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Menos es más

ESPN Digital

Quien habla mucho, algo esconde. Aquel que miente necesita de una gran elaboración para sentirse “creíble”

En el afán de algunos entrenadores de querer demostrar su conocimiento para así, me imagino, intentar ganar la confianza del grupo, he notado que se comete el error de hablar de más. Me vienen a la cabeza varias charlas largas, repetitivas y con poco contenido que he escuchado en una cancha de futbol o en vestidores. De igual forma he reconocido este fenómeno en otros ambientes, en especial cuando quien departe se sabe poco conocedor del tema. Daría la sensación que entre más se explica, se aumentan los detalles y se “machaca” un concepto o idea habrá mayor claridad por parte de los oyentes, pero la evidencia demuestra todo lo contrario.

Me gustaría comenzar hablando sobre uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan los entrenadores a la hora de comunicar. Está claro que dominar el arte de la oratoria es una gran herramienta, pero para un líder tener forma (tener la entonación, dicción y escoger las palabras justas) sin fondo (conocimiento, dominio de lo que se quiere comunicar) es una carencia que tarde o temprano el grupo detectará. Quien habla mucho, algo esconde. Aquel que miente necesita de una gran elaboración para sentirse “creíble”. Para compartir o explicar algo que dominas a la perfección o de lo que realmente estás convencido, dos oraciones son más que suficientes.

Marcelo Bielsa dio muestra de ello hace un par de días en conferencia de prensa al termino del partido de su equipo el Leeds United, quienes derrotaron por 4-3 al Fulham. Un reportero le cuestionó si cuando iban ganando 4-1 no hubiera sido más sencillo cambiar de estrategia para cuidar el marcador. Bielsa a esto respondió: “Los resultados se conservan tratando de seguir haciendo lo que permitió establecer la diferencia. Es un error pensar que para conservar un resultado hay que hacer lo contrario a lo que se hizo para obtenerlo”.

Para propósitos de este escrito, el contenido de lo dicho por el entrenador argentino es lo de menos (a pesar de lo rico y revelador), lo que quiero destacar es la sencillez de cómo lo comunica. Palabras comunes, sustantivos, adjetivos y verbos para todos conocidos y una sintaxis limpia. No es para nada casualidad que haya escogido estos elementos para comunicar su idea, en este caso, Bielsa nos da un ejemplo de que la verdad no requiere ser aderezada.

Uno de los primeros pasos para poder lograr esta comunicación eficiente, para así poder ganar la confianza y respeto del grupo, es conocer y aceptar hasta dónde llega nuestro conocimiento. Por más poder que el puesto te otorgue, tu impacto será limitado al conocimiento que poseas. Es cierto que es preferible tener mayor conocimiento y experiencia, pero no debe ser algo que nos limite, todos estamos recorriendo ese continuo camino.

Tal vez alguien que admiremos y está en las “ligas mayores” tiene 10 conocimientos (por ponerle un número) y nosotros tengamos 3. La única forma que encuentro para competir es, en primer lugar, aceptar con orgullo que tenemos esos 3 saberes, posteriormente reconocer que hay cosas con las que no contamos, y al final siempre operar en base a estas 3 ideas que son nuestra mayor fortaleza.

Ya sea en una plática personal y amistosa con un jugador, durante una charla táctica dirigida al grupo o haciendo una retroalimentación durante la sesión de entrenamiento: mantente siempre en los terrenos (conocimientos) que dominas. Cuando alguien habla de lo que sabe, en seguida se siente. Para que un mensaje penetre en el receptor la mejor fórmula es hacerlo sentir. Aquel que lidera no es quien más habla, el que lidera es siempre quien hace sentir, quien inspira.

Para terminar, me gustaría compartir la siguiente (siguiente porque entiendo esta un escalón arriba) idea. La comunicación oral es solamente una herramienta para sensibilizar, lograr emocionar y así generar un conocimiento, pero no hay nada más potente para enseñar una habilidad que la vivencia en carne propia de las consecuencias de una acción. Un buen entrenador es aquel que genera entornos ricos para el aprendizaje y habla únicamente cuando es inevitable.