DOHA, Qatar -- Si estamos en un punto de examinar zancadas y formas de andar (y todo parece indicar que debemos hacerlo), entonces tenemos que decir que Christian Pulisic caminó elegantemente cuando cruzó la puerta. No hubo ningún problema notable, ni cojera, ni hincadas. Ninguna vacilación.
Tampoco es innegable negar la seguridad de Pulisic una vez que se sentó con nosotros. La selección de Estados Unidos es la menos favorita de los apostadores por amplio margen contra los Países Bajos en su encuentro de octavos de final del Mundial de Fútbol que se disputará este sábado. Sin embargo, Pulisic dejó en claro que los jugadores no tienen otra intención distinta a clasificar ante la "Naranja Mecánica".
"Verdaderamente creo que podemos jugar contra cualquiera y que podemos ganarle a cualquiera", comentó Pulisic a ESPN este viernes en la concentración de la selección. "Clasificamos en nuestro grupo, algo de lo que podemos sentirnos sumamente orgullosos. Pero ahora que estamos aquí, no sólo nos conformamos con eso".
Añadió: "Aquí tenemos un grupo de chicos tan fuerte que nos da absoluta seguridad y también un poco de tranquilidad de que contamos con una plantilla con suficiente calidad para alcanzar la meta".
Si en definitiva Estados Unidos logra dar la sorpresa ante Holanda, es difícil imaginar que Pulisic no sea parte crucial de esa hazaña. Sí, la "contusión pélvica" que sufrió mientras marcaba el gol del triunfo ante Irán fue agónica, pero a estas instancias sorprendería mucho si no juega este sábado. (El seleccionador Gregg Berhalter afirmó que Pulisic "se veía bastante bien" en su comparecencia ante los medios de este viernes)
Pulisic dejó en claro que hará todo lo que sea necesario para estar en la cancha este sábado. Siendo el rostro del fútbol estadounidense por varios años, éste es el momento con el que ha soñado, mucho antes de sufrir la decepción de aquel desastre de 2017 en Trinidad. El fracaso en su intento por clasificar en el Mundial 2018 sólo sirvió para concretar lo que Pulisic ya había sospechado:
Liderar a Estados Unidos en un ciclo mundialista y sentir la emoción que se genera al cautivar a todo su país es una sensación que nunca había experimentado antes.
"Quiero que dure el mayor tiempo que se pueda", afirmó. "Quiero hacer de esto algo que recordemos por el resto de nuestras vidas".
Pulisic se ha permitido algunos momentos de reflexión. El gol contra Irán, cuando corrió velozmente hacia la portería para rematar el centro de cabeza de Sergino Dest mientras la rodilla del guardameta Alireza Beiranvand chocaba simultáneamente con su pelvis, fue una combinación increíble de orgullo y dolor.
Los compañeros de Pulisic no empezaron la celebración porque no estaban seguros del por qué yacía en el césped. Y Pulisic (entre las náuseas y mareos) intentaba confirmar que el gol no fuera anulado por el VAR por algún motivo.
"Ni siquiera pensé en asumir el golpe o ser valiente", indicó. "Sólo quería el gol... fue sumamente doloroso, pero valió la pena para así marcar el gol".
Una vez que se pudo levantar y andar hacia la banca, los médicos le dijeron a Pulisic que tenía que salir del estadio y dirigirse a un hospital de la localidad para someterse a pruebas. Pudo seguir la conclusión del partido en un teléfono ("brutal", indicó) y volvió al hotel antes que sus compañeros.
Cuando el plantel estadounidense finalmente volvió al hotel aproximadamente a las 2:30 a.m. en medio de los entusiastas aplausos de amigos y familiares, Pulisic se encontraba del otro extremo de la línea, recibiendo videollamadas en su teléfono y gritando, como muestra de una emoción desmesurada, rara en él.
"Estaba tan orgulloso. Nunca me había sentido más orgulloso del grupo", afirmó. "Ver la alegría en sus rostros, las celebraciones... fue un momento irreal".
Siendo sinceros, Pulisic ha mostrado un carácter más ligero, más abierto, más tranquilo desde el minuto de su llegada a Qatar. Es innegable el hecho de que sigue siendo la máxima figura de la selección estadounidense, pero se ha esforzado en destacar las diferencias entre esta versión del equipo nacional de su país y las anteriores.
A principios de su carrera, Pulisic pudo ser uno de los pocos seleccionados que participaba regularmente en las máximas competiciones europeas. Adicionalmente, era uno de los pocos jugadores al que los hinchas pueden señalar como el futuro del combinado estadounidense.
Actualmente, está rodeado por jugadores a ese mismo nivel. Futbolistas que juegan en Premier League. Futbolistas que juegan en la Champions League. Futbolistas que siguen el camino emprendido por él y hacen sus mejores esfuerzos por dejar mayores huellas en esta ocasión.
Es una realidad que da esperanzas a Pulisic y todos quienes rodean a esta selección de Estados Unidos, ansiosos de ver lo que se puede lograr dentro de cuatro años, en un Mundial disputado en su propio patio. Es una realidad que convierte a un partido como el del sábado en una gran oportunidad para hacer historia mucho antes de 2026.