El fanatismo de los napolitanos es indescriptible. Para que tengan una idea, alguna vez el argentino Claudio Husaín reveló que los hinchas, cuando salieron campeones, fueron a los cementerios y pintaban en las lápidas: “No saben lo que se perdieron”.
La ciudad donde Maradona portó la bandera de los humildes respira fútbol. Por allí pasaron varios uruguayos que fueron testigos de las historias más increíbles en una zona de Italia donde el fanatismo no tiene límites.
Edinson Cavani vivió situaciones increíbles. El día de su presentación, el 3 de agosto de 2010, había 30 mil personas en el Estadio San Paolo. Media hora antes de un amistoso que jugaron contra el Wolfsburgo de Alemania, Cavani entró de celeste acompañado del presidente De Laurentiis y fue aclamado por la fervorosa multitud napolitana.
Edi se transformó en goleador histórico del club y su idolatría llegó al grado de que le compusieron canciones, vendían muñecos con su figura y hasta elaboraron una pizza llamada ‘La pizza del Matador’, rellena de mozzarella, panceta, anchoas y jamón cocido.
En esa ciudad fue justamente donde nació su apodo de Matador. En una nota con El País de Madrid, Cavani reveló: “El napolitano de por sí es un hincha muy fiel a su ciudad y a su camiseta. Es algo exagerado… te encuentras con gente que dice “te amo”, “sos todo para nosotros”, “sos nuestro sueño”.
El día que se despidió del club, Cavani compró una página en el diario Corriere dello Sport para agradecerles a los hinchas del Napoli. La página tenía una foto de su rostro lanzando besos y el mensaje: “1.000 jornadas inolvidables, 104 momentos especiales vividos con ustedes. El azul siempre en mi corazón. Gracias por tanto amor. Gracias Napoli”.
El volante Mariano Bogliacino es el segundo jugador uruguayo con más partidos con la camiseta napolitana.
En una nota con Por decir algo, de agosto de 2018, el jugador reveló: “En Nápoles se vive fútbol. Tuve anécdotas en el primer año, íbamos al súper con mi señora y cuando ganábamos nos hacían las compras, nos llevaban todo; cuando perdíamos ni nos saludaban. Son muy pasionales y la verdad cuando llegas al estadio es algo divino, no es algo que se vive en todos lados”.
Bogliacino llegó a defender al club en la C y dijo que lo sorprendente del caso es que el club llevaba 40 mil personas a los partidos.
“En la C jugábamos numerados del uno al once y tuve la suerte de que me tocara la 10. Apenas me la dieron me dijeron quién la había usado y que Diego Maradona había salido campeón, te daban una presión importante, pero por suerte nos fue bien. Maradona fue el que vino a competir desde el Sur contra el Norte, y además logró campeonatos. Para todos los napolitanos, Maradona es Dios”.
El volante uruguayo fue testigo de la rivalidad de clases y la discriminación contra los del Sur: “Un día había problemas de la basura en Nápoles, no pasaban los camiones y era basura por todos lados; llegamos a Torino a jugar ante la Juventus y en la hinchada todos tenías bolsas de basura y nos decían ‘se les cayó esto del ómnibus’. Muchas hinchadas gritan que el volcán tape de vuelta a Nápoles con la lava, se siente mucho la rivalidad”.
De su paso por el campeón de Italia, Bogliacino no duda en afirmar: “Hay un dicho que dice ‘Ver Nápoles, después morir’, y es así”.
Walter Gargano es otro futbolista uruguayo marcado por Napoli. El volante, que es el uruguayo con más partidos en el club, formó su familia justamente en territorio napolitano.
Es que allí conoció al eslovaco Marek Hamsik y, por su intermedio, a su hermana Miska, que se terminó transformando en su esposa.
“Ni ella ni yo hablábamos muy bien el italiano. Era inicios del 2008 cuando empezamos a hablar y nos ayudamos con el traductor de la computadora, así comenzamos, pero varias veces nos confundimos, te traducía de otra forma y ella me decía '¿en verdad me estás diciendo eso?'. Hoy lo recuerdo como nuestra historia de amor”, expresó Gargano a Fox Sports.
Fruto del matrimonio, el Mota tiene dos hijos que nacieron en territorio napolitano.
“Nápoles es una ciudad loca y verdaderamente caótica, pero eso la hace única. Admiro la forma en que experimentan el fútbol. Es una experiencia única para un jugador estar ahí, ya que la pasión es inmensa. Si las cosas van bien, no podés salir de tu casa y lo mismo a la inversa”, expresó el volante que actualmente juega en River Plate.