En un partido de vida o muerte, Perú le ganó un partido clave a Bolivia en el Estadio Nacional y renació su ilusión de clasificar a la próxima Copa del Mundo. Óscar Ibáñez fue el elegido por Agustín Lozano para suceder a Jorge Fossati y el expreparador de arqueros de Ricardo Gareca apostó de plano por volver a la línea de 4 defensores y al dibujo 4-3-3, el último que realmente había funcionado en la selección de Perú. A partir de la comodidad de los jugadores y la confianza a los referentes, Perú volvió a ser ese equipo vertical y asociativo para dominar y empezar a empujar a Bolivia hacia su arco. Para una selección que había anotado apenas tres goles en sus anteriores doce partidos, Ibáñez supo acertar dándole la confianza a referentes como Paolo Guerrero y André Carrillo, que dinamizaron el ataque bicolor y fueron claves para romper el partido en el Estadio Nacional. A partir de la categoría de Guerrero y Carrillo, Perú salió de la nebulosa de la primera media hora de juego y empezó a acercarse con mayor peligrosidad a arco contrario. Guerrero activó a los extremos Bryan Reyna y Andy Polo, y el segundo anotó el 1-0 y asistió al '9' para el 2-0. Bolivia salió con otra actitud del descanso y Perú empezó a sufrir el partido. Óscar Ibáñez supo acertar al refrescar la zona del mediocampo y del ataque, y la selección tuvo otra marcha para liquidar el partido. Ante un rival necesitado del empate, la Bicolor supo defenderse mejor y aprovechar los espacios para sentenciar el partido con un gol de Edison Flores. Perú rompió una racha de tres partidos sin ganar, pero lo más importante es que recuperó el fútbol, la memoria y la confianza para encarar la recta final de las Eliminatorias para el Mundial 2026.
