El delantero se destapó con dos goles luego de que el equipo no concretó el fichaje de un extranjero para completar el plantel.
Guillermo Martínez pasó de los abucheos a ser el héroe de Pumas. Goles son amores y el ‘Memote’ lo entendió en el duelo ante Mazatlán. Incluso, la presión porque llegara un nuevo delantero extranjero provocó que mostrara mucho mayor concentración en el juego ante el cuadro sinaloense.
Martínez estuvo en el ojo del huracán para los aficionados de Pumas después de la jornada 3, ocasión en la que hizo su último gol cuando visitaron al Querétaro.
Desde entonces, tuvo errores que se catalogaron como “increíbles” para un jugador de primera división y la afición lo hizo pagar. Cada que tenía una oportunidad o salía de cambio, la afición felina le recriminaba la falta de gol.
Ante los mazatlecos, finalmente se sacudió la mala racha. Memo aprovechó un penal y convirtió el primer gol de los Pumas. Hay que decirlo, Martínez tuvo suerte porque casi le atajan el tiro, pero el festejo fue emotivo con todos sus compañeros y se notó que se quitó un peso de encima.
Minutos después, aprovechó un pase de Jorge Ruvalcaba y solo empujó el balón para vencer al arquero mazatleco. Otra vez, el ariete celebró con todos sus compañeros y dejó en claro que los goles le quitaron un peso de encima.
Guillermo Martínez no la pasó bien en el último mes y medio. Más con la presión de que le trajeron competencia. El único ‘9’ que llegó fue José Juan Macías, quien desde febrero no jugaba cuando cortó su vínculo con Santos.
Además, la directiva insistió por varios delanteros en el mercado de fichajes, pero ninguno se concretó, lo que puede ser un volado. Por un lado, podría ser una buena noticia para Memo que no tendrá más competencia, pero por otro es asumir la presión de que será en él quien caiga el peso del ataque y si no funciona, volverá a ser criticado.
Lo que es un hecho es que en el cierre del mercado de fichajes, Pumas no mostró necesitar otro ‘9’, mismo que fue el único fichaje que faltaba en el mercado, por lo que Guillermo Martínez se alzó como figura y se ganó, al menos por una semana, la paciencia de la afición felina.
