BARCELONA -- “De lo único que me arrepiento es de no haberlo golpeado más fuerte”. ¿Arrepentimiento? Ninguno. Eric Cantona, el 25 de enero de 1995, se cumplen 25 años, abandonaba expulsado el campo del Crystal Palace cuando cambió sus pasos y se fue hacia el límite del graderío de Selhurst Park, agrediendo con una patada voladora a un aficionado que desde allí le increpaba.
Una imagen icónica en la historia de la Premier League y una frase, poco después, que pasó al imaginario del fútbol inglés. “Cuando las gaviotas siguen a la barca es porque piensan que las sardinas van a ser arrojadas al mar”. La expresó el crack francés para explicar su acción...
Cuando no existían las redes sociales, el fútbol no estaba, todavía, globalizado, youtube era una palabra desconocida y los resúmenes de un partido de la Premier League ocupaban apenas espacio en las televisiones extranjeras durante su información deportiva, Cantona ‘se ganó’ el derecho a convertirse en noticia de portada en todo el mundo.
Se disputaba la jornada 26 de la Premier, dividida entre el lunes 23 de enero y el sábado 28. El Blackburn Rovers, a la postre sorprendente campeón, aventajaba en tres puntos al Manchester United, que el 25, miércoles, visitaba en Londres a un Crystal Palace que peleaba por escapar de los puestos de descenso (acabaría condenado en la última jornada) y un partido entendido dramático para la clasificación acabaría por convertirse en legendario en la historia del torneo.
Fue la noche en que Cantona, tras ser expulsado, agredió con una patada de kung-fu a un aficionado que se acercó hasta el límite del campo para increparle y que, de pronto, recibió una patada voladora tan inesperada y considerada indigna de entrada como entendible y hasta aplaudida al cabo del tiempo.
Acababa de comenzar la segunda parte (0-0) en el marcador, cuando el portero del Palace, Nigel Martyn, rechazó un balón en largo que el delantero francés, ya convertido en estrella de los diablos rojos, fue a rechazar en su zona de medios pugnando con el local Richard Shaw, quien cayó al suelo tra ser golpeado por Eric. Alan Wilkie, el árbitro, no dudó en expulsarle y a partir de ahí, sin más y cuando el jugador del ManU se dirigía a los vestuarios, explotó el escándalo.
Un hincha local llamado Matthew Simons, descendió todo el graderío de Selhurst Park hasta la última fila y entre todo el griterío, de pronto, Cantona se fue hacia él, saltando en una inverosímil posición de Kung-fu con la que le agredió. El jugador fue condenado de inmediato por los medios y la opinión pública, convirtiéndose la imagen en una muestra de lo que nunca debería hacer un deportista profesional... Aunque acabó sabiéndose que aquella acción, no premeditada, tuvo un argumento.
“Vuélvete a Francia con tu p*** madre, bastardo”, le gritó, parece ser, el hincha del Palace al crack del United, quien perdió la calma y le sacudió con aquella patada hoy histórica. Cantona fue arrestado por agresión y condenado a dos semanas de prisión que acabaron por ser conmutadas en el juicio celebrado al cabo de pocos días. Un juicio en el que no mostró ningún arrepentimiento y cuyas únicas palabras fueron: “Cuando las gaviotas siguen a la barca es porque piensan que las sardinas van a ser arrojadas al mar”, dando a entender que Simons sabía a qué se exponía con sus insultos.
“Todo tiene un límite”, refirió semanas después Alex Ferguson, disculpando la acción de Eric, quien fue castigado con ocho meses de sanción (no volvió a jugar hasta octubre) y una multa de 20 mil libras esterlinas (casi 28 mil dólares) y 120 horas de servicios comunitarios.
“Fue un error, pero así es la vida y así soy yo. Hay veces que para la gente es un sueño poder patear hooligans de este tipo así que lo hice por ellos, para que se sintieran felices”, refirió, años después, Cantona en una entrevista a la BBC, confirmando que “nunca” se arrepintió del suceso y que “sin duda” volvería a actuar de la misma forma.
LA CONSECUENCIA
El ‘7’ no volvió a jugar más en la temporada y los diablos rojos de Ferguson echaron en falta su ausencia en la recta final del curso. Aquel 25 de enero, ya sin él en el campo, el United no pasó del empate (1-1) ante el Palace y la Liga acabó un apasionante 14 de mayo, en una última jornada de locos en que el Rovers se proclamó por primera y única vez campeón de la Premier. Aún perdiendo en Anfield.
Necesitaba el Manchester United, que visitaba al West Ham, ganar y que no lo hiciera el líder ante el Liverpool. Perdió el Rovers en el último minuto pero no pasó del 1-1 el equipo de Alex Ferguson en Upton Park y la hinchada del Liverpool, enemiga acérrima e histórica del United, celebró que el equipo al que había derrotado conquistase aquel título. Una semana después, en Wembley, el Everton derrotó a los diablos rojos en la final de la FA Cup, cerrando la temporada con el sabor de la decepción y maldiciendo la noche que en su estrella perdió la compostura en Selhurst Park.
Cantona reapareció el primero de octubre de 1995. En Old Trafford y, curiosamente, en un partido entre el ManU y el Liverpool. El partido acabó en empate (2-2) y King Eric marcó un gol y asistió en otro para Nicky Butt . Al acabar la temporada el Manchester United se desquitó del curso anterior y conquistó el doblete…
EL PROTAGONISTA
¿Y Simons? ¿Qué fue del otro protagonista de aquel 25 de enero? Los medios británicos no tardaron en averiguar que Matthew Simons no era precisamente un personaje ejemplar. Se descubrió su participación en manifestaciones del Partido
Nacional Británico y del Frente Nacional, ambos de extrema derecha, y que en 1992 había sido condenado por un robo con violencia contra un empleado de una gasolinera, nacido en Sri Lanka.
En 2011 fue condenado por agredir a un entrenador de la cantera del Fulham por no alinear a su hijo. Mucho antes, sin embargo, su nombre ya era popular. Concedió primero una entrevista a The Sun y años más tarde a The Guardian en las que negó las acusaciones de Cantona. “Estaba en el sitio equivocado en el momento equivocado. Iba al lavabo cuando lo vi acercarse. No es una gran excusa, lo sé, pero a veces la verdad es la más simple de las cosas. Le dije cosas, sí, pero nada de ofensas criminales ni las cosas que se han dicho… Fue todo tan trivial que ni puedo recordarlo, pero no fue nada ofensivo o grosero” sostuvo siempre Matthew Simmons, quien pasó a la historia como el hincha que recibió la patada de Cantona.
“Nada justifica de lo que me pasó desde entonces. Me acusó de cosas tremendas y arruinó mi vida”, sentenció el hincha, quien fue despedido de su empleo y rechazado por parte de su propia familia a raíz del incidente.
“De lo único que me arrepiento es de no haberlo golpeado más fuerte”, repitió una vez Cantona. Hace de ello, ya, 25 años. Y, por cierto, al cabo del tiempo existen dos estadios en los que se sigue cantando el nombre del legendario delantero francés. Uno, claro, es Old Trafford, donde su figura es eterna; el otro es The Amex, sede del Brighton, gran rival histórico del Crystal Palace y donde Erik es, por su acción contra un hincha de los Eagles, una celebridad.