El exdelantero del Tri recuerda el enojo, la frustración y el coraje que lo acompañaron luego de quedar fuera de la Copa del Mundo en Corea-Japón 2002
Jared Borgetti abandonó la cancha del Jeonju World Cup Stadium con enojo, frustración y coraje, luego de que México fue eliminado por Estados Unidos en los octavos de final del Mundial de Corea-Japón 2022. Además de esos sentimientos, el actual analista de ESPN, también tenía presente que el conjunto de las barras y las estrellas era el más complicado que le podía tocar a ese Tri que comandó Javier Aguirre.
“Al final, el sentimiento que me invadía interiormente después de haber perdido el partido, que en el papel éramos mejores, que habíamos hecho una muy buena primera fase, mucho mejor que el rival, pero que a la vez internamente sabía que para mí era el rival más complicado que nos podía tocar en cualquier parte del Mundial”, declaró Borgetti en entrevista para ESPN.
“Un rival que no tenía nada que perder, un rival que podía jugar con nuestra desesperación, un rival que no estaba obligado absolutamente a nada y que, si bien es cierto nosotros no teníamos el gran equipo, cuando nos enfrentábamos a rivales mejores que nosotros podíamos potenciar individualmente y grupalmente nuestro futbol y ante una selección, como la de Estados Unidos, el peor escenario era ir perdiendo y así fue el inicio del partido”.
Aquel 17 de junio la selección mexicana sufrió una de las derrotas más dolorosas en las historias de los Mundiales. Estados Unidos superó al Tri con anotaciones de Brian McBride a los ocho minutos y al 65’ apareció Landon Donovan, quien comenzó a escribir su enemistad contra los aztecas.
“Habíamos dejado una gran oportunidad de pasar a la siguiente fase, que había sido realmente un partido para el olvido, en el cual no nos había salido absolutamente nada, que la desesperación de no poder demostrar que éramos mejores se había ido, que en el partido las cosas que nos habían salido en los primeros tres encuentros, en este último no fue ni la mitad de lo que queríamos. Uno como futbolista, aprende a distinguirlas. Hay ocasiones que por más que hagas cosas no van a salir. Resumido: por más que tengas 10 mil opciones de gol, no vas a anotar ninguna y desafortunadamente esa tarde así fue. No nos salió nada y el gol no iba a caer por ningún motivo”.
Tras el silbatazo final, Borgetti recuerda un camino al vestidor lleno de sentimientos. Enojo, frustración, coraje acompañaron al delantero mexicano al los vestuarios, donde se encontró con un silencio, que de repente era interrumpido por gritos de desesperación.
“Cualquiera lo puede sentir, cuando sientes que es injusto algo, cuando sientes que te merecías más o que tendrías que haber merecido más. Vives el momento, lo sientes, lo lloras y a cerrarle, a darle vuelta a la página, no tienes que vivir con ese momento. Es un momento que ahí queda y que simplemente te ayudará para entender que la vida te pone muchas cosas, muchos problemas, muchas alegrías, y vendrán mejores momentos para simplemente dejarlo en el pasado y prepararte para las cosas buenas que van a venir”.
Por su parte, el mediocampista Joahan Rodríguez fue titular en aquel partido y dice que Estados Unidos fue mejor porque siguió su forma de jugar en ese momento, que era el contragolpe, caso contrario a México, ya que “el parado del equipo no fue el adecuado”.
“Veníamos con inercia de tres partidos bastante buenos en la primera ronda, con una posición diferente, con una forma de jugar diferente, y creo que contra Estados Unidos tendríamos que haber cambiado. Sabíamos cómo jugaba el rival, nunca daba un balón por perdido, todo le salía, y nuestros errores todos los aprovechaban y no estuvimos bien parados para contrarrestarlos; luego comenzamos a desesperarnos”, agregó Joahan Rodríguez.
Afirmó Joahan Rodríguez que el cambio de Ramón Morales por Luis Hernández “dañó mucho ese proceso, pues Ramoncito era el que llegaba más al área, el que más encaraba y también defendía mucho y con Luis nos matan un poquito; ya no nos adaptamos porque nunca habíamos jugado con dos adelante. Tácticamente nos fue mal y Estados Unidos se dio cuenta; su dirección técnica era bastante inteligente para hacernos daño y así fue”.