Una generación de jugadores que sentían el fútbol de la misma manera, cuya gran motivación al saltar al terreno de juego era el amor que sentían al representar la bandera blanquirroja. De esta manera uno puede describir a la gran Selección Peruana que nos representó en el Mundial de México 70. Sin duda, un equipo que se ganó un espacio en la historia del fútbol nacional por la expresión futbolística que demostraron en cada encuentro.
La importancia de los hombres que jugaron aquella Copa del Mundo hace 50 años se basa, sobre todo, en el hecho de haber dado a conocer al mundo la identidad del fútbol peruano. Un juego basado en la picardía y el toque al ras del campo como principal argumento. Un equipo que se caracterizó por tener futbolistas con una técnica exquisita y valentía para demostrar ese talento en cualquier estadio del mundo.
La generación de futbolistas que nos representaron en el Mundial de México 70 fue capaz de inspirar al compositor Félix Figueroa en escribir la canción Perú Campeón. La pieza fue escrita en 10 minutos tras la victoria peruana ante Argentina en el estadio Nacional por 1-0 con gol del gran Pedro Perico León. Aquel triunfo que sirvió para que luego el histórico empate 2-2 en la Bombonera alcanzara para lograr la anhelada clasificación. Estas letras se siguen cantando a todo pulmón en donde juegue la Blanquirroja, generación tras generación. El once que se escucha en la polka Perú Campeón sigue siendo entonada por la hinchada. “Con Rubiños en el arco, la defensa es colosal, Gonzáles, Orlando Torres, Nicolás Fuentes y Chumpitaz. Chale, Mifflin y Cubillas y el gran Perico León. Baylón y Alberto Gallardo completan la Selección”.
La Selección Peruana, dirigida por Waldir Pereira Didí, tuvo su debut en el Mundial de México 70 ante Bulgaria. El equipo tuvo que saltar al campo de juego sabiendo que días antes, el 31 de mayo, había ocurrido un terremoto en Huaraz en el que 50 mil peruanos perdieron la vida. Lejos de sus familias y de su Patria, el cuadro de Didí afrontó el partido y demostró tener la capacidad de superar la adversidad. El primer tiempo terminó con un 2-0 a favor de Bulgaria, pero en la segunda mitad, Perú le dio vuelta al resultado por 3-2 con goles de Gallardo, Chumpitaz y Cubillas.
Dentro de la generación que jugó el Mundial de México 70 resaltan futbolistas con un talento que sorprendió al mundo entero. En la defensa, el capitán Héctor Chumpitaz demostraba el liderazgo y garra para defender cada pelota que se aproximaba al arco peruano. El mediocampo tenía a Ramón Miffin y Roberto Chale como la combinación perfecta de agresividad en la marca y buena técnica para entregar el pase. En el ataque, Pedro Perico León con su control de pecho sorprendía a cualquier defensa contraria.
Sin embargo, más allá de la capacidad de cada integrante del plantel, hubo un jugador que, con goles, exquisita técnica y picardía logró marcar una diferencia. Teófilo Cubillas. El Nene logró anotar 5 goles en 4 partidos jugados y fue elegido como el mejor jugador joven del campeonato.
Esta generación histórica de futbolistas dejó recuerdos imborrables en la mente del hincha peruano. El triunfo ante Argentina en el estadio Nacional y luego el empate en la Bombonera que nos permitió llegar a México 70 y la capacidad de reacción ante la adversidad y regalarle al Perú un triunfo de 3-2 ante Bulgaria en el arranque del Mundial son los más fáciles de ver. Sin embargo, el partido ante Brasil por los cuartos de final del Mundial de México 70 es uno de los mejores partidos disputados por Perú en su historia. Si bien es cierto, el resultado fue triunfo para el equipo de Pelé por 4-2, el juego mostrado por los dos equipos pone el encuentro como uno de los mejores en la historia de las Copas del Mundo.
Sin duda, la mejor generación de futbolistas peruanos fue la que nos representó en el Mundial de México 70. La expresión futbolística del equipo dirigido por Didí dejó el alto el nombre del Perú y el concepto del juego peruano. El toque con una picardía distinta y esa calidad para poner el pie en el balón para cada pase quedó en la memoria del mundo.