La Selección Argentina se plantó con la autoridad de un campeón del mundo en la altura de La Paz y, con Alexis Mac Allister y Enzo Fernández como emblemas, logró una gran victoria 3-0 sobre Bolivia en la segunda fecha de las Eliminatorias Sudamericanas.
Esta vez, el mediocampista central fue el hombre de Liverpool, a diferencia de lo que había ocurrido en la Copa del Mundo de Qatar 2022. Esto ya se había visto en momentos del partido del jueves contra Ecuador y se afianzó en Bolivia. Es una idea que parece haber llegado para quedarse.
La sociedad volvió a funcionar a la perfección, con Rodrigo De Paul como una ampliación muy virtuosa de la dupla. Enzo y Alexis son la usina de juego de un equipo que siempre progresa desde el toque hacia adelante. Además, en un contexto adverso como el que siempre plantea la altura, la capacidad para jugar en pocos metros y bien ordenados fue valiosa.
Se complementan a la perfección, eso se sabe desde el segundo partido del Mundial, cuando el ingreso de ambos ordenó al equipo y fue uno de los principales motivos para lograr la tercera estrella.
Este cambio de posición parece ser una evolución natural de este mediocampo lujoso, quizás el mejor del planeta en el fútbol de selecciones. Más liberado, Enzo puede aparecer por sorpresa y también asociarse con los delanteros. Así llegó el primer gol y así llegarán otros más.
Alexis tiene una mente superior para manejar los hilos y posicionarse. También sabe marcar y ocupar espacios cuando es necesario. En La Paz su aporte silencioso fue clave para imponer condiciones desde el comienzo.