un giro drástico la semana pasada.
La Factory, complejo del PSG ubicado en Boulogne-Billancourt, en los suburbios occidentales de París, retumbaba hasta altas horas de la madrugada con la frenética actividad de su personal. El reto era simple: hacer que su propuesta fuera atractiva para Messi y viable para el club.
La UEFA dio una pausa a sus normas de Fair Play Financiero motivada por la pandemia; sin embargo, varias fuentes explican que el PSG mantiene presentes dichas regulaciones a la hora de planificar a largo plazo. Luego de haber renovado el contrato de Neymar este año y fichar a Sergio Ramos, Achraf Hakimi, Gianluigi Donnarumma y Georginio Wijnaldum, necesitaban tener la certeza de que también podían contratar a Messi.
Mientras tanto, varias fuentes agregan que el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, emir de Catar y dueño del PSG, estaba al tanto de todos los detalles. El emir ha acariciado dos sueños desde que adquirió el club galo hace 10 años: fichar a Messi o a Cristiano Ronaldo, y ganar títulos de Champions League. En previas ocasiones, el equipo parisino ha estado cerca de hacerse con los servicios del portugués, aunque siempre fallaba en sus intentos.
El hecho que el PSG no pague por su pase no significa que la contratación de Messi sea módica. El contrato de Messi incluye un bono por su firma, adicional a su salario. También se encuentra la comisión para su padre-agente y otros personeros que participaron en la transacción. (Varias fuentes indican a ESPN que algunos agentes de renombre intentaron inmiscuirse en las negociaciones). Fue un poco más difícil definir algunos de los aspectos más complicados del pacto, como lo relacionado a derechos de imagen: se ha informado que ese capítulo del contrato de Messi abarca cerca de 70 páginas, con minuciosos detalles revisados hasta la última coma por los abogados de Messi. Considerando los múltiples patrocinadores de Messi y socios comerciales del PSG, ambas partes necesitaban definir y acordar lo que el astro argentino puede y no puede hacer.
A fin de cuentas, jugador y club no requirieron de mucho tiempo para acordar los aspectos generales. A partir de allí, el equipo de asesores legales del PSG trabajó durante todo el fin de semana, mientras el club planificaba los aspectos logísticos de la llegada de Messi a París.
Neymar fue el primer jugador del PSG en hablar con Messi el pasado jueves, una vez se anunció su partida del Barça. Durante un año, el delantero brasileño le ha pedido que jugara con él en la capital francesa, deshaciéndose en elogios tanto por el club como por su ciudad sede. Incluso estuvo dispuesto a entregarle su dorsal número 10, según indican fuentes. No obstante, Messi se conformó con vestir el '30', su primer dorsal con el Barça. Neymar también hablaba por teléfono con el presidente del PSG Al-Khelaifi, presionando para concretar la operación.
El grupo de WhatsApp de jugadores del PSG no paraba, lleno de emoción mientras discutían sobre la posibilidad de jugar con Messi. Angel Di Maria, compañero de Messi en la selección argentina y que conoce a Messi desde que ambos tenían 14 años, también hacía votos a favor.
Antes del fin de semana, Messi conversó extensamente por teléfono con el DT del PSG Mauricio Pochettino, discutiendo sobre la plantilla, distintos aspectos tácticos y el probable rol de Messi sobre la cancha. Ambos se conocen porque Pochettino es oriundo de Rosario, al igual que Messi, aunque no son íntimos amigos. En la misma llamada, el exentrenador del Tottenham le recordó a Messi que fue capitán del Espanyol el mismo día del debut de Messi vistiendo la camiseta barcelonista en Montjuic… ¡en 2004!
Todo parecía indicar que el PSG se preparaba para debutar en Ligue 1 contra Troyes; sin embargo, todos pensaban y hablaban sobre Messi. El viernes, Neymar anunció a sus compañeros la llegada de Messi. Pochettino desestimó preguntas en su rueda de prensa; aunque confirmó que el club trabajaba a tal fin. Las conversaciones llegaron a un punto tan avanzado en la jornada sabatina que Al-Khelaifi y Leonardo cancelaron sus planes de viajar a Troyes para ver al equipo ganar su primer compromiso de la campaña. En vez de ello, permanecieron en Paris para concretar las negociaciones.
Ese mismo día, se le informó a los jugadores de la llegada de Messi al club.
Inicialmente, el contrato de Messi tiene vigencia por dos años y un valor de €35 millones antes de impuestos, sin incluir bonos por méritos deportivos y bonificación por su firma. El PSG esperaba llevar a Messi a París el domingo; después, esperaban su llegada el lunes. Sin embargo, varias demoras de menor importancia condujeron a su eventual arribo a la Ciudad de la Luz el pasado martes.
Varias calles de París fueron acordonadas en su totalidad para darle cierta privacidad a los Messi. No obstante, el jugador hizo una breve aparición saludando a sus nuevos hinchas desde el balcón del hotel donde se encuentra hospedado, vistiendo una camiseta con la leyenda "Ici c’est Paris" ("Aquí está París"). El PSG tenía previsto escenificar una conferencia de prensa el martes, pero decidió aplazarla hasta el miércoles ante las abundantes solicitudes de acreditación. También tenían previsto una fastuosa presentación en la Torre Eiffel; sin embargo, se descartó la idea ante los múltiples obstáculos burocráticos (permisos, logística y seguridad). Por ende, será presentado a la afición este fin de semana en el Parc des Princes previo al encuentro contra el Estrasburgo.
Pochettino diseñó un programa de acondicionamiento físico que debería permitirle a Messi jugar su primer partido con la camiseta parisina a finales de agosto, probablemente contra el Reims, antes de reportarse a la convocatoria del seleccionado argentino para la fecha FIFA de septiembre.
Previo al anuncio oficial del martes, Messi envió un mensaje a Neymar para hacerle saber que había llegado a un acuerdo con el club. Neymar estaba dispuesto a conceder a su amigo su dorsal número 10; no obstante, Messi declinó la oferta, conformándose con el número 30, el mismo con el que inició su carrera en el Barcelona a los 17 años. Pero el proceso para complacer los deseos del astro no fue sencillo: el PSG debió pedir permiso a la liga francesa, porque en ese país el dorsal ‘30’ se reserva a los porteros.
A fin de cuentas, la Ligue 1 hizo una excepción. Después de todo, no todos los días llega a tu país el mejor futbolista del mundo.