Siempre he dicho que la posición de entrenador de la Selección Mexicana es una de las mas complicadas en el país. Siempre hay algún cuestionamiento en torno a su trabajo. Cuando dan a conocer convocatorias encontramos la manera de polemizar por si alguien falta o sobra. Cuando gana un partido es por que el rival estuvo a modo; cuando pierden, no sirven para nada.
Son pocas las veces en las que elogiamos el trabajo del técnico nacional y hoy no me voy a meter tanto con eso, por más que sepa lo bien que ha trabajado el 'Tata' con los jugadores en este año y medio.
Quiero hablar mas del técnico honesto, ese que se expresa sin rodeos ni ganas de marear al que lo escucha. El que acepta los cuestionamientos y trata siempre de dar una explicación sensata y congruente. El que no rehúye a la crítica, el que sabe muy bien que su continuidad dependerá de los resultados obtenidos en Qatar 2022. Por mas que hoy existan muchos con la intención de firmarlo hasta el mundial del 2026.
Durante los últimos trece años que he seguido a la Selección Mexicana, Gerardo Martino es el técnico con el que menos acercamiento he llegado a tener, es un entrenador sumamente decente y respetuoso; si te encuentra en el lobby del hotel o en el pasillo del avión siempre te va a saludar de una manera cordial y amable, pero difícilmente se va prestar a un diálogo mas profundo, por lo menos esa impresión me da.
Durante su gestión me ha tocado estar en la mayoría de sus conferencias de prensa y en dos ocasiones he podido entrevistarlo mano a mano. Una, previo a la derrota ante Argentina, otra vía zoom junto a David Faitelson y José Ramón Fernández. Siempre me he quedado con la grata sensación de escuchar a un técnico comprometido, experimentado y sumamente capaz.
No le busca tres pies al gato. Si se trata de hablar de futbol, lo explica como se debe explicar este maravilloso deporte. No nos lo hace ver como si fuera ciencia nuclear.
Si en algún momento se trata de tocar temas álgidos como el del negocio que puede existir con la empresa SUM, tampoco evade. Va de frente y acepta que lo ideal sería encontrar el equilibrio entre lo deportivo y lo económico.
Si por algo se le compromete en una pregunta respecto a su posible base titular de cara a la eliminatoria mundialista, no tiene empacho en explicar quienes serían, nombrando a Ochoa, Moreno, Herrera, Guardado y Jiménez.
Cada una de sus respuestas son bien pensadas. Explicadas con claridad, siempre con la verdad de por medio. Y con eso creo que ya va ganando 2 a 0, porque uno está más cerca del éxito cuando es transparente.
Me dicen que es igual con los jugadores. Que no es solo la cara pública, la que muchos tratan de disfrazar ante una cámara o un micrófono, que hacia el interior también ha sido muy transparente a la hora de dar indicaciones o de llamar la atención. No es de mandar mensajeros, si hay algo que le inquieta o no le gusta lo hace saber de frente.
Una gozada poder platicar con Gerardo Martino, pero sobre todo saber que la Selección Mexicana está en manos de un hombre transparente que no tiene nada que esconder después de haber vivido tantas y tan buenas experiencias en su carrera.