Cuando Daniel Alberto Passarella desembarcó en Uruguay mucha gente puso el grito en el cielo. Su contratación como técnico de la selección era romper con 100 años de historia. Jamás un extranjero había dirigido a la celeste.
Y por más que Juan Eduardo Hohberg, que defendió a Uruguay en el Mundial de 1954 y fue DT del equipo seleccionado, había nacido en Córdoba, se lo consideraba un uruguayo más. La historia marca que son pocos los argentinos que defendieron la camiseta de Uruguay y que un solo uruguayo cruzó el charco para defender a la albiceleste.
Pocos saben que un histórico del Club Nacional de Fútbol y la selección uruguaya como Marcelino Pérez, nació en Buenos Aires. A los tres años de edad sus padres se mudaron a Montevideo y se instalaron en el barrio Pocitos. Marcelino llegó a ser campeón sudamericano con la celeste.
El máximo goleador de la historia del fútbol uruguayo, Atilio García, nació en Junín, Argentina. Atilio debutó en Platense, pasó a Boca y en 1938 lo compró Nacional. No se fue más del país. Se nacionalizó uruguayo. En el año 1943 los hinchas de Nacional hicieron una colecta para comprarle una casa y el día que se reunió el dinero se organizó una caravana y llevaron a Atilio en andas hasta su nuevo hogar, donde le entregaron las llaves.
García jugó con Uruguay la Copa América de 1945 (llamada Sudamericano Extra en aquel entonces) en Chile. Disputó cinco encuentros marcando cinco goles lo que lo transformó en el goleador del conjunto celeste.
Unos años después fue el turno del cordobés Juan Eduardo Hohberg. El conocido Verdugo se nacionalizó uruguayo y defendió a la selección en el recordado Mundial de 1954.
Hohberg fue protagonista del partido semifinal contra Hungría donde su corazón se paralizó por un instante. Luego del empate celeste, el Verdugo se sintió mal, sufrió un desmayo y debió ser reanimado a un costado del campo de juego. Posteriormente fue entrenador de la selección uruguaya.
En 1962 otro argentino que se puso la celeste: fue Juan José Rodríguez. El referido jugador se sumó a la denominada Selección Montevideo que jugó un amistoso contra República Checa.
Aquella selección también la integró el ecuatoriano Alberto Spencer. Uruguay tuvo la particularidad que jugó de camiseta roja por tratarse de un amistoso.
Otro campeón con Uruguay, Gustavo Matosas, nació en Buenos Aires el 27 de mayo de 1967, coincidiendo con el pasaje de su padre Roberto por River Plate de Argentina.
Y si bien se vino desde niño a Uruguay, un dato curioso es que formó parte del plantel y fue titular del equipo que le arruinó a los argentinos la Copa América de 1987 en el Monumental de Núñez.
Un hecho de similares características ocurrió con el golero Fernando Muslera. El uno celeste nació en Argentina el 16 de junio de 1986 coincidiendo con que sus padres estaban trabajando en la vecina orilla.
Muslera fue vital en la definición por penales en la Copa América de 2011 donde Uruguay eliminó a Argentina en semifinales.
El único uruguayo que defendió a los argentinos en un partido oficial fue Horacio Vignoles en 1913 y curiosamente fue ante Uruguay.
Y el otro caso no es de un jugador, sino el del técnico Daniel Passarella que en 1999 desembarcó en territorio uruguayo para hacerse cargo de la Celeste.
Hoy, tras los pasos de Passarella, la Celeste se embarcó en la aventura del rosarino Marcelo Bielsa. "El Loco", que supo anteriormente dirigir a las Selecciones de Argentina y Chile, llegó a Uruguay con el objetivo de conducir a una prometedora generación de futbolistas liderada por Valverde y compañía rumbo a la Copa del Mundo del 2026.