Cuando James Rodríguez llevó a cabo un fútbol brillante y lideró a Colombia hacia sus primeros cuartos de final en la Copa del Mundo tenía apenas 22 años. Ahora tiene 29 y en vez de haber hecho realidad esa promesa que se visualizaba en Brasil, ha acumulado años de frustración en Real Madrid. La revelación de 2014 ha ido de decepción en decepción en el Bernabéu.
Es un problema evidente que se da con la acumulación de jugadores estelares en un puñado de clubes gigantes: simplemente no hay espacio suficiente para que todos puedan brillar. Madrid compró a James en lo más alto de su reputación, tras su triunfante actuación en la Copa del Mundo, un año después de adquirir otro mediocampista atacante zurdo. Ni James, ni Gareth Bale han podido cumplir con las expectativas.
Bale por lo general es destacado como un símbolo de una mala inversión, pero tiene en su haber unos 100 goles para Real, incluyendo uno de los mejores de toda la historia en una final de la Champions League. Y si él ha sido un fracaso, ¿dónde debemos posicionar a James?
El colombiano -que hay que aclarar que pasó un tiempo a préstamo con Bayern Munich- ha contribuido con apenas 37 goles para Los Blancos. Sumarse a Real Madrid, sin dudas, ha sido un error. Pero mientras que Bale parece estar relativamente feliz de cumplir con todo su contrato, James quiere dejar su marca. Es una pena que un traslado al otro lado de la ciudad, con Atlético Madrid, no se haya podido materializar el año pasado. Por lo que los fanáticos del fútbol, y en especial los que recuerdan con alegría Brasil 2014, van a esperar que se pueda cerrar un acuerdo con Everton durante los próximos días.
El jugador que encantó al mundo entero hace apenas seis años sigue presente. Las lesiones han sido un problema. Las mismas han limitado severamente su participación en el último Mundial, en el que sólo pudo completar un partido. Pero ese juego, una victoria por 3-0 ante Polonia, fue otra mini declaración de su habilidad para producir en las circunstancias adecuadas.
Sólo dos jugadores han marcado más goles para Colombia. Radamel Falcao encabezará la lista por un tiempo, pero James pronto ocupará el segundo lugar, y además crea tantos como los que anota. Parece intensificar su performance cuando sus compañeros confían y se recuestan en él en los momentos en los que el equipo tiene la posesión.
Nunca ha podido alcanzar ese status en Real Madrid. La competencia para ser el primero de la lista ha sido muy dura y a James le falta esa vital media yarda de ritmo para inclinar la balanza hacia su lado contra equipos que defienden. Pero si en Real Madrid no ha funcionado, quizá Everton le podría proporcionar la plataforma adecuada.
Para comenzar, tienen un entrenador que lo conoce y admira. Carlo Ancelotti trabajó con James durante su primera y mejor campaña en España, y también estuvieron juntos en Bayern Munich. El entrenador sabe qué es lo que estaría recibiendo, puede hacer sentir importante a James y su sistema 4-4-2 también podría ayudar a este jugador a mostrar su mejor forma. James puede abrir en un rol de mediocampista abierto y operar detrás de los delanteros para darles apoyo o puede jugar en un rol más profundo como lo hizo en más de una ocasión con Bayern, y llegar al área como un elemento de sorpresa.
Es más, la mera presencia de un entrenador del calibre de Ancelotti es una declaración de las ambiciones de Everton. Son un club grande, no uno gigante, pero uno que está ansioso por adentrarse en la tierra prometida de los lugares disponibles en la Champions League. Son, resumidamente, una especie de versión de Colombia en la Premier League.
Y la idea de una sociedad James-Richarlison se ve muy interesante. El brasileño es un delantero intenso – con similitudes con Falcao – que sin dudas prosperaría con el servicio que puede proporcionar Rodríguez. Los buenos equipos se construyen sobre la base de pequeñas combinaciones, y esta es una que tiene el potencial de amedrentar a las defensas rivales. Además, Richarlison sin dudas estaría más entusiasmando de quedarse en Everton si James se sumase al escuadrón.
Primero, por supuesto, se tiene que cerrar el acuerdo. Ancelotti estuvo preocupado en un momento, pensando que no iba a suceder y que James se iba a quedar en Real Madrid. Desde entonces hubo progreso en las negociaciones, lo que sin dudas es una gran noticia. James tendrá su nombre de pila en honor a James Bond, pero este no es tiempo para dejar que su carrera muera.