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Blog de Rafa Ramos: Bomba amenaza la 4T en el futbol mexicano

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Huerta: 'El problema del futbol mexicano es que la FMF no es un ente autónomo' (2:26)

Héctor Huerta explicó las razones por las que el futbol mexicano y la Selección Mexicana no pueden progresar. (2:26)

PHOENIX — La 4T, la Cuarta Transformación, llega al futbol mexicano. No sólo por la filiación política y financiera con el actual gobierno de México, sino por los movimientos desesperados para, también, pretender enderezar el rumbo.

No se ilusione. No se trata, prioritariamente, de rescatar el futbol, sino de rescatar el negocio. El fracaso en Qatar 2022 ha hecho reaccionar a los cuellos blancos, de puños grises que mangonean al futbol mexicano.

El poder no ha cambiado de nicho, como muchos bobalicones lo piensan. Ya se ha dicho, Emilio Azcárraga Jean sólo prestó su segundo juguete favorito (el primero es La Rosa de Guadalupe), la Selección Mexicana, a los escarceos de todopoderoso que ensaya, sin mucho éxito, Alejandro Irarragorri.

Hace unos días, David Faitelson filtró como primicia el advenimiento de Juan Carlos Rodríguez, La Bomba, entre sus allegados, como presidente de la FMF. Ésa había sido la idea. Hoy, parece tambalearse. Y no es que la figura de Rodríguez se haya resentido en autoridad y peso. Absolutamente.

Ocurre que este personaje, vinculado a cambios estructurales en Televisa y TUDN, e incluso en la MLS y Apple TV, entiende que sus proyectos de negocios con el futbol necesitan de libertad absoluta, y no le ha sido garantizada.

Ojo: el nuevo modelo financiero de La Bomba no implica un enriquecimiento desordenado. De hecho, no desdeña a la afición como parte activa, ni tampoco relega al futbol como tal. Su proyecto pretende generar ingresos con el Mundial 2026 en la mente, pero, además, sobrevivir fortalecidos a ese certamen.

Es decir, circulará mayor cantidad de dinero, pero, ya será la habilidad, la honestidad y la inteligencia de los equipos para que ese flujo y ese reencuentro con la afición sean bien aprovechados.

Juan Carlos Rodríguez ha sido la palanca rescatista en tres momentos para la empresa Televisa y para la Liga MX. La primera, cuando en la deserción de la Conmebol para la Copa América Centenario, hizo que regresara a la mesa de negociaciones y aceptara nuevas condiciones. La Conmebol regresó feliz de ese certamen con 24 mdd libres de polvo y paja.

La segunda fue para sacar del naufragio a la Liga MX. En el estallido de la Pandemia, con el torneo interrumpido y las tribunas vacías, los clubes agonizaban. Rodríguez propuso, negoció y ajustó los pagos de emergencia y anticipados a los clubes por derechos de transmisión. Balsa y víveres para los náufragos. Los dueños de equipos no olvidan ese inesperado maná.

Además, sugirió y consolidó la formación de la eLiga MX, con la participación de los 18 equipos, que en momentos de crisis económica por la pandemia, terminó por hacer funcionar nuevamente ese triángulo, futbol, televisión y negocio, con una respuesta de la afición superior a la esperada.

Especialista en construir en tiempos de crisis, en generar ideas en tiempos de histeria y desesperación, Rodríguez deberá sostener en los próximos días reuniones conciliatorias con los grupos que disputan el poder. El cabildeo llega a su fin. Busca las alianzas definitivas. Un hombre clave es Jesús Martínez, del Grupo Pachuca.

Claro, no es un personaje sin esqueletos en el armario. La brutal unificación de TUDN, con empleados en Estados Unidos y México, dejó decenas de despidos y una limpia sobrecogedora en la zona de los llamados talentos. A la pregunta sobre si tendrá el estómago para resistir la soberbia de los dueños de equipos, se encontró la misma respuesta: “Es muy explosivo. Estalla (La Bomba) y cuidado”.

Con el auspicio y el respaldo de Azcárraga Jean, Rodríguez ha generado celos. Por ejemplo, su relación con Alejandro Irarragorri es cordial, pero ni remotamente tan sólida y solidaria como para mantenerse en el mismo barco. Con Yon de Luisa hubo dos puntos de rompimiento.

Cuenta gente muy interiorizada en la FMF, que hace ya meses, en una #YuntaDeDueños (dixit Sven-Goran Eriksson), tras presentar Rodríguez algunos detalles, Yon de Luisa le agradeció su exposición y le pidió que abandonara la Asamblea de Propietarios para entrar a asuntos puntuales. Azcárraga Jean intervino de inmediato. “No, Yon, Juan Carlos ha hecho cosas importantes, tiene el derecho de quedarse y escuchar”.

No sólo el amo y patrón del futbol mexicano dio la venia, sino que hubo asentimiento de otros dueños. Yon se sintió sobajado. Y es de quienes ni perdonan ni olvidan.

Además, en los cambios que Rodríguez generó al interior de Univisión y Televisa, la hoy esposa de Yon de Luisa se vio afectada en los recortes de personal en los proyectos y se desarrolló una de las escenas más bochornosas que se recuerden en esa empresa, con el estallido de furia del directivo.

Sin embargo, no todo está minado. De hecho, hay quienes afirman que tras el reposo post mundialista, la peculiar paternidad que mantiene pleno a Yon de Luisa le ha hecho reconsiderar su decisión de renunciar a la silla suprema. Liberarse del estrés y esa felicidad familiar, han hecho que el aún presidente de la FMF quiera mantenerse en el puesto y casi ha convencido a Azcárraga Jean.

Y si Juan Carlos Rodríguez no tiene el poder absoluto, ¿qué pasará? Se podría recurrir a la figura de un Alto Comisionado no desconocida en el futbol mexicano.

Tras el fracaso en Haití ’73 y la eliminación de México para el Mundial Alemania ’74, en plena crisis política y financiera, el presidente Luis Echeverría, al grito de “te devaluaré el peso, pero te revaluaré a tu selección”, impuso, por recomendación de José López Portillo a uno de sus asesores, Gustavo Petricioli. “Es muy astuto… y es americanista”.

En aquel entonces, Emilio Azcárraga Milmo se ensoberbeció y rabió por la intromisión echeverrista. Pero ahora, mire usted, 50 años después, es otro Emilio Azcárraga el que contempla rescatar esa figura de Alto Comisionado del Futbol Mexicano, bajo un modelo presuntamente similar al del deporte en Estados Unidos, y el designado sería Juan Carlos Rodríguez.

Y, de manera diferente a como procedió aquel Azcárraga hace 50 años, ahora este Azcárraga haría lo contrario. Azcárraga Milmo, tras la designación de Petricioli, en una jugada maestra, propia de su astucia, decidió inhabilitar por más de un año a la Selección Mexicana. Ahora, el hijo, Azcárraga Jean, trataría de avivar la presencia del Tri, no sólo en EE.UU. sino en México mismo.

Sí, La Bomba se cierne sobre el futbol mexicano. ¿Es la mejor opción? Reveladas ya su sangre fría y su mecha corta, quienes han trabajado con Juan Carlos Rodríguez lo describen como un tipo capaz de levantar muertos, generar espectáculo, entretenimiento, dinero y crecimiento.

Claro, habrá quien piense que a través de la letal, y a veces tóxica combinación, televisión-futbol, se resucite con fuerza aquella sentencia de Azcárraga Milmo hace 30 años: “México es un país de una clase modesta muy jodida, que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente (jodida) y sacarla de su triste (y jodida) realidad y de su futuro difícil (y jodido)”.

¿Quo vadis, Juan Carlos Rodríguez?