Varios de los jugadores de Guadalajara no merecen vestir esa camiseta
Mala racha, crisis o bache. Llámenle como quieran. Guadalajara suma apenas dos puntos en cuatro partidos y ocupa el lugar número diecisiete. Por dónde se le vea, es una situación indigna de la historia y jerarquía de este club.
Algunos, yo no, señalan a Ricardo Peláezcomo parte del problema por haber gastado alrededor de 40 millones de dólares en jugadores que se han quedado muy cortos en su desempeño como futbolistas de Chivas.
Otros apuntan a Víctor Manuel Vucetich como el culpable por no hacer funcionar a este plantel.
Y hay otra corriente que insiste con que Amaury Vergara aún desconoce el medio y no ha podido tomar decisiones de peso que cambien el rumbo de un barco que vuelve a parecer perdido en medio de aguas turbulentas.
La realidad, para un humilde servidor, sigue siendo la misma problemática por la cual ha atravesado el equipo más popular de México, en los últimos años. Y es la falta de compromiso de varios de sus futbolistas que siguen sin valorar el privilegio que conlleva vestir esa camiseta.
Debería darles vergüenza a varios de ellos ser parte del “Chiverio” dejando tan pobre imagen de su paso por Verde Valle.
Si bien futbolistas como Mier, Molina, Macías, Gudiño, Brizuela, Briseño, Beltrán se sientan en una mesa aparte, muchos del resto parece no importarles dejar en ridículo sus carreras o peor aún, la envergadura del club.
Ricardo Peláez no puede estar convenciendo a todo el mundo. Vucetich no puede explicar con peras y manzanas sus ideas y Amaury no puede seguir gastando millones de dólares en refuerzos que más que eso son incorporaciones que dañan la imagen y las finanzas de Chivas.
El problema sigue siendo el mismo: Varios de los jugadores de Guadalajara no merecen vestir esa camiseta y no se dan cuenta el privilegio que conlleva ser futbolistas profesionales y jugar en el equipo de mayor tradición en México.
Amaury y Peláez ya hicieron limpia hace unos meses pero la escoba deberá seguir a la mano y lista para sacar el polvo que sigue manchando y lacerando el uniforme.