Con todo y los millones de apapachos, Messi no está enamorado del PSG.
Jugar con el PSG en el FIFA es una delicia, sobre todo si la plantilla está actualizada. Y es que con Messi, Neymar y Mbappé, seas bueno o malo, eres, sí o sí, más competitivo. Pero la realidad no es como el video juego. Las expectativas se han quedado cortas, y la pregunta es: ¿por qué?
La futbolera ecuación no da un resultado positivo, principalmente, por estas razones:
Amor Forzado
Después de 17 temporadas de romance con Barcelona, Lionel Messi cambió de relación al sentir que el amor de su vida profesional le dio la espalda, y a pesar de arrepentirse antes de firmar su separación, ya era demasiado tarde.
Hoy su corazón no combina con el club francés, y eso se nota en el terreno de juego. Desde verlo con el número 30 en la espalda, hasta salir de cambio en un partido sin estar lesionado, genera confusión y molestia.
Tres goles en Champions League son un buen gesto de su parte, pero todos sabemos que, hasta el momento, no se ha entregado a fondo en su nueva relación.
Con todo y los millones de apapachos, y la romántica ciudad de París, adornada con la majestuosa Torre Eiffel, Messi no está enamorado del PSG. Toma de la mano a su nuevo equipo porque ya se casaron pero el amor a fuerza no funciona. Nunca.
Y a este combo, réstenle los deseos de Kylian Mbappé por irse al Real Madrid, y la baja de juego de Neymar. Así menos.
Falta Capitán
A Mauricio Pochettino le toca mandar en un barco donde varios le arrebatan el timón; sobran futbolistas que se sienten capitán, y así no llegarán a buen puerto. Es cierto: mandan en liga y en su grupo de Champions pero, por momentos, su fútbol navega en aguas peligrosas, y con esa tripulación, llegar a los títulos es obligación.
Desde que empezó la temporada al frente del equipo parisino, el entrenador argentino ha sido cuestionado por su liderazgo en el vestidor, y algunos de sus jugadores públicamente muestran su molestia (como cuando Messi salió de cambió contra Lyon en la Ligue 1). Y a esa lista de quejas, súmenle la dura crítica de Antonio Cassano, ex jugador italiano del Real Madrid: “Tendrá una vida corta en el PSG, he oído hablar mal de él”, y “no hace ni un minuto de táctica aunque el equipo se lo pide. Hasta pide consejos a sus jugadores”, son frases que hacen olas para intentar tirarlo del barco.
Falta tiempo para realizar un juicio final, pero si juegas con Messi, seis veces ganador del Balón de Oro, Neymar, el futbolista que costó 222 millones de euros al PSG, y Mbappé, campeón del mundo con Francia y una de las promesas más codiciadas del fútbol moderno; es obvio que todos esperamos más de esa explosiva combinación. Pero si no se alinean los egos con los intereses del club francés, nos quedaremos con las ganas de verlos volar en la vida real, y no sólo en un video juego.