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Jimmy Lozano y lo enfermo de la Selección Mexicana

HOUSTON — Ellos, los jugadores, quieren entrenar poco. Ellos no quieren trasladarse grandes distancias. Y los 'europeos' quieren privilegios. Ellos, algunos, querían irse a casa. Ellos, algunos, hicieron una disección/autopsia de Diego Cocca ante los directivos. Ellos, algunos, han tomado el mando de la Selección Mexicana.

Fracasaron en la Liga de las Naciones. Estados Unidos los arrolló: física, mental, moral, técnica y futbolísticamente. Fue demasiado poderoso para tanta fragilidad emocional. Les hizo tres, pudieron ser seis. Sementales contra eunucos.

Jaime Lozano arribó este martes a Houston. Trabajará a partir de este jueves en Houston Sports Park. Sus dirigidos gozan de martes y miércoles de asueto. Algunos vacían las tiendas, otros, los restaurantes, otros se esfuman, otros se recluyen. Es lo único que agradecen a Diego Cocca, ese par de días de asueto.

Y aunque el primer encuentro extra-cancha se dará este miércoles, no se abordarán temas de cancha, sino de acercamiento y motivación. Lozano quiere escucharlos. Mientras más hablen ellos, mejor los conocerá y sabrá con quién puede contar y con quién no, moral, mental y emocionalmente.

¿Qué viene ahora? Una labor herculina. Lozano debe poner en pie de guerra a los embalsamados por EE.UU. y medianamente resucitados ante Panamá. En tres días, deberá tener un equipo competitivo ante una Honduras que llega de perder con Venezuela.

1.- Lozano, por convicción, por estilo y por urgencia recurrirá al orden. No morir es más importante que matar. Soldado precavido no muere. Cuatro en el fondo, dos contenciones, dos por los costados con labores limitadas de interiores, uno en punta y el conflicto es quién podría jugar detrás de Henry Martín.

2.- Tiene poco tiempo para darles potencia y fondo. Aníbal González, su preparador físico, suele tener conflictos por la energía e intensidad de sus entrenamientos. Si los seleccionados se quejaban de entrenar mucho con Diego Cocca, pueden preparar sus pañuelos y a sus plañideras.

3.- Los mismos jugadores fueron deshonrados en el discurso entre dictatorial y populachero de Juan Carlos Rodríguez: “(ante Estados Unidos se perdió) el sentido de portar con profesionalismo una camiseta que, al menos esta vez, nadie se sintió representado”. Sí, emocional y pasionalmente fueron ultrajados. ¿Podrá penetrar Lozano en esas cavernosas cabecitas sin compromiso ni entendederas?

4.- Jaime Lozano visualiza perfectamente el escenario. Tendrá jueces y arpías montados en la tribuna y en el palco de honor. Demasiadas bayonetas apuntando al pecho. La afición, que espera el milagro de ganar, gustar y golear a una Honduras en transición. Los directivos que esperan que no los ridiculice en una nueva toma de decisiones. Y la Concacaf que anhela que la afición mexicana sea engatusada nuevamente.

5.- Hereda traumas y taras. Bastante peculiar es que La Bomba recurriera a jugadores para hurgar en el vientre del Tri. Ahora, el jugador adquiere un poder peligroso. El técnico tiene que ser de su apetito, de otra manera, más allá de que el mismo Rodríguez cuestionó su dignidad profesional, el futbolista tendrá enquistado ese poder subliminal y subversivo.

6.- A prueba su propia capacidad. Cocca habrá provocado repulsa por horarios extremos de trabajo, imposiciones, pero el jugador aceptaba su conocimiento de futbol. Lozano tendrá que cuidar la línea de complacencia, pero, además, demostrarles a los jugadores que su librito es mejor que el de su antecesor.

7.- ¿Recuerda cómo Cocca dijo que necesitaba ganarse la confianza de los jugadores para poder imponer una idea de juego? Llegando como interino, Lozano ya llega condicionado. El futbolista sabe su efímera condición al mando. Y el seleccionado mexicano sabe, cínicamente, que tiene un puesto seguro bajo la implacable realidad de que no hay más en el horizonte.

Por lo pronto, Lozano y su equipo empezaron a trabajar desde el domingo mismo, cuando sabían que se harían cargo de la Selección Mexicana. Tienen preparados videos, detalles, estadísticas sobre Honduras, y también la recopilación de datos recopilados del rendimiento de cada jugador en la cancha ante Estados Unidos y Panamá. Las estadísticas biométricas no son definitivas, pero son una guía.

Según la explicación de Juan Carlos Osorio, este tipo de archivos de un juego, permiten hasta descubrir el grado de estrés e intensidad que cada futbolista vive durante un partido y esto habla más del ser humano que del jugador.

Por otro lado, Jimmy Lozano, llega con un poderoso respaldo. El contexto del anuncio de Juan Carlos Rodríguez es muy diferente al de Diego Cocca, quien nunca tuvo un hombre fuerte para respaldarle en su proyecto, más allá de Rodrigo Ares de Parga, un personaje repelido de manera general por directivos del futbol mexicano, incluyendo los cercanos a sus mecenas: Jorgealberto Hank, Alejandro Irarragorri y el promotor Christian Bragarnik.