La frase pertenece a Ángel Di María, superado por la emoción tras ganar la Copa América 2021 con Argentina en Brasil. El festejo entre los suyos perdió intimidad, aunque dejó una postal que certifica la importancia del esfuerzo para la victoria final. Envuelto en su medalla de campeón la pronunció en una celebración a la distancia desde su celular en el Maracaná.
Vale aplicarla para Colombia. En esta Eliminatoria ya consiguió en ocho partidos, un poco más de la mitad de los puntos para clasificar directamente al Mundial 2026. Con 16 unidades está segunda de la tabla de posiciones, con dos menos que el líder.
Está invicta con algunos altibajos en su fútbol. A veces se confunde en defensa y perdona demasiado en el área. La valoración de este proyecto de Néstor Lorenzo suma méritos porque se afianza con victorias a los grandes.
Por primera vez le ganó 2-1 a Brasil con el doblete de Luis Díaz en Barranquilla. Primer impulso para fortalecer grupo y convicciones. En la pasada Copa de Estados Unidos maduró mucho más el proceso. Fue finalista y pese a la derrota, quedó en paz con el escudo.
Volvió a vencer a Argentina después de 31 años en el estadio Metropolitano. El partido parecía encaminado a la frustración por los nervios en defensa, el empate por el error de James y la temperatura imposible de la tarde. Respondió con autoridad comandado por su capitán.
“Antes también ganamos a Brasil, a Uruguay, hemos tenido grandes victorias y se vislumbraba que podíamos codearnos con los mejores, es difícil de cero a salir campeón, pero eso es lo que queremos, mantenernos ahí”, resumió el DT.
Lo que tanto se reclamaba está al día. Superar a los grandes. Demostrar que esta etapa con Lorenzo va en serio. Colombia dio un paso que necesitaba. Rompió la pared. Está lista para ir por más.