Lionel Messi, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol, arribó al Mundial de Qatar 2022 como la figura de la Selección Argentina y con el objetivo de cumplir el gran sueño que le queda pendiente como futbolista: ser campeón del mundo. Disputados seis (de siete) partidos, no sería muy errado afirmar que estuvo a la altura de las expectativas y, por qué no, las superó.
Entre el 22 de noviembre y el 18 de diciembre, el jugador del Paris Saint-Germain rompió -y seguirá rompiendo- vastos récords mundialistas, como ser el argentino con más goles (11), el jugador con más partidos (el domingo, se convertirá en el único con 26), el primero en repartir asistencias en cinco ediciones diferentes (no lo logró con tantos, ya que no marcó en Sudáfrica 2010) y el de más goles + asistencias (20, con 11 y 9, respectivamente).
No obstante, el impacto de Messi en la Albiceleste no se puede reducir a las plusmarcas, aspecto innegable de su legado como futbolsita. Desde que llegó a Qatar para disputar su quinta Copa del Mundo -récord, igualado con otros jugadores-, Leo se erigió en el corazón del equipo de Scaloni, que se repuso a la adversidad de perder sorpresivamente en el debut y, luego, con más confianza y un juego colectivo sólido, dejó en el camino a quien le apareció por delante.
Messi es, junto con Kylian Mbappé, su compañero en PSG y su rival en la final, el goleador de Qatar 2022, con cinco tantos, por encima de Julián Álvarez y Olivier Giroud (cuatro per cápita). Además, el 10 argentino, que disputó todos los minutos del conjunto rioplatense, acumula tres asistencias, dos de ellas antológicas, y convirtió en las tres fases eliminatorias, por lo que está a las puertas de una marca inédita en la historia de la competencia.
Como es costumbre, tanto a nivel clubes como de selecciones, frenar al rosarino fue la principal tarea de los entrenadores y sistemas defensivos rivales. Sin embargo, quizás sin estar permanentemente en contacto con el balón, Messi se las arregló para dejar su huella en cada partido que la Selección Argentina disputó en la Copa del Mundo, erigiéndose en su líder futbolístico, pero también en un guía espiritual o emocional que le permitió a la Albiceleste estar próxima a disputar la sexta final mundialista de su historia, tras lo realizado en 1930, 1978, 1986, 1990 y 2014.
Argentina 1-2 Arabia Saudita (Fecha 1 - martes 22 de noviembre)
Como todo el equipo, Messi fue de menor a mayor en Medio Oriente. La Albiceleste dominó en el primer tiempo ante Arabia Saudita, pero el trabajo defensivo para adelantar las líneas y los fallos del VAR hicieron que el resultado fuera solo 1-0, merced al gol de penal del ex Barcelona. En una ráfaga en la segunda mitad, los saudíes remontaron y a los dirigidos por Scaloni se les hizo difícil volver a dar vuelta el marcador. Messi no pesó en el tramo final y Argentina perdió el invicto de 36 partidos con el que llegaba a la cita mundialista. Las dudas se plantaron sobre el vigente campeón de América, pero puertas adentro nadie perdió la confianza.
Argentina 2-0 México (Fecha 2 - sábado 26 de noviembre)
Ya sin margen de error, la etapa inicial ante México se presentó difícil, trabada, con el capitán argentino bien controlado por la férrea marca del Tri. No obstante, cuando Héctor Herrera le dio dos metros al 10, este recibió de Ángel Di María y, desde afuera del área, sentenció a Guillermo Ochoa con un remate rasante que entró pegado a su palo izquierdo. Leo lo festejó como si se tratara de un desahogo y, sobre la hora, asistió a Enzo Fernández, que armó un jugadón y le puso cifras definitivas al encuentro. De esta manera, 'oficialmente' Argentina y Messi habían llegado al Mundial de Qatar.
Polonia 0-2 Argentina (Fecha 3 - miércoles 30 de noviembre)
Aunque Wojciech Szczęsny le atajó un (polémico) penal que el propio arquero le cometió a él, la influencia de Messi en el primer tiempo ante Polonia fue total, haciéndose cargo del armado de juego y rompiendo líneas con precisos pases, en general orientados hacia la banda izquierda. En el segundo tiempo Alexis Mac Allister y Julián Álvarez dieron la cara convirtiendo los goles del equipo, pero el capitán seguía dominando y, sobre el final del partido, hasta tuvo un pequeño encontronazo con Robert Lewandowski, luego minimizado con un abrazo post cierre del cotejo, que derivó en la clasificación de los dos equipos a octavos de final.
Argentina 2-1 Australia (Octavos de final - sábado 3 de diciembre)
Ya en los 'mata-mata', el goleador histórico de la Albiceleste fue quien destrabó el partido, como en los dos primeros partidos en Qatar. El trámite se presentaba disputado, con una Australia que cedía el balón y presionaba, pero una genialidad de la Pulga movió el resultado: el propio Messi arrancó la jugada, Mac Allister habilitó a Nicolás Otamendi y el defensor central, una de las figuras del conjunto de Scaloni, sin buscarlo le pivoteó al 10, que definió de gran manera para anotar el 1-0. En el segundo tiempo, con más espacios, Leo tuvo grandes jugadas individuales y precisas habilitaciones para sus compañeros, pero el que marcó el 2-0 parcial fue Álvarez, tras una presión conjunta con Rodrigo De Paul.
Países Bajos 2(3)-(4)2 Argentina (Cuartos de final - viernes 9 de diciembre)
En los cuartos de final, ante Países Bajos, rival de Argentina en las semis de Brasil 2014, se vio un Messi diferente: determinante en el juego y el resultado, pero también molesto por las declaraciones previas de los rivales, particularmente del entrenador Louis van Gaal, a quien le dedicó unos gestos durante el partido. Nuevamente, Leo fue el mejor del equipo y, con una asistencia mágica a Nahuel Molina, autor del primer tanto, abrió el juego. Luego, en el complemento, cambió por gol un penal que le cometieron a Marcos Acuña. Poco pudo hacer para evitar el doblete de Wout Weghorst que mandó el partido al alargue, en tanto en los penales convirtió su lanzamiento -el primero de Argentina en la tanda- y, luego, festejó con mucha algarabía con sus compañeros. Ah, y en zona mixta inmortalizó una frase: "¿Qué mirás, bobo? Andá pa'llá, bobo".
Argentina 3-0 Croacia (Semifinales - martes 13 de diciembre)
Con la sufrida victoria ante los neerlandeses, la Argentina de Messi se aseguró, por segunda vez, disputar los siete partidos de un Mundial. Y Croacia, vigente subcampeón, padeció la magia del capitán, al que poco le importó sufrir un golpe en el primer tiempo. Adelantó a la Albiceleste al hacerse cargo del penal que le cometieron a Julián Álvarez, participó en el comienzo de la magnífica jugada individual de la Araña que significó el 2-0 y, tras realizar varias gambetas, controlar el juego y dar grandes habilitaciones, llegó su obra cumbre en lo que va de torneo: hizo lo que quiso con la marca de Joško Gvardiol, uno de los mejores defensores de Qatar 2022, y dejó a Álvarez cara a cara con el arquero rival. El desenlace, 3-0, fiesta argentina en Lusail y clasificación a una nueva final.
Argentina vs. Francia (Final - domingo 18 de diciembre)
El próximo domingo, Lionel Andrés Messi Cuccitini tratará de coronar, a sus 35 años, una carrera única. Aunque ningún resultado empañará su inmenso legado, es difícil negar la trascendencia para cualquier jugador de consagrarse como campeón mundial, el gran sueño que al capitán le queda por cumplir.
Seguramente, según declaró, sea su último partido con la Selección Argentina. Si es así, solo quedará disfrutar de una función más, en el escenario más especial. A partir de las 12 del mediodía (horario argentino), la pelota rodará en Lusail, con el deseo de millones de hinchas argentinos y del fútbol de que este mundo sea, quizás, un poquito más justo.