Cristiano Ronaldo estaba feliz este fin de semana tras marcar el segundo gol de su selección contra Luxemburgo y asegurarse el pase a la Euro 2020 con Portugal. Tanto así que habló tras el encuentro y no se cortó a la hora de comentar el altercado que tuvo con la Juventus la semana anterior, cuando Maurizio Sarri le cambió antes de la hora de juego en un partido que iba 0-0 contra el AC Milan.
El portugués, orgulloso como pocos jugadores en la historia del fútbol, echó balones fuera y aseguró que la culpa de esa polémica tenía sólo una raíz: la prensa. Para Ronaldo, todo se sacó de contexto, pues según aclaró el 7 de 'Vecchia Signora' su cambio estaba pactado de antemano con su entrenador debido a las molestias que venía sintiendo en las últimas tres semanas.
Claro, lo que no se paró a explicar el capitán de la 'vinotinto' europea fue el por qué de sus aspavientos cuando el cartelón del cuarto árbitro señaló que era él quien debía dejar el campo para que entrara Paulo Dybala, a la postre el autor del gol del triunfo.
Ronaldo se marchó del terreno de juego a toda prisa, no saludó a nadie, no le dio la mano a su técnico y enfiló el túnel de vestuarios directamente. Además, luego se supo que dejó el estadio dos minutos antes de que acabara el encuentro, por lo que podría haberse enfrentado a una grave sanción si le hubiera tocado hacer el control antidopaje esa noche.
Ninguna de estas acciones parecen obedecer a un plan pactado previamente con su entrenador y en vistas de proteger su físico, algo a lo que ya se había referido Sarri en rueda de prensa y confirmó el propio Cristiano.
Por si eso fuera poco, Ronaldo le echó la culpa a la prensa de crear una polémica donde no existía tal, puesto que tanto el club como el técnico sabían que él necesitaba descanso, a pesar de sus ganas de ayudar al equipo contra los rossoneri.
El portugués sí concedió en sus declaraciones el hecho de que a ningún jugador le gusta que le cambien, por lo que podría haber admitido de manera implícita que, por más que hubieran planificado que Cristiano debería dejar el terreno ante del minuto 60, tal vez el hecho de que el partido se estaba poniendo cuesta arriba y él no había conseguido lucirse fuera el motivo de su enfado final.
Eso sería hasta comprensible, lo que no se entiende es el dardo que lanzó el portugués culpando a los medios de inventar la polémica. Fue él quien se machó echando humo del campo, fue él quien se metió en los vestuarios de malos modos, y lo más grave, fue él quien salió del estadio antes del momento permitido y sin poder disfrutar de la victoria con sus compañeros.
Por lo tanto, no es de recibo intentar excusarse echando la responsabilidad hacia otro lado. La prensa reportó lo ocurrido y le cuestionó al respecto, mientras que Ronaldo no fue capaz de hablar claramente de lo que sucedió, e intentó irse de rositas culpando a terceros de sus malos gestos.
Seguro que el parón por partidos de FIFA habrá hecho amainar la tormenta en Turín, pero tras la polémica, tampoco cabe duda que los tifosi no le recibirán de la mejor manera cuando vuelva a casa para enfrentar al Atlético de Madrid en la Champions League la semana que viene.