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Los antecedentes de la Selección Argentina en Wembley, de cara a la Finalissima

Todos los jugadores, clubes y selecciones del mundo atesoran su historia íntima particular en Wembley. La catedral del fútbol no solo es el estadio más importante del país de los inventores del juego, sino que es el escenario más prestigioso del planeta. Por eso, cada partido en ese campo de juego trasciende la singularidad de ese momento.

La Finalissima entre Argentina e Italia se disputará en Wembley y eso le dará aún más valor al enfrentamiento. Allí, tanto la Azzurra como la Albiceleste han forjado una historia. La de la Selección sudamericana es muy larga y tiene varios capítulos. Rugilo, Rattín, Kempes, García son solo algunos de los nombres propios que protagonizaron esa extensa novela.

Argentina fue el primer seleccionado en jugar contra el combinado local en este estadio sin contar a Escocia. Así de notable es el origen de la leyenda nacional en Wembley. Hasta el 9 de mayo de 1951, Inglaterra solo había jugado 10 partidos desde la inauguración en 1924, todos frente a su clásico rival británico.

Aquel amistoso internacional tiene una génesis digna de destacarse. Mario Boyé así la contó según la revista El Gráfico: “El presidente Juan Domingo Perón se enteró de que Inglaterra estaba invicta en Wembley, entonces lo agarró a Ramón Cereijo, que era su Ministro de Hacienda, y le ordenó que preparara un amistoso en Londres. ‘Vamos a ir a jugar allá y les vamos a ganar a esos piel de gallina’, dijo. Y así fuimos nosotros”.

La cosa empezó bien para el visitante. Casi cien mil personas vieron con sorpresa como el propio Boyé marcaba el primer gol a poco de comenzado el juego. Entonces, comenzó el show del gran protagonista de la jornada. El arquero argentino, Miguel Ángel Rugilo, fue la gran figura del encuentro, con atajadas que se han recordado cada año más espectaculares. Será recordado para siempre como el "león de Wembley", más allá de la derrota final por 2-1.

Argentina regresó a la catedral en 1966, esta vez para jugar los cuartos de final de la Copa del Mundo. Otro choque inolvidable. Ambos llegaban invictos y con ambiciones concretas de dar su primera vuelta olímpica mundial. El duelo fue muy parejo y según los jugadores argentinos solo se inclinó por la actuación del árbitro alemán Rudolf Kreitlein. El referente Antonio Ubaldo Rattín protestó en varias ocasiones hasta que el juez lo expulsó en una época en la que todavía no existían las tarjetas. Al salir, el defensor estrujó una bandera británica, imagen que se convirtió en símbolo. Geoff Hurst convirtió el único gol a 12 minutos del final.

En 1974, antes del Mundial de Alemania Federal, argentinos e ingleses volvieron a medirse en un amistoso, todavía con el recuerdo del 66 vivo. Fue un partido muy duro, que terminó igualado 2-2. Channon y Worthington anotaron para los locales y Mario Kempes marcó un doblete para la visita, en su primera actuación destacada en el ámbito internacional.

El campeón del mundo reinante visitó Wembley en 1980, y volvió a irse derrotado, como en 1951 y 1966. Johnson y Kevin Keegan convirtieron para el ganador y descontó Daniel Passarella de penal.

En 1991 habían pasado menos de cinco años del legendario partido de México 1986. Argentina-Inglaterra ya era un clásico del fútbol mundial. Diego Maradona no estaba en el plantel pero aquel choque en Wembley estuvo lejos de ser un amistoso. Empataron 2-2 y el gol de Claudio Omar García quedó en el recuerdo como si gran aporte a la selección nacional.

La última visita argentina a la catedral fue en 2000. El equipo dirigido por Marcelo Bielsa empató sin goles frente a la Rubia Albión en un choque sin la tensión ni el juego de los anteriores. Fue en el antiguo Wembley, que cerró sus puertas ese mismo año para una remodelación total. Eso significa que esta será la primera vez que la Albiceleste juega en el renovado escenario londinense.

En total, fueron seis los encuentros que Argentina jugó en Wembley, todos contra Inglaterra. Empató tres y perdió tres. Irá por su primer triunfo en la catedral, un logro que el fútbol le debe a uno de los seleccionados más grandes del planeta.