No conozco un solo apasionado del fútbol, fanático o entrenador, que no aprecie al jugador creativo
Escuchando hace unos días la gran videoconferencia impartida por Germán Castaños dentro del Congreso Internacional de Fútbol y Neurociencias acerca de la importancia de la creatividad, reafirmo el enorme valor de este atributo para el entrenador actual. Mezclar, acomodar o reestructurar conocimientos e ideas (adquiridos o robados) de alguien más con experiencias propias para encontrar una nueva solución a un problema existente es como yo entiendo el ser creativo. Toda respuesta, por más innovadora que sea, siempre es producto, consciente o inconscientemente, de algo que vimos, oímos o leímos, la diferencia la hace quien tiene la valentía para aplicarla de la forma y en el momento exacto.
El conocimiento, la pasión y la disciplina no son más aspectos que, por sí solos, te hagan distinto a los demás. La creatividad con la que uses cada uno de ellos, o todos juntos en el mejor de los casos, es lo que te otorgará herramientas para poder competir. El entrenador actual es sabido que es esclavo de los resultados, pero considero debería poner mayor atención en la calidad y variedad de experiencias que diseñe para sus dirigidos. Imagino entrenadores capaces de seducir a los futbolistas a través del entorno que puedan generar, dejar en segundo plano la obsesión del ganar a toda costa y anteponer el vivir experiencias desafiantes y a la vez enriquecedoras en el día a día.
Pertenecer a grupos ganadores es naturaleza del ser humano, pero, como ya lo he mencionado antes, el ganar nunca dependerá 100% de nosotros. El entrenador debe de ser atractivo más allá de los resultados, ser un experto en las formas de presentar y en las respuestas que plantea como solución. Al final del torneo uno solo queda campeón, todos aspiraremos a ser ese “uno”, pero el camino es largo y presenta una oportunidad, poco aprovechada, para diferenciarte en el cómo lo recorres. “Ya todo está inventado” es debatible, pero la cantidad de maneras para mezclar lo “ya inventado” es infinita.
La especialización por parte de los Directores Técnicos suele llevarlos a buscar soluciones en el lugar equivocado. Si mezclamos agua con agua todos sabemos qué vamos a obtener, como bien menciona German Castaños. Por esta razón, el líder que logra seducir es aquel que de fútbol sabe, pero está consciente que la pieza secreta la encontrará en otro ambiente. Hoy por hoy en el alto rendimiento se compite por ideas, quién es aquel intrépido que se aventura a cuestionar lo siempre hecho, lo natural. Riesgo, les aseguro, que va a correr, pero tal vez las ganancias valgan la pena.
No conozco un solo apasionado del fútbol, fanático o entrenador, que no aprecie al jugador creativo. Nosotros los entrenadores somos especialistas en pedirle al futbolista que intente, que arriesgue, que busque nuevas soluciones, pero, ¿qué ejemplo le estamos dando? Si el deportista todas las mañanas se encuentra con la misma secuencia de trabajos y las charlas previas a los partidos, las podría recitar de memoria, por poner algunos ejemplos, ¿cómo podemos pedirle que sean creativos? Al futbolista (principio básico en la enseñanza) no hay que pedirle que sea creativo, hay que demostrárselo.
Tenemos una oportunidad y responsabilidad única al estar al frente de un equipo de fútbol. Probablemente levantemos algún trofeo, pero probablemente no. A mí por lo menos me gusta enfocarme en crear experiencias para mis jugadores, es algo honesto y depende de mí. “Los futbolistas valoran los títulos, el dinero, la fama y hacerlos vivir experiencias”, cito una vez más a Germán. Hoy hace 8 años del Correcaminos 5-5 Xolos, firmo que no hay un solo jugador involucrado que no se sienta orgulloso de haber estado ahí. ¿Qué valor le das a eso?