A un Liverpool inconexo y desenfocado le alcanzó este miércoles con la figura del neerlandés Virgil Van Dijk, autor del primer gol del partido y un baluarte en la defensa, y el ingreso de un revulsivo Darwin Núñez para llevarse el triunfo por 2-0 ante Sheffield United, en el marco de la jornada 15 de la Premier League.
El equipo de Jürgen Klopp no estuvo en su mejor día. Con escasa elaboración de juego en mitad de cancha, dominó el balón pero sin generar daño. El gol llegó de pelota parada, en una jugada insólita a los 37 minutos en la que Van Dijk apareció absolutamente solo en la zona del punto penal para definir con una volea de derecha un corner enviado por Trent Alexander-Arnold desde la derecha.
De las otras tres ocasiones de peligro de los Reds, una también fue desde un corner, la segunda fue la única de jugada elaborada: un mano a mano que el arquero de Sheffield, Wesley Foderingham, le ganó al uruguayo Darwin Núñez, ingresado sobre la mitad del segundo tiempo; y la tercera fue el 2-0.
Pero vayamos por partes.
A los 55 minutos, Liverpool aplicó la misma jugada preparada que le había dado el gol en la primera parte. Solamente cambió al protagonista. En lugar de Van Dijk fue el egipcio Mohamed Salah, también solo el centro del área. Esta vez, Foderingham alcanzó a sacarla, en una atajada espectacular.
A los 67 minutos, ingresó Núñez y revitalizó un poco a Liverpool. Con sus corridas, sus enganches, 'despertó' al equipo de Klopp, que volvió a atacar en serio después de un rato largo.
Eso le dio la posibilidad a Sheffield de lanzar algunas contras que le trajeron dolores de cabeza a Liverpool, aunque sin la contundencia necesaria.
Sobre el final del encuentro, el propio Núñez recuperó la pelota con una falta no sancionada sobre la derecha y entregó rápido para el húngaro Dominik Szoboszlai, que estaba solo en el área, ante un rival desacomodado por la pérdida en la salida. No desaprovechó y selló el 2-0.