Gustavo Alfaro, que aún no define su futuro al mando de Ecuador, contó en su equipo con diferentes asistentes para no dejar escapar ningún detalle de cara a los partidos. Entre ellos está Alejandro Manograsso, asistente y analista de rendimiento.
Manograsso ya tiene un recorrido en ese tipo de análisis y fue uno de los pioneros en hacerlo en el fútbol argentino. El profesional fue entrevistado por FIFA sobre las tareas que cumplió con Alfaro y Ecuador.
“Todos los datos pasan por mí; a partir de ahí lo masticamos y se lo derivamos a Gustavo. Seleccionamos lo que él necesita para no confundirlo con la cantidad de información que hay gracias a Dios hoy en día”, destacó el argentino.
Su trabajo arrancó en 2005, cuando Alfaro condujo a San Lorenzo y su actividad fue mutando muchísimo: “En aquel momento era difícil conseguir los partidos. Debíamos descargar a la computadora y editar lo que el entrenador necesitaba. Armar el menú en el que se separaba ataque y defensa, pelotas paradas”.
Por ahora no tiene conclusiones de lo que fue la Copa del Mundo de Ecuador en Qatar: “Nos analizamos todo el tiempo. Hay que entender que para nosotros lo más importante es si el partido que salió es el que nosotros pensábamos. Si fue el partido que pensábamos que iba a pasar, estamos bien encaminados. El resultado es lo más importante, pero para el análisis no”.
Manograsso no quiso profundizar en qué datos son los que solicita específicamente Alfaro: “Eso tiene que ver con nuestra identidad. Hay una frase que me pareció acertada: transformar el big data en smart data. Ahí está la clave de nuestro trabajo, sino no serviría de nada”.
Para él, es difícil cuantificar la influencia del big data en el resultado final: “Yo lo que siempre digo es que es una herramienta más de todas las que existen en el fútbol. El que la deja de lado tiene una pata menos, nada más que eso”.