Durante los próximos cinco días, el turbulento camino de Manchester City en la temporada 2016-17 sufrirá otros dos eventos sísmicos que se sumarán al ferviente sentido de dramatismo del club.
Con un triunfo sobre West Bromwich Albion el martes, City quedaría bien parado para meterse en el torneo premium de Europa. Cuanto mayor sea el margen de victoria, más suave será el aterrizaje el domingo, cuando el equipo de Pep Guardiola juegue en Watford.
El partido contra West Brom será el último partido local de la temporada, y por lo tanto les brindará a los simpatizantes la última oportunidad para mostrarle su agradecimiento a uno de sus incondicionales de todos los tiempos, Pablo Zabaleta.
Hoy en día suele suceder que en estas situaciones se exagera el mérito intrínseco al punto en el que muchos pierden de vista la realidad, pero en el caso del aguerrido internacional argentino, cada uno de los elogios que reciba es más que merecido. Zabaleta representa todo lo que es bueno en un mundo de fútbol moderno que ha perdido muchas de sus raíces ideológicas.
El hecho que Zabaleta llegara al Etihad durante las semanas previas a la adquisición del club por el jeque Mansour sólo sirve para destacar el talismán que ha sido, implacable en sus esfuerzos a un bajo costo de mantenimiento en un entorno de muy alto mantenimiento.
Su debut contra Chelsea en el Etihad en septiembre de 2008 pasó desapercibido por la prensa ya que sus esfuerzos desaparecieron bajo las sombras de la llamativa llegada de Robinho a la Premier League el mismo día. No lo notamos en su momento, pero fue muy propicio que la profesional introducción de Zabaleta fuera eclipsada por el vuelo efímero y elegante, pero temporario, de Robinho. Desde ese momento trabaja duro para que otros jugadores más talentosos puedan lucirse con su fútbol elegante.
Que la despedida de Zabaleta desate más nervios y tristeza que la salida de cualquier otro jugador en la historia moderna de City también da testimonio de su valentía, su corazón y su honestidad. Es el jugador que conquistó a la ciudad de Manchester y a Manchester City. Combinó la famosa garra argentina con la fuerza y la emoción inglesa para crear un cautivante motor de propulsión en la defensa de City.
Es un hombre dedicado a su profesión, y a muchas otras cosas. En una época de contratos multimillonarios, él se ganó hasta el último centavo de los suyos, y probablemente más.
Ya no tiene la potencia de antes, lo cual no sorprende considerando el esfuerzo inconmensurable que le ha entregado a City en su transformación de don nadie a lujoso contendiente.
Quizá el tiempo que pasó en Espanyol lo preparó para el espíritu de lucha que hace falta cuando se representa al segundo club de una ciudad. Puede que al defensor argentino de espíritu inquebrantable llegar a Manchester cuando United todavía dominaba la ciudad y su DT proclamaba con seguridad que City no sería contendiente "en su vida" hasta le haya resultado atractivo.
Esto ha ocurrido, por supuesto, y en menos tiempo de lo que el ex DT de United podría haber previsto.
Desde que Zabaleta está en el equipo, City no sólo ha superado a sus rivales locales, sino que se ha mantenido adelante. Esta temporada será la cuarta campaña consecutiva en la que City terminará arriba de United en la Premier League, algo sin precedentes desde 1972-75, cuando United hasta tuvo que descender para que City terminara arriba de ellos en la tabla. City ha logrado imponerse en Manchester en cinco de las últimas seis temporadas.
Y durante todo ese tiempo, los hinchas pudieron señalar a Zabaleta y decir "aquí está la vida y el alma de nuestro club", un jugador con garra y empuje, que nunca aflojaba estuviera vendado o sangrando.
Pero ha llegado el momento de despedirse de este indomable jugador, que siempre ha estado presente en los grandes triunfos de City durante los últimos ocho años. Siempre será una figura en el folklore del club, y quizá (con Vincent Kompany) sea el último de los hombres de un solo club que el Etihad tendrá el lujo de ver, ya que los tiempos modernos requieren piernas frescas y corazones jóvenes. La nueva guardia está reemplazando a la vieja guardia.
Al final del partido contra West Brom, el foco de la atención recaerá sobre una figura cubierta de cicatrices de guerra tras una carrera épica. A diferencia de su debut casi anónimo, 55.000 personas se pondrán de pie para aclamar a uno de los más grandes jugadores en la historia del club, y si hay algún ojo que no derrame lágrimas cuando se cierre el telón sobre los 327 partidos de Pablo Javier Zabaleta Girod en Manchester City, no será el mío.
Simon es uno de los blogueros de Manchester City para ESPN FC. Síguelo en Twitter @bifana_bifana.