LAS VEGAS -- Más que un diagnóstico, aquello pareció una autopsia. Más que un reporte de errores, parecía una denuncia de cargos contra sus propios jugadores. Diego Cocca puso a contraluz lo que todo mundo pudo ver en la cancha del Allegiant Stadium: un grupo de pusilánimes.
Y así fue cuestionado por los medios presentes: “¿Hablas de mentalidad? ¿Qué problemas de mentalidad? ¿Es testosterona, compromiso, devoción?”
“Hablo de salir a competir para ganar, de salir a jugar al límite, jugar al extremo. No es ser valiente y pegarle una piña al rival. No. Es ganar los duelos y que si recibes un gol, reacciones y que sigas confiando en el plan de juego y que somos un equipo. No se trata de que se salve uno y los demás no. Si conseguimos eso, entonces podemos lograr lo que queremos”, comentó el director técnico de la selección mexicana luego de caer por goleada de 3-0 ante Estados Unidos en la Semifinal de la Nations League de la Concacaf.
¿Todo eso le faltó a tu equipo esta noche, Diego?, se le preguntó.
“Nos vimos superados. Eso pasó”, respondió para dejar en claro que al buen entendedor, pocas palabras.
Explicó que no piensa renunciar, y que si en las próximas horas es necesario platicar con los directivos, lo hará, pero espera que reciba el apoyo que le prometieron.
“Sueño con un proceso de tres años. Me parece perfecto que la FMF se ocupe, que venga, hablemos y que podamos trabajar juntos. Para el bien de la selección hay mucho que trabajar; si creemos que lo vamos a solucionar en cuatro meses, estamos muy equivocados. Sólo queda trabajar”, insistió.
“No me gusta perder y hay maneras de perder, pero realmente nos han superado. Mi trabajo es no sólo convencer a los jugadores sino a los directivos de que estamos generando cosas que nos van a ayudar a mejorar. Entiendo, por lo que me dijeron, que tengo todo el apoyo y es en los momentos difíciles cuando aparecen los verdaderos apoyos”, agregó Cocca, quien abandonó la conferencia de prensa con el rostro contraído entre la ira y el puchero.