ESPN platicó con Carlos Coronel, exportero del Salzburgo, quien conoció al gigante noruego antes de ser una estrella mundial
Durante los viajes por carretera del Red Bull Salzburg fuera de casa en Austria, un grupo de jugadores pasaba el rato en la parte trasera del autobús jugando al póquer y charlando para pasar el tiempo. Mientras tanto, un joven delantero desconocido llamado Erling Haaland, recién llegado del Molde, Noruega, no pasaba mucho tiempo con sus nuevos compañeros.
Un poco más reservado, prefería estar quedarse en su asiento viendo videos de Cristiano Ronaldo. El noruego intentó aprender cómo se posicionaba el portugués en el campo y golpeaba el balón.
"Para cualquiera que vea a Haaland a diario, no sorprende el nivel que alcanzó porque trabaja duro y se cuida. Es muy profesional", dijo a ESPN Carlos Coronel, ex arquero del Salzburgo.
Con tanta obstinación, el delantero salió del anonimato y se convirtió en una estrella de talla mundial con el Manchester City, que enfrentó este miércoles al Arsenal por la Premier League.
Para llegar a la increíble marca de 48 goles en solo 42 partidos esta temporada, el noruego tuvo que trabajar duro para superar algunas de las carencias que tenía en Salzburgo.
"Al principio le costaba cabecear el balón. Vimos a un tipo tan alto (1,94 m) que no podía. Tenía mucha fuerza para rematar, pero no tenía mucha dirección. En un año, la gente ya lo reconocía. Era completamente diferente: hacía goles de cabeza, de derecha, de izquierda... Sorprendió a todos en muy poco tiempo, tuvo una gran evolución", recordó el portero.
Coronel dice que los porteros sufrieron los entrenamientos contra Haaland. La mayoría de los delanteros del Salzburgo ponían menos potencia en los tiros para no hacer daño a los arqueros con los balones, pero el noruego no tenía piedad.
"Se entrenaba para hacer goles. Cuando íbamos en el uno contra uno era un poco difícil porque daba el 100%. Si tenía poco -o ningún- ángulo pegaba muy fuerte", explicó el brasileño.
"Haaland apostó por una situación de cruces entre los atacantes: quién perdía pagaba la cena o tenía que limpiarle las botas al otro".
'Nos reíamos, pero esa era su manera'
Fuera de los campos, el noruego supo demostrar su perfil más estudioso y de pocas palabras. Durante conversaciones con Coronel mencionó algunos jugadores brasileños famosos que admiraba.
"Era muy tranquilo, a su manera y más callado. Siempre interactuaba cuando hablabas con él, pero tenía momentos más reservados y no era hablador. Había que buscar el contacto. Al final de su paso por Salzburgo, estaba más relajado".
Hasta el punto de no importarle lo que escucharía de sus compañeros cuando decidió entrar al sauna del club con zapatos.
"Nos reímos, pero así era él. Hizo algunas cosas que no entendí. Era su personalidad, no hacía eso para llamar la atención".
Lo que realmente hizo famoso a Haaland no fueron sus extravagancias, sino su olfato goleador. En 2019 irrumpió en el futbol tras marcar la increíble cantidad de nueve goles contra Honduras en un partido del Mundial Sub-20.
Haaland no tardó mucho en alcanzar niveles más altos en su carrera. Después de marcar 29 goles en 27 partidos con el Salzburgo, fue vendido al Borussia Dortmund. En dos temporadas y media en Alemania, vio puerta 85 veces en 88 partidos y se convirtió en uno de los delanteros más cotizados del mundo.
Vendido el verano pasado al Manchester City, Haaland camina hacia la cima del futbol mundial.
"Llegó a un nivel muy alto y lo ha demostrado a lo largo de los años, especialmente en el City, donde tienes un equipo que crea y te ayuda a marcar goles. Solo crecerá. Su confianza es enorme y espero que pueda ser el próximo Messi, Cristiano Ronaldo y Lewandowski. Tiene potencial y talento para eso", concluyó Coronel.