El estadounidense Mark Twain, uno de los escritores más trascendentes de la historia, popularizó el pensamiento de que existían tres tipos de mentiras: “Las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas”. Una idea que puede aplicarse a diferentes aspectos del conocimiento. Por lo tanto, también al fútbol. Y por lo tanto, también el Mundial 2026.
La tabla de posiciones histórica, que abarca a los 22 Mundiales jugados hasta hoy, muestra el rendimiento de los 80 seleccionados con al menos un partido en la competición. Pero, ¿cuánta justicia hay en una estadística que abarca todas las Copas, cuando muchos de los seleccionados que participan ahora en el torneo no siempre compitieron en estos casi 100 años? Incluso, en diversos casos, directamente no existían como países en buena parte de ese lapso temporal, como la mayoría de los africanos y algunos europeos y asiáticos.
Una posibilidad para moderar esa injusticia, y tratar de no caer en la falacia que cuestionaba Twain, es pensar en una línea más cercana de comienzo de la historia, que parece sensato establecer en 1982, cuando arrancó lo que hasta hoy es la segunda mitad de la era de los Mundiales. La idea es omitir por un momento el tiempo anterior y darles prioridad a las Copas del Mundo organizadas más de acuerdo a los criterios actuales, con fases de grupos al inicio del certamen y un mínimo de 24 equipos, lo que empezó a garantizar la participación de un número relevante de seleccionados que hasta los 80 eran apenas invitados extravagantes a la fiesta del fútbol.
Brasil y Argentina, siempre arriba en los Mundiales
Ya inmersos en esa nueva estadística, es justo consignar que si se apunta al grupo más reducido de la elite, los cinco mejores, el panorama no es muy distinto en la tabla histórica general que en esta segunda mitad. Sigue Brasil como líder, escoltado -en este caso, a apenas seis puntos- por Alemania y en el último escalón del podio está Argentina. Sólo se invierten los puestos en el cuarto y el quinto lugares, donde Italia cede su posición a manos de Francia, de grandes rendimientos en las citas más recientes -campeón y subcampeón en los últimos dos Mundiales, en los que la Azzurra no participó, por ejemplo. Pero las cosas cambian bastante cuando se amplía la mirada sobre la estadística.
Croacia es un caso testigo para reflejar el desbalance, ya que su historia sólo abarca los últimos siete Mundiales, menos de un tercio del total. Se independizó de Yugoslavia en 1991 y recién empezó a participar en Eliminatorias para la edición de Francia 1998, cuando además de clasificarse alcanzó el tercer puesto. Sólo quedó afuera de una de las Copas del Mundo jugadas desde entonces, y de esos seis torneos se metió entre los cuatro mejores nada menos que en la mitad: en dos fue tercero y en una, subcampeón. Está claro que desde que juega es uno de los mejores, pero su posición histórica apenas le otorga el 19° puesto. La tabla de la última mitad de los Mundiales, en cambio, lo muestra a las puertas del top ten, en el undécimo lugar. Y si se tomaran sólo los últimos siete torneos, Croacia, con sus 47 puntos, estaría 10 arriba por ejemplo de Italia.
En este caso también se da una curiosidad en el conteo que tiene que ver con criterios preestablecidos y que vuelve a perjudicar a Croacia. Las unidades que en su momento consiguió Yugoslavia se suman para Serbia, porque en general la opción de los analistas es que el arrastre vaya al país donde quedaba la ciudad capital de la república original, en este caso Belgrado. Algo similar se dio con la Unión Soviética y Rusia, y con Checoslovaquia y República Checa. Los croatas llegaron además a participar en Francia 1998 a la vez que lo hizo Yugoslavia. Pero si a Croacia se le contaran los 49 puntos que hizo Yugoslavia hasta 1990, cuando eran el mismo país, y se agregaran los que consiguió como seleccionado independiente, saltaría desde el 19° lugar que ocupa ahora en la tabla histórica hasta el noveno, desplazando a Uruguay.
El otro gran cambio en los números se da con los seleccionados de Asia y África. Hasta 1978 inclusive, sólo habían aparecido en los Mundiales cuatro equipos africanos (Egipto, Marruecos, Zaire -hoy República Democrática del Congo- y Túnez) y cinco asiáticos (Indias Neerlandesas -hoy parte de Indonesia-, Corea del Sur, Corea del Norte, Israel e Irán). Todos habían participado solamente una vez. Ocupaban los últimos puestos de la tabla y entre los más destacados se encontraba Corea del Norte, que en 1966 se anotó una espectacular victoria frente a Italia -la única de todos los asiáticos en esos primeros once Mundiales- y llegó a cuartos de final, y Túnez, que en Argentina 1978 consiguió ante México el primer triunfo de un seleccionado de su continente.
Desde 1982 hasta la fecha, el gran emergente de los seleccionados de esos dos continentes es Corea del Sur. Desde 1986 tuvo asistencia perfecta a las Copas del Mundo y se mete en el top 20 del período con un 18° puesto. En cambio, en la tabla general todavía está relegado al 26°, debajo entre otros de República Checa y Austria, de presencia casi nula en los últimos tiempos. Cuatro africanos, por su parte, entran al top 30 de la tabla “moderna”, lo que por ahora se les niega en la histórica: Camerún (26°), Marruecos (28°), Nigeria (29°) y Senegal (30°).
Claro que no sólo en África y en Asia cambiaron las cosas. Francia y España son los casos más significativos de crecimiento en la historia reciente. Hoy parece mentira, pero los dos estaban debajo de Chile en la tabla general hasta antes de que se jugara el Mundial de 1982. Ambos tenían, además, más derrotas que victorias en el certamen. España había jugado apenas 18 partidos entre 1930 y 1978, y desde entonces disputó 49, poco menos del triple. En la última mitad de las Copas figura sexto, y en la tabla histórica está séptimo, por debajo de Inglaterra.
Entre los que aún no ganaron títulos, Bélgica es otra muestra emblemática de mejora desde 1982. Por ese entonces, era uno de los equipos peor ubicados de la tabla histórica, a pesar de haber jugado ya cinco Mundiales, en los cuales había disputado nueve partidos, con una victoria (3-0 a El Salvador en México 1970), un empate y siete caídas.Tenía, entre otros, los mismos puntos que Cuba, de solitaria participación en Francia 1938. Si se toman en cuenta los últimos once Mundiales, ciclo que Bélgica comenzó nada menos que con una victoria 1-0 en el Camp Nou ante Argentina, que era el campeón vigente, es el noveno mejor ubicado.
Si de evolución se trata, es muy destacable lo de México, que hasta España 1982 sólo había ganado tres partidos, y dos de ellos habían sido como local -el único triunfo fuera de casa era un 3-1 en Chile 1962 a Checoslovaquia, que luego sería subcampeón del certamen. En la segunda mitad de los Mundiales es nada menos que décimo, por encima de la 13° posición que ocupa en la tabla histórica.
También el de Colombia es un salto de calidad digno de mencionar. El mismo seleccionado que hasta 1982 sumaba apenas un punto, está en el top 20 de la tabla más reciente, al ocupar el 19° puesto, además con una efectividad por encima del 50%. En la tabla general histórica, en cambio, se encuentra bastante atrás: 27°.
En oposición, y aunque se mantiene todavía como un equipo de élite, es muy negativo el contraste de Uruguay entre ese “primer tiempo” de los Mundiales, cuando estaba cuarto en la tabla histórica gracias en buena medida a las campañas de sus dos títulos, y esta segunda mitad en la que se ubica 13°, lo que lo relegó al noveno puesto de la tabla histórica general. En este período tiene también la misma cantidad de partidos ganados que perdidos: 11.
Como conjunto, los países de Europa del Este son los que mostraron un deterioro más marcado, sobre todo en el caso de Hungría. A muchos les costará creer que hasta 1978 era nada menos que sexto en la tabla histórica. Desde 1982 hasta hoy tuvo apenas dos participaciones en Mundiales, que además fueron muy poco felices, y está 50° entre 74 seleccionados. En la tabla histórica, en cambio, conserva un más benévolo 18° lugar.
República Checa es otro seleccionado de marcada decadencia. Es uno de los pocos que disputó más Mundiales antes de 1982 (seis, y llegó de hecho a las finales de 1934 y 1962) que después. Jugó en España y luego en Italia 1990 cuando todavía integraba Checoslovaquia, y ya independizada sólo apareció en 2006, donde quedó eliminada en primera ronda. Tiene el 35° puesto en los últimos Mundiales, pero conserva el 20° en la general.
Otro capítulo es Suecia, que figuraba séptimo en la tabla histórica antes de 1982, con un subcampeonato en su Mundial y otras dos presencias entre los cuatro mejores. Pero apenas participó en cinco Mundiales -menos de la mitad- desde aquella cita en España y está 16° en la tabla “moderna” y 11° en el conteo general.
Un párrafo aparte merece la cuestión de las presencias en Mundiales, que explican buena parte de los cambios entre lo ocurrido en cada período. Ya antes de 1982, Brasil había quedado como único seleccionado con asistencia perfecta. Más allá del obvio mérito deportivo, es importante consignar que en algunas ausencias de las épocas fundacionales de la Copa del Mundo tuvieron que ver factores que no se relacionaban con la calidad de los equipos. Por citar a un ejemplo cercano, Argentina sólo quedó afuera por la vía deportiva en México 1970, y en cambio desistió de participar, por diversos motivos, en 1938, 1950 y 1954. Alemania, por caso, fue parte del boicot europeo al Mundial de 1930, y en 1950 no jugó por estar sancionada luego de la Segunda Guerra Mundial.
En esta etapa más reciente, además de Brasil, hubo otros tres seleccionados que nunca faltaron: Alemania, Argentina y España. En el siguiente escalón, con 10 presencias, aparecen Inglaterra (no pasó las Eliminatorias en 1994) y la que para algún desprevenido podría ser una sorpresa: Corea del Sur.
También en el ámbito de las asistencias a Mundiales, resalta un dato elocuente: de los 80 equipos que integran la tabla histórica, son 33 -poco menos que la mitad- los que inauguraron su historial desde 1982 hasta hoy. En cambio, apenas hay seis que jugaron hasta 1978 y no volvieron a hacerlo: uno es Alemania Democrática, que ya no existe más como república; otro, Haití, que romperá la racha porque se clasificó para 2026; otro, República Democrática del Congo, que todavía tiene una chance en el repechaje; y apenas hay otros tres restantes, que son Israel, Cuba e Indonesia (tiene una participación por las Indias Neerlandesas en 1938).
Por último, pero no menos importante, están los títulos. De los ocho campeones, hay cinco que se consagraron dos veces desde 1982: Italia (1982 y 2006), Argentina (1986 y 2022), Alemania (1990 y 2006), Brasil (1994 y 2002) y Francia, que hasta 1978 no tenía consagración alguna (1998 y 2018). España también inauguró su palmarés con la coronación en Sudáfrica 2010. En la etapa anterior quedaron las coronaciones de Uruguay (1930 y 1950) e Inglaterra (1966), sin festejos grandes en la etapa más moderna.
