Le ha cambiado la cara a unos Pumas que carecían de futbol, sangre y, lo más importante, de puntos
Es el Turco Mohamed, y no los Pumas, el que está a un paso de conseguir el milagro de la resurrección futbolista con la clasificación del equipo al repechaje en la última jornada, a pesar de enfrentar el cierre más difícil de toda la competencia dirigiendo a un plantel que llevaba tres meses y medios mostrando su incapacidad.
Es lo que en las ligas de Estados Unidos llaman el strength of schedule, que literalmente quiere decir fuerza del calendario, un cálculo que determina qué equipo tiene los enfrentamientos más complicados por delante, basados exclusivamente en la marca de sus rivales y si esos juegos son en casa o de visita.
Rollo, si usted quiere, pero una muestra decisiva de la capacidad del Turco Mohamed, que en un abrir y cerrar de ojos y aún cediendo aquel primer partido contra Querétaro cuando viajó a Argentina para celebrar cumpleaños , le ha cambiado la cara a unos Pumas que carecían de futbol, sangre y, lo más importante, de puntos.
Muestra de su carácter, para ser más precisos, porque para cambiar el futbol de un equipo se necesita tiempo y dinero, pero lo que ha hecho Mohamed es activarles el orgullo con palabras lo suficientemente pasionales e instrucciones lo suficientemente simples, que futbolistas tan desconectados como los que dirigía Rafa Puente han sido capaces de entender.
El Turco ha tomado ventaja de tres cosas para meter a Pumas en zona de repechaje cuando todo parecía perdido: su experiencia al entender que los puntos se ganan de atrás hacia delante, la presencia de cuatro jugadores argentinos en la columna vertebral que entienden su mensaje de forma súper directa y el hecho de que ese calendario incluyó al América e incluirá al Monterrey.
Son, sin rodeos, los partidos que Mohamed necesitaba para que esto se convirtiera en una misión personal y encontrara las palabras exactas para el vestidor, algo así como “yo saqué campeón a esos dos equipos, pero los dejé porque en el futbol hay cosas más importantes que el dinero, eso es lo que ellos no entienden y por eso le vamos a cerrar la boca a todos los que nos daban por muertos”, con su acento, claro.
Ahora los Pumas dependen de sí mismos y, aunque esa visita a los Rayados es mucho más difícil que los puntos que ya le sacaron al Toluca y al América, lo único que necesitan es ser mejores en la última jornada que otros equipos menos preocupantes como Atlético de San Luis, que juega dos horas antes contra Atlas, y Xolos y Pumas, que se enfrentan entre sí en un partido en el que no pueden ganar los dos.
Así que cabe la posibilidad de que los Pumas estén clasificados al repechaje antes de jugar su partido en Monterrey, lo cual sería poético para un entrenador de las agallas de Mohamed y un golpe de suerte demasiado grande y sin tanto mérito para todos los demás dentro del club.