Luis Suárez debutó oficialmente el martes 3 de mayo del 2005 ingresando al minuto 76 en la visita de Nacional a Junior de Barranquilla por la sexta fecha del Grupo 5 de la CONMEBOL Libertadores de aquel año.
El equipo uruguayo había viajado a Colombia con muy pocas posibilidades de avanzar a los octavos de final dado que había sumado sólo tres puntos en la fase de grupos, habiendo derrotado únicamente a Olmedo en Ecuador, cayendo en sus tres presentaciones como local y también perdiendo en su encuentro ante River argentino en el Monumental de Núñez.
El entonces entrenador del Bolso, Martín Lasarte, recordó en ESPN: “Llevamos a Luis a Colombia y entró al minuto 76 como extremo derecho, y lo hizo bien, mostrando esa personalidad que poquito a poco se iba afirmando y que nos iba demostrando lo que fue ocurriendo después”.
Suárez tenía 18 años e ingresó por Rodrigo Sebastián Vázquez en el Estadio Metropolitano de Barranquilla. En ese encuentro ante Junior, Nacional comenzó jugando con el arquero Sebastián Viera, los defensas Federico Raríz, Carlos Valdez, Mauricio Victorino y Daniel Leites, los volantes Fabián Coelho, Óscar Javier Morales y Vázquez, el enganche fue Martín Ligüera y los delanteros titulares fueron Alexander Medina y Gonzalo Chory Castro. Por su parte, Junior, dirigido por el argentino Miguel Ángel López, formó con Carlos Pérez; Jorge Amara, Marcelo Méndez, Francisco Alvear, Hayder Palacio, Cristian Racero, Juan Fernando Leal, Lincarlos Henry, Omar Pérez, Emerson Acuña y Martín Arzuaga. Los cambios locales fueron los ingresos de Quintero por Leal (46’), de Torres por Amara (60’), y de Cassiani por Henry (86’).
El brasileño Heber Lopes, acompañado en las líneas por sus compatriotas Salvio Fogundes y Roberto Braatz, fue el árbitro del encuentro que terminó con triunfo local por 3 a 2. El Chory Castro había puesto en ventaja a la visita con un tanto a los 13’, pero Arzuaga empató a los 18’.
En el complemento, Juan Ángel Albín (quien había ingresado a los 67’ por Leites) anotó el 2-1 tricolor al minuto 83, pero dos goles en el final del encuentro (Palacio de penal a los 85’, y Arzuaga al minuto 90) sentenciaron el triunfo y la clasificación para el elenco cafetero.
Antes de esos primeros minutos oficiales de Suárez, el Loco Sebastián Abreu en un entrenamiento en Los Céspedes le había dicho a Lasarte que el día que ‘pusiera a este gurí, me voy a tener que buscar un laburo’.
Es que la calidad y la ambición de Suárez se veía en cada práctica: “Hacía todo bien, y tenía la particularidad de que no necesitaba que le fabricaran mucho, bastaba con darle una pelota más o menos y se sacaba uno o a dos de encima e iba para adentro”, rememoró en ESPN el entrenador Lasarte, quien respaldó y confió en Suárez aún cuando parte del público tricolor dudó en algún momento de sus condiciones.
“Tuvo la mala fortuna que no pudo convertir algún gol bastante claro que le quedó en los primeros partidos, pero ahí estuvo su personalidad; hubo mucho grito de la tribuna y mucha sensación negativa para con él, hasta que metió el primer gol, luego otro y otro, fuimos campeones, salió goleador y se fue a Holanda. Así es el fútbol”, destacó Lasarte.
El técnico, quien también recordó que a Suárez ‘había que echarlo de los entrenamientos porque se quería quedar a patear más de 50 tiros libres’, subrayó: “¿Qué es la competencia para Luis? Es la sangre. Estos jugadores son competitivos para todo aunque no haya nada de por medio, solamente el querer ganar, que al final es el alma amateur de todo esto: querer ser mejor que el otro, el mejor de esta vereda, de esta cuadra, de la escuela, y el mejor en lo que te toque”.
Tras aquel 3 de mayo del 2005, Suárez continuó demostrando su voracidad competitiva, su calidad y su sensacional instinto de cara al arco rival, aspectos que lo llevaron a superar los 500 goles en su carrera y, entre tantos galardones, convertirse en el máximo goleador histórico de la Selección Uruguaya.