En "Campeones, un año después", el especial exclusivo de Star+, el Dibu Martínez recordó el dolor que generó en la Selección Argentina la derrota ante Arabia Saudita en el debut del Mundial de Qatar 2022.
“Lo que más me acuerdo de ese día es entrar al vestuario, obviamente devastado... Me siento, me empiezo a sacar los botines, los guantes, y se escuchaba todo: el utilero, Juan Cruz, Marito y Nico, agarrando los botines, viste que los tapones se escuchan. Se escuchaba a la gente caminar, los tapones, las canilleras. Ese silencio me quedó marcado", contó Emiliano Martínez en diálogo con Sebastián Vignolo.
Dibu Martínez añadió: "Yo no puedo dormir nunca después de los partidos, tardo ocho horas, y en el micro, yendo a la universidad, cerré los ojos y me desperté en la universidad. Se ve que la tensión, la adrenalina, aunque no la sentía, me hizo dormir apenas terminó el partido. Había mucho dolor, la incertidumbre se calmó un poco cuando empató Polonia con México, que jugaron después. Ahí dijimos ‘ganamos los dos y estamos primeros’. Y lo dijo Scaloni en el vestuario el día después".
Además, el arquero reconoció que, en los días previos al partido con México, "usó mucho a su psicólogo". "Le dije: 'Pienso que si pierdo con México me voy a casa, me está matando’. Me voy a dormir, me despertaba y pensaba en eso. Yo estaba en la habitación solo y me armé mi pieza con fotos de mis nenes, sus muñequitos favoritos, la Play, como estaba en mi casa. Y dije que no me podía ir a Argentina en diez días, iba a ser devastador. Y esos tres días fueron larguísimos”, completó.
Los partidos con México y Polonia
“El entretiempo con México fue bravo, porque no estábamos seguros de lo que estábamos jugando, no éramos nosotros. Había muchos nervios en el equipo y yo lo veía. No tanto como en el segundo tiempo con Arabia, sino que no salían las cosas, no habíamos llegado al arco. Y cuando metió el gol Leo (Messi), en el segundo tiempo, empezamos a jugar más, encontramos más espacios, Enzo la mete de vuelta, y el arco estaba más abierto", afirmó Dibu Martínez, el mejor arquero del Mundial.
Y sobre el partido que confirmó la clasificación de la Albiceleste como líder del Grupo C, el arquero expresó: "Yo sabía que a Polonia lo íbamos a pasar por arriba. Solo tiraban pelotas largas a Lewandowski, y yo sabía que Ota y Cuti no lo iban a dejar mover, que era su fuerte, y cuando se nos meten muy bajos tenemos muy buena circulación, es muy difícil aguantarnos así en cero. Fijate que en todos los partidos se nos meten atrás y encontramos gol siempre".
El agónico empate de Países Bajos
El Dibu Martínez también se refirió a la igualdad de Países Bajos a los 90+11', cuando Argentina se encaminaba a las semifinales, dejando en claro que “no lo podía creer": "Veo la carita de Licha, yendo a buscar la pelota adentro del arco... Porque él piensa que en el primer gol podía hacer más, porque le ganaron, pero yo también podía hacer más, me agarró en movimiento. 5 minutos antes habían tenido otro tiro libre, por arriba de la barrera. E iba de vuelta el mismo, un poquito más cerca, y puse la barrera, con uno abajo. Dije ‘cubro el medio y el palo, acá no me mete gol ni en pedo’", manifestó.
"Y cuando la juega en corto, tengo que correr para ahí, 5 o 6 metros, y cuando empieza a correr Enzo le erra y el holandés me la cruzó. No lo podía creer”, cerró Emiliano Martínez.
La final con Francia
“En el minuto 70, dije ‘si no hacemos errores, ya está’. Yo fui a esa entrada en calor y, empezando el partido, "dije que iba a jugar la final como había jugado en el barrio El Jardín en Mar del Plata. Esta es una final del mundo, mi papá estaba en que hiciera las cosas bien, no jugara de más, no cometiera errores, estaban todos en el miedo al error, pero yo siempre pensé en lo contrario. Voy a jugar como siempre jugué toda mi vida, sin miedo, con confianza. Pase lo que pase, estoy jugando una final del mundo. Tenía al Cuti, tenía a Ota, tenía a Molina, de confianza, Tagliafico no había hecho un error en todo el Mundial, tenía al mejor del mundo. Yo nunca pienso ‘no, mirá, tienen esto’. Siempre miro lo que tengo yo", aseguró el guardameta del Aston Villa al recordar el partido del 18 de diciembre en Lusail.
Además, reconoció que en el entretiempo "se miraban como que la estaban rompiendo, pero nadie lo quería decir", destacando que "jugaron mejor que contra Croacia", pero "no pudieron meter el tercero y liquidarlo antes del penal".
Dibu Martínez confesó que, según su opinión, no atajó bien ante el equipo de Kylian Mbappé y compañía: "Creo que lo bueno del Mundial es que ya habíamos perdido, sabíamos lo que era la derrota (Arabia Saudita), y ya sabíamos lo que era ganar y que te empaten y te lleven al alargue (Holanda). Pero ves el alargue, y fue otro partido. Merecimos ganarlo y te lo empatan de vuelta. Y yo pensé que en ese partido atajé mal, porque me llegaron tres veces y fueron tres goles. Está bien, fueron dos de penal, pero no atajé bien, en el otro gol de Mbappé estaba mal parado, la toco y me vence. No sentí que atajé bien esa final. Después ven la atajada del final, o los penales, pero para mí no atajé bien ese partido".
¿En qué le cambió ser campeón del mundo?
El Dibu Martínez reconoció que, a diferencia de lo que había sucedido en la Copa América, cuando quería que Leo (Messi) ganara un título con la Selección, olvidándose de la gente, en Qatar 2022 pensó más en los hinchas, "por cómo estaba el país, el tema del dólar, a la gente cada vez le cuesta más". Y completó: "Se unió el país: los ricos, los pobres, la clase media, y eso es lo que más satisfacción nos dio”.
“Lo que más disfruté es que, en el conjunto, tenemos una estrella más. No es solo ‘gané esto’, sino que es ‘generé esto para la generación que venga’. Argentina tiene tres estrellas. No es que esta camada ganó la Copa del Mundo, sino que le generamos un estándar a la siguiente generación, que va a querer ganar la cuarta. Porque al final en Argentina el fútbol es unión, es pasión, y dejamos un legado para la siguiente camada, en 20 o 30 años", afirmó Dibu Martínez.
Asimismo, el surgido de las inferiores de Independiente confesó que ser campeón del mundo solo le cambió "en que no puede ni caminar en Argentina", enfocándose rápidamente en seguir ganando títulos con la Selección argentina.
"A mí me encantan los llantos de los nenes cuando te ven, lo que generás en los chicos es impresionante. Eso es lo único que cambió, que te ven como un Dios los nenes, que son inocentes, sos su ejemplo. Pero en la vida nada, yo soy un enfermo por mejorar, vengo a entrenar más temprano, porque una vez que sos campeón del mundo y llegás a ese nivel, hay que mantenerlo. Por eso lo aprecio mucho a Leo, porque lo que hace él no es tan fácil, mantenerse a ese nivel, y es un mensaje. Yo lo logré un año, vamos a ver si lo puedo lograr de vuelta, mi meta es lograrlo de vuelta. Quiero bordar otra estrella, quiero ganar una Copa América más, decir que esta camada va a ser la mejor de toda la historia. Todavía nos falta. Enzo tiene 15 partidos, Mac Allister también, yo tengo 30, no 100”, agregó Dibu Martínez.
En otro orden, Emiliano Martínez afirmó que tiene la Copa del Mundo "todo el día en la cara", ya que la tiene con luces celestes en el estudio en el que juega a la Play y tiene reuniones". El número 23 contó: "La miro y sonrío. No la toco, porque está en una caja. Pero te levantás a veces, cuando va algo mal, o ves a Inglaterra nublado, y decís ‘logré lo máximo’. Gané el mejor arquero del mundo en la temporada y no estuve tan feliz como al ganar una Copa América, es la verdad. Yo sentí mucho más placer ganando la Finalissima”.
Los multitudinarios festejos en Buenos Aires
“Sentí que podía estar un poco mejor organizado. Mucha gente se lastimó. Tendríamos que haber cerrado los puentes, tendríamos que haber hecho diferentes horarios y rutas, citarlos en estadios, capaz ir a dos o tres y después ir al Obelisco. No lo pude disfrutar del todo. Era tanto caos, no sabías a quién saludar", contó Emiliano Martínez en "Campeones, un año después".
Y confesó que se fueron el helicóptero ya que, de tanto frenar, el micro se quedó sin embrague: "Lo hizo mierda, por eso nos fuimos en helicóptero. El Chiqui empezó a llamar para que nos ayudaran, y en 10 minutos teníamos 15 helicópteros, que nos dieron la vuelta por el Obelisco. Pero me hubiera gustado estar ahí con la gente. En helicóptero estaba con Julián, Rulli, el Huevo, teníamos una sed, hacía 30 grados, venía de Inglaterra blanco y parecía un tomate. Sin crema, sin agua, había champagne nada más. Estábamos cansados también, veníamos muertos”.
Cómo se traza los objetivos
“Me acuerdo de que cuando jugaba en la Sub 17 le había dicho a mi viejo: ‘Acordate, voy a ser el mejor arquero del torneo’. No lo ganamos, perdimos la final con Brasil, pero fui elegido mejor arquero del torneo. Desde chico siempre buscaba ser el mejor, en las inferiores de Independiente ser el mejor de la temporada, o el mejor de todas las inferiores del club", contó el Dibu Martínez, en la línea de su filosofía.
Dibu Martínez añadió: "Siempre me ponía objetivos mínimos, y cuando vas creciendo… En la Copa América no pensaba en que a los dos años iba a jugar el Mundial. No, vamos por la Copa América, después la Finalissima, me voy poniendo objetivos cortos que sean difíciles de cumplir. Ahora me piden la cuarta, otro Mundial, y yo digo que lo disfrutemos, porque a veces te ponés tanto en la cabeza que no terminás de disfrutar. Cuando vamos a jugar con la Selección ahora, lo disfrutamos el Mundial; con Panamá y Curazao me hubiera gustado que fueran top potencias mundiales, pero los re disfrutamos con los chicos. Es lo poco que disfrutás como profesional, porque después venís acá y es pam, pam, pam, trabajo, frío. Y con la Selección es totalmente otro ambiente”.
El ambiente de la Selección Argentina
En ese orden, la figura en los penales frente a Países Bajos y Francia ahondó: “Yo he hablado con muchos europeos y te dicen ‘a veces es complicado jugar en la Selección, y volvemos al club y estamos más tranquilos’. A nosotros nos pasa completamente lo opuesto, lo que sentimos realmente es único. Vamos a la Selección y estamos todos felices, nos abrazamos, es como jugar con amigos. Jugábamos de visitantes, entra un chico faltando tres minutos y entra con buena cara, jugando con la Selección campeona del mundo. Los que no están, sufren. Antes capaz iba todo el mundo, ahora el que no va sufre. Es algo muy lindo que está pasando hoy en día”, concluyó Emiliano Martínez en "Campeones, un año después".