Fútbol Americano
Jordi Blanco, Corresponsal en Barcelona 4y

Jaap Stam, la estrella del Manchester United condenada por Alex Ferguson

BARCELONA -- Jaap Stam fue anunciado la última semana como nuevo entrenador del FC Cincinnati de la MLS, cargo en el que relevará a su compatriota Ron Jans, quien renunció en febrero al cargo por una polémica racista, y en el que será su primera incursión en Estados Unidos.

Al holandés, de 47 años y que antes de comprometerse con el club estadounidense debutó en el banquillo con el Reading, al que estuvo cerca de ascender a la Premier antes de ser cesado, pasó brevemente por el PEC Zwolle y abandonó el puesto en el Feyenoord tras solo cuatro meses de trabajo y al cabo ser goleado por el Ajax en octubre de 2019, se le recuerda más por su trascendencia como futbolista, que desarrolló entre 1992, cuando debutó con 19 años en el PEC, y 2007, cuando se retiró en el propio Ajax y siendo considerado uno de los centrales de referencia en Europa durante más de una década.

El punto culminante de su carrera lo disfrutó Stam como parte del mejor Manchester United de Alex Ferguson, quien le fichó del PSV Eindhoven en el verano de 1998 por 17 millones de euros y durante tres temporadas le convirtió en una de las claves de aquellos diablos rojos que enlazaron tres títulos de la Premier y sumaron una Champions, un Mundial de Clubs y una FA Cup. Tres años después, sin embargo, el holandés fue vendido en un abrir y cerrar de ojos a la Lazio, en una decisión que se entendió incomprensible... Pero que atendiendo al universo de Sir Alex no lo fue tanto.

TRAICIÓN
En 2016 Ferguson publicó un libro, ‘Liderazgo’, en el que dio a conocer varias historias de su carrera y en la cual explicó “lo difícil” que para él resultó comunicar a Stam su marcha. Esta se produjo semanas después de haber firmado un nuevo contrato con el Manchester United y le dejó, advirtió el entrenador, “devastado”.

“Tenía 29 años y la Lazio nos ofreció 15 millones de libras, lo que pensé que era un trato excelente, particularmente porque sabía que podía contratar a Laurent Blanc por casi nada”, escribió Ferguson, quien aseguró que en el momento de hablar con el jugador “Me sentí terrible porque pude ver que estaba devastado. Lo cité para darle la noticia en una estación de gasolina, un lugar que probablemente no nos facilitó las cosas”, recordó el ex entrenador escocés, edulcorando una historia bastante menos feliz.

La realidad de aquel traspaso se explica en la sensación de traición que sintió Alex Ferguson al conocer en aquel agosto de 2001 la autobiografía que acababa de publicar Stam y en la que el holandés desvelaba secretos de vestuario que para el técnico eran inviolables.

El holandés reveló que su entrenador alentaba a los jugadores “a tirarse a la piscina” en partidos de competición europea, “enloquece en el vestuario cuando el equipo juega mal” y descubrió que fue contactado por el propio Ferguson para ficharle a espaldas del PSV. Igualmente, en el libro Stam no dejaba en muy buen lugar a algunos de sus compañeros, asegurando que Gary Neville siempre se estaba quejando o poniendo en duda la inteligencia de David Beckham. “Le costaría aprobar un examen de matemáticas para un niño de cinco años”, escribió.

La reacción del escocés fue inmediata. Poco importó que le considerase un líder en el campo, que elogiara sin disimulo su seguridad y contundencia en el centro de la zaga. De la noche a la mañana publicitó que estaba en el mercado y en apenas cuatro días el Manchester United cerró su traspaso a la Lazio. “Fue una bomba. Nunca he querido abandonar este club porque lo quiero y me encanta estar aquí”, atisbó a sentenciar Stam, aturdido al saber la decisión que cerraba de un plumazo su carrera en Old Trafford.

Alex Ferguson insistió ante la opinión pública que el traspaso fue por razones deportivas pero entre la plantilla del Manchester United quedó marcado aquel capítulo como la demostración que en el club, en el vestuario, nada podía hacerse sin su consentimiento y que nadie, por muy buen jugador que fuese, estaba en condiciones de hablar más de la cuenta o dejarle en evidencia.

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