Insólita situación se dio en el duelo de vuelta entre Alemania e Italia por los cuartos de final de la Nations League. Los teutones fueron absolutamente superiores a los tanos en todo momento, pero aún así nadie esperaba el increíble gol que significó el 2-0 parcial.
¿Qué pasó? Donnarumma desvió al córner un tremendo cabezazo de Kleindienst y, caliente por lo mal que estaba defendiendo su equipo, salió de abajo de los tres palos a gritarle a los suyos. Fuera del área chica, tanto el arquero como sus defensores se quedaron discutiendo, y ahí llegó la avivada alemana. Kimmich se percató de la situación y fue rápido a ejecutar el tiro de esquina. La jugó bien cerca del arco, donde esperaba solito Musiala, que apenas la tuvo que empujar contra la red. ¡Increíble!