La Selección Argentina sub 20 sufrió y celebró en partes iguales en su presentación en el Mundial Sub 20 frente a Uzbekistán. Fue un partido por momentos caótico y por otros apático, en el que la calidad individual del anfitrión marcó la diferencia, sobre todo en el aspecto ofensivo. En ese contexto, Valentín Carboni se destacó por encima de todos y fue el gran protagonista de la victoria inaugural.
El mediocampista de Inter fue el símbolo del debut. No solo porque fue el jugador más destacado del encuentro, sino también porque su gran actuación, en contraste con los problemas colectivos que mostró la Albiceleste, sirve para explicar el desarrollo del juego. Argentina ganó porque tiene mejores futbolistas que Uzbekistán. Ni más ni menos.
El equipo de Javier Mascherano se mostró más peligroso y potente en ataque de lo que había sido en el Sudamericano. Los ingresos del propio Carboni y de Matías Soulé, ambos formados en el fútbol europeo, potenciaron al centrodelantero Alejo Véliz. Además Brian Aguirre en el otro extremo volvió a desnivelar con su gambeta y velocidad. El wing nacido en Granadero Baigorria le siguió el paso al del Nerazzurro en la consideración.
Entonces, el local tuvo variedad de virtudes en la zona ofensiva, todas por características individuales. Las veces que se encontraron, fue más por razones naturales y orgánicas que por un funcionamiento organizado y planeado. Aguirre es rápido y hábil para el uno contra uno; Soulé es inteligente para tocar hacia adelante y posicionarse entre líneas; Véliz tiene presencia en el área y Carboni tiene una gran mezcla de cualidades: es veloz, tiene pegada, gambetea y es valiente.
Los dos goles llegaron por aciertos particulares. Incluso se podría decir que por jugadas aisladas. En el primero Agustín Giay envió un gran centro que Véliz cabeceó por arriba del arquero tras un gran salto. En el segundo, Barco tocó con categoría de primera para Carboni y el 10 hizo todo bien después.
El público argentino conoce muy bien a varios de estos futbolistas. Muchos tienen una o dos temporadas en la Liga nacional. Por eso, para buena parte del público que colmó el estadio único Madre de ciudades en Santiago del Estero el talento de Carboni fue una grata sorpresa. Su actuación en el primer tiempo fue sobresaliente. En los peores momentos, su toque podía esclarecer todo. Y cuando pisó el área anotó el 2-1 que tras el penal anulado por el VAR parecía muy lejano.
En cuanto al aspecto colectivo, Argentina sufrió varios de los problemas del Sudamericano y por eso no pudo disfrutar un debut completo en "su Mundial". Mateo Tanlongo reemplazó a su excompañero de Rosario Central Gino Infantino en el centro del campo pero los problemas se mantuvieron. Nunca se posicionó bien, ni para defender ni para salir. Eso desubicó a Máximo Perrone y complicó a los centrales Valentín Gómez y Luciano Di Lollo. Uzbekistán llegó varias veces con peligro por malas entregas y coberturas deficientes.
Luka Romero y Federico Redondo ingresaron en el segundo tiempo y demostraron que pueden ser variantes de importancia en un equipo que, está claro, apuntará al talento de sus jugadores durante el resto del torneo. El hombre de Lazio reemplazó a Soulé, quien demostró que tiene muchas condiciones pero no terminó de entrar en partido. salió con ganas de jugar hacia adelante, algo valioso en este contexto.
Se dice, como un lugar común, que es fundamental comenzar este tipo de torneos con una victoria. Lo sucedido en la Copa del Mundo de Qatar 2022 le quita algo de validez al enunciado, pero sí está claro que después de la decepción del Sudamericano, este grupo de jóvenes necesitaba un comienzo triunfal para tomar confianza. Ante un estadio colmado, Argentina arrancó "su Mundial" con tres puntos y buscará apoyarse en su calidad individual para empezar a crecer como equipo. Ese será el desafío en esta zona de grupos