El guardameta de Pumas relata a ESPN los sacrificios que debió hacer luego de su salida de Veracruz hasta su llegada al conjunto felino, con el que hace la pretemporada en Acapulco
ACAPULCO -- Julio González sonríe, está tranquilo y cómodo, pues el sol de Acapulco durante el trabajo de pretemporada lo hace sentir como en casa. La titularidad en la portería de Pumas lo tiene ilusionado, pero sabe que es un compromiso mayúsculo, pues tiene la experiencia de su paso por seis meses en España sin cobrar, hasta que llamó al club felino para buscar un lugar en la institución capitalina.
“Conseguí irme una tercera división en España para no estar parado. Me buscaron del Ascenso, pero no se dio. Yo literal marqué a Pumas, a Marcelo Capirossi y me dijo que le interesaba, pero no había espacio. Tres días antes del cierre de registros me llaman, me dicen que hay seis meses, ‘¿te vienes de tercer portero?’ Yo dije a qué hora tengo que estar mañana y así fue mi llegada a Pumas”, dijo Julio en charla exclusiva con ESPN.
González recordó su paso con Veracruz, equipo con el que terminó vínculo en el Clausura 2019 y que ya no existe más. “En México terminé contrato con Veracruz y no me quisieron en Ascenso o en primera en ese momento. Me quedé seis meses parado”, recordó el guardameta desde el hotel de concentración de la escuadra felina en Acapulco, puerto que lo vio nacer un 23 de abril de 1991.
Julio relató a este portal que su tiempo en España fue grato porque su esposa y su primer hijo, Julio, quien recién había nacido, lo acompañaron en la aventura, pero fue el amor a su profesión lo que lo impulsó a estar en el Viejo Continente sin recibir un ingreso económico.
“Cuando me fui a España no cobraba nada, fui a mantenerme en activo. Fui muy feliz porque recién nació Julio y me fui con mi esposa, estuvimos contentos, pero seis meses solo para estar activo. Fue amor a mi profesión, buscar una oportunidad más”, sostuvo Julio.
González, en ese entonces de 29 años, se fue al Praviano, un club de tercera división en la región de Asturias. Su llegada no fue casualidad, pues al igual que con Pumas, llamó para ofrecer sus servicios.
La situación económica sí le representó un gran reto, pues junto a su esposa y su hijo, vivieron con el dinero que ahorró durante su paso por Santos y Tampico Madero, ya que en Veracruz vivió lo mismo que el resto de jugadores y no le pagaron por un año.
“En Veracruz no cobré un año. Todo fue de lo ahorrado en Santos y Tampico", dijo sin titubear el arquero de 31 años. Aunque después de ese sacrificio realizado para seguir en activo, todo valió la pena en cuanto volvió a México para jugar con Pumas, pues aunque al inicio la oportunidad solo era por seis meses, se ganó la extensión de su vínculo con el club felino.
“En ese momento me dijeron 'te lo has ganado', en dos meses nos demostraste cualidades y fue una gran alegría para mí y mi familia porque fueron muchos años reflejados en ese momento, sobre todo en un equipo como Pumas”.
Julio González vive su primera pretemporada con Pumas en Acapulco, su casa, por lo que en la playa, el mar y el sol se siente muy cómodo. Mientras pasea por el hotel, le piden fotos y autógrafos, pues ya es un ídolo más del puerto que está triunfando en el futbol mexicano.