Lionel Messi ingresó este jueves en la Selección Argentina a los siete minutos del segundo tiempo del partido ante Paraguay por las Eliminatorias en reemplazo de Julián Álvarez, ante una fuerte ovación del público presente en el Estadio Monumental y de allí en más fue el principal protagonista del encuentro, con un disparo en el travesaño y otro en el palo.
Apenas ingresó, con el partido 1-0 arriba, quien tenía la cinta de capitán hasta ese momento, Nicolás Otamendi, se la fue a entregar, pero Messi le dijo que se la quedara. 'Ota' insistió: no se iba a quedar con algo que es, sin discusión, propiedad de Leo.
Messi se paró enseguida en el medio de la zona ofensiva de la Albiceleste y comenzó a buscar a quienes le pasaban por su flanco izquierdo, ya sea Nicolás González o Nicolás Tagliafico.
Como siempre, con el paso de los minutos se fue moviendo en el frente de ataque. Su primer cambio de sector fue hacia la derecha, lugar por el que a los 73 minutos recibió un buen pase largo de Alexis Mac Allister, la bajó, se metió en el área y buscó un centro bajo hacia la zona del punto penal. Fue bloqueado por Gustavo Gómez.
La primera realmente peligrosa del 10 fue a los 74, cuando se hizo cargo de un tiro de esquina desde la derecha y buscó el gol olímpico. La pelota pegó en el palo opuesto luego de que el arquero rival, Carlos Coronel, solo llegara a rozarla.
Sobre el final del partido, junto a Lautaro Martínez armaron un contraataque que lo encontró a Messi con la pelota pegada al pie encarando hacia el arco por la zona central. En el último enganche un defensor se la tocó, pero él frenó, cubrió la pelota con el cuerpo y consiguió una falta, que significó un tiro libre desde la medialuna. Se hizo cargo de la ejecución y otra vez un palo le ahogó el grito de gol.
Solamente por eso el duelo terminó 1-0 gracias al tanto que en el primer tiempo había anotado Nicolás Otamendi.