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Argentina quiere consolidarse ante Guatemala en la segunda fecha del Mundial Sub 20

@Argentina

Argentina superó el debut en el Mundial Sub 20 con una victoria que se valora más desde lo numérico que desde lo futbolístico, pero que servirá para afrontar el segundo partido contra Guatemala con mayor tranquilidad. Es que todavía había una sensación incómoda que acompañaba a este plantel desde el Sudamericano. Ganarle a Uzbekistán fue una buena manera de exorcizar esos demonios, pero ahora debe crecer en el juego. Sobre todo desde lo colectivo.

Ese es el desafío de Javier Mascherano. Ya sabe que tiene individualidades de primer nivel, capaces de descomponer a cualquier rival por peso propio. Valentín Carboni y Brian Aguirre lo dejaron claro el sábado y volverán a ser dos de los principales exponentes ofensivos del equipo anfitrión. También se espera más de Matías Soulé, quien solo mostró algunos destellos. El trío de ataque, junto a Alejo Véliz, buscará consolidarse este martes contra Guatemala, que viene de perder en su presentación.

La clasificación mundialista por la vía administrativa no fue suficiente para enterrar la decepción de la eliminación en el Sudamericano. Es cierto, el plantel cambió en su mayoría, pero existía una necesidad de demostrar en la cancha que Argentina está en condiciones de dar pelea en el Mundial. El juego no deslumbró, pero ganar a veces es la mejor forma de comenzar un nuevo camino.

Uzbekistán fue un rival interesante. Bien trabajado, el campeón de Asia dominó buena parte del partido. El seleccionado de Mascherano exhibió algunas de las falencias mostradas en Colombia, como desacoples defensivos y deficiencias en el retroceso y en el posicionamiento del mediocampo. Tuvo, como se dijo, grandes actuaciones individuales, pero aún no progresa como equipo. Falta conexión.

El gran objetivo de cara al duelo frente a los guatemaltecos del martes otra vez en el estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero será mejorar el funcionamiento colectivo. Y en ese sentido, podría haber una modificación en el centro de la cancha. Es que allí, donde se cocina el juego, falló Argentina. Mateo Tanlongo fue víctima y victimario de esto. No pudo afirmarse como volante central y tampoco tuvo coberturas de Máximo Perrone. Además, los ingresos de Federico Redondo e Ignacio Miramón en el segundo tiempo equilibraron al equipo y al menos uno de los dos ingresaría.

El resto del once se mantendría. Dos laterales ofensivos como Valentín Barco y Agustín Giay; Valentín Gómez y Luciano Di Lollo en la zaga; Perrone y Carboni; Véliz como centrodelantero y Aguirre y Soulé en las bandas. Organizar el colectivo para potenciar a los individuos. Eso buscará Mascherano en los dos partidos que quedan de la primera fase.

Guatemala demostró ser una selección sólida en defensa, que puede plantarse bien en su propio campo y muy disciplinada en lo táctico. Tiene carácter y fuerza en la marca y a un número diez muy talentoso que puede complicar: Arquímides Ordóñez. Perdió en el debut, pero hizo méritos para llevarse algo contra Nueva Zelanda. Le falta poder ofensivo, lo que representa una buena noticia para Argentina, porque con la excepción de Gómez, tuvo dificultades en el área propia.

Con la tranquilidad del primer triunfo y en plena búsqueda de una identidad grupal, la Selección Argentina afronta su segundo partido en el Mundial. Ganar le daría la clasificación a los octavos de final, pero el objetivo es superior a eso. La meta es demostrar que es mucho más que un conjunto de individualidades.