Los uruguayos se subieron al carrito, se abrocharon el cinturón de seguridad, e iniciaron el juego de la montaña rusa que propone su técnico Marcelo Bielsa. La emoción de la subida y el vértigo de la bajada.
El entrenador de la Celeste fue claro al anunciar que pregona un estilo y no lo va a cambiar. “Si usted observa, los entrenadores fracasan cuando hacen lo contrario a lo que sienten. Yo no voy a hacer algo que no sienta”, dijo en su última conferencia de prensa.
El mensaje es claro. El Uruguay de Bielsa va a salir a jugar todos los partidos, y en todas las canchas, de la misma manera: para adelante y sin temores.
Quedó claramente demostrado ante Colombia en Barranquilla. En un lugar donde habitualmente los equipos salen a cuidarse, Uruguay salió a hacer lo que dijo su entrenador: “protagonizar el partido, atacar, jugar en campo rival y no especular”. Para muchos, la idea del conductor Celeste era un verdadero suicidio. Sin embargo, el equipo de Bielsa pasó de las palabras a los hechos: jugó sin miedo.
Generó ocho situaciones de gol y pecó de mala definición, pero también tomó riesgos y caminó por la cornisa. En un momento del juego, cuando Bielsa sacó a Nández desarmando la línea de cuatro, Uruguay la pasó feo. Estuvo al borde del nocaut con dos pelotas que devolvieron los palos.
Fueron 10 minutos de desconcierto, donde al equipo le costó acomodarse. Hasta que recompuso y volvió al partido para llegar al empate y contar con una chance de Nico De la Cruz para sentenciar el juego a favor de Uruguay.
La Celeste se trajo un punto de Barranquilla siendo el fiel reflejo del pensamiento de Bielsa. “Hay entrenadores que tienen plan B y otros que no. El plan A y el plan B se resumen en dos cosas: protagonismo o especulación. Lo que pasa que es lo que todo el mundo dice, o cree, es que el cambio de distribución de los jugadores en el campo constituye un plan alternativo. Yo particularmente, lo que creo es que el estilo, la forma de jugar, es lo que no se puede modificar. Y la forma de jugar contempla protagonismo o especulación. Las dos cosas son indispensables porque defender es tan importante como atacar, y a la inversa. Lo que no puede hacer el entrenador es cambiar”.
Los uruguayos deberán estar preparados. La era Bielsa será así. A puro vértigo. Abróchense los cinturones.