La Selección de Camerún ya había sorprendido al mundo en España 82. Empató los tres partidos de la primera fase, ante Chile, Italia y Austria y, pese a que quedó eliminado, su juego alegre y desestructurado recibió muchos elogios en un campeonato en el que los esquemas defensivos marcaron el paso. En dicho Mundial, los Leones Indomables no hicieron más que plantar una semilla que fue cosechada ocho años después. En Italia 90, Camerún se convirtió en la primera gran Selección africana de la historia.
Cuatro jugadores estuvieron presentes en ambos campeonatos: Emmanuel Kunde, Joseph Antoine Bell, Thomas N'Kono y Roger Milla. Estos dos últimos fueron las grandes figuras del equipo y además fueron símbolos del surgimiento del fútbol africano. Milla jugó en Italia casi de casualidad. Con 38 años, ya estaba retirado del fútbol profesional, pero el propio presidente de la Nación, Paul Biya, lo llamó para que integrara la delegación y así liderara a los jóvenes futbolistas cameruneses. El destino quiso que, pese a jugar pocos minutos e ingresar en los segundos tiempos, Milla sea uno de los mejores jugadores de la Copa.
El sorteo no fue nada benévolo con los africanos. El debut sería en el partido inaugural del certamen, frente a la Argentina de Maradona. Luego, debía chocar con Rumania y cerrar el grupo contra Unión Soviética. Sin dudas, Camerún era el equipo más débil de la zona, pero como en el fútbol los antecedentes no importan nada, finalizó en el primer puesto.
En su presentación, en Milan, los Leones Indomables dieron uno de los batacazos más resonantes de todos los tiempos. Con un gol de François Onam-Biyik en el segundo tiempo. vencieron 1-0 a Argentina y asombraron al planeta, como ya lo habían hecho ocho años antes. El diario español La Vanguardia así lo relató: "Todo estaba preparado para que Maradona fuera la estrella de la inauguración de la Copa del Mundo, pero la estrella fue el modestísimo Camerún. Con intrigas intestinas, diezmado por una parcialísima actuación arbitral, que le dejó con diez jugadores al cuarto de hora de la segunda parte, Camerún desmitificó, si es que ya no lo estaban, a los aún campeones mundiales".
El equipo sudamericano, mucho más dotado técnicamente, fue superado por la potencia física de los africanos. El partido no fue nada bueno y Camerún jugó al borde del reglamento. De hecho, hay imágenes de patadas casi criminales contra Diego Maradona. El conjunto camerunés ganó porque supo aprovechar su momento y porque su adversario jamás le encontró la vuelta al encuentro. Fue la sorpresa más resonante de esta Copa del Mundo.
Pocos días después todos estaban ansiosos por volver a ver a Camerún, que no decepcionó. En su segunda presentación, venció por 2-1 a Rumania y se clasificó a los octavos de final. Roger Milla fue la gran figura de la victoria, no sólo por los dos goles, sino porque su ingreso le dio una inyección anímica a sus compañeros. Así lo relató La Vanguardia: "Camerún volvió a romper todos los pronósticos y se convirtió en la primera selección que alcanza, matemáticamente, el derecho a disputar los octavos de final de esta Copa del Mundo. Su victoria sobre Rumania (2-1) tuvo a dos viejos leones, el guardameta N'Kono y el delantero Milla, de 35 y 38 años respectiva mente, como grandes artífices".
En el último partido del grupo, el entrenador Valeri Nepomnyashchi decició incluir a varios jugadores suplentes y el equipo perdió 4-0 contra Unión Soviética, que de todos modos no logró avanzar de ronda. A pesar de este resultado, Camerún se clasificó en primer lugar y su rival en octavos fue Colombia, que venía de obtener un empate histórico frente a Alemania Federal.
El choque entre Camerún y Colombia fue uno de los mejores y más emotivos de todo el torneo. Los noventa minutos en el estadio San Paolo de Nápoles finalizaron empatados sin goles, pero lo mejor llegó en el suplementario. Allí, una vez más brilló Roger Milla. Marcó dos goles, el segundo después de un increíble error de René Higuita. Luego Bernardo Redín descontó pero la historia ya estaba escrita: Camerún era el primer equipo africano en meterse entre los ocho mejores de una Copa del Mundo. Y lo había hecho con armas nobles.
Con nada que perder, los Leones Indomables se enfrentaron a Inglaterra en cuartos de final. Y allí, otra vez en Nápoles, jugaron su mejor partido. Merecieron eliminar a la Rubia Albión, pero les faltó oficio y suerte. Sólo por eso no alcanzaron las semifinales, porque fútbol sí les sobró. Después de un primer tiempo parejo que terminó con el equipo inglés arriba en el marcador gracias a un un gol de David Platt, Camerún brilló en la segunda parte y dio vuelta el resultado com los goles de Kunde y Ekeke. Recién a siete minutos del final Gary Lineker puso el empate con el que finalizaron los noventa minutos reglamentarios.
En el suplementario, el Seleccionado africano se quedó sin energías y eso fue aprovechado una vez más por Lineker, quien decretó el 3-2 final. Así lo comentó el diario La Vanguardia: "Hay que hablar obligatoriamente de un Camerún sorprendente, que impresionó á los ingleses en el segundo tiempo. Los británicos se habían avanzado en el primer periodo, pero luego se vieron superados por la inspiración de Milla y sus compañeros, que realizaron uná auténtica exhibición después del descanso. Tan sólo un penal a siete minutos del final permitió a Lineker establecer el empate a dos en el marcador, cuando los africanos ya acariciaban el sueño de seguir adelante. Otra vez Lineker, esta vez en la prórroga, estableció el 3-2 definitivo, que no hacía justicia a los méritos de los. cameruneses, grandes protagonistas en Italia'90".
N'Kono en el arco, Kunde, Massing, Ebwelle y Tataw en la defensa, M´Bough, Makanaky, Pagal y Kana-Biyik en el mediocampo y Omam-Biyik y Roger Milla en la delantera. Esa fue la base de un equipo que revolucionó no sólo a Africa, sino al fútbol mundial todo. Por primera vez, europeos y sudamericanos vieron cómo un representante de otra región mostraba credenciales para dar pelea en el gran torneo. Camerún se quedó en la puerta de la gloria, pero la despedida con vuelta de honor en San Paolo tras la caída ante Inglaterra fue el mejor premio para una Selección que quedará para siempre en la memoria.