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Los puntos fuertes que llevaron a Peñarol a consagrarse campeón Uruguayo

Diego Aguirre construyó un equipo con Peñarol. 1950foto

En su libro La metamorfosis, Pep Guardiola se pregunta qué es un equipo. Y responde: “Desde luego, es un ser vivo. Y también es una congregación de fuerzas: futbolistas, entrenadores, hinchas, contexto compuesto en que se encuentran inmersos, contexto compuesto por rivales, periodistas, el azar y el momento histórico que a cada cual le toca vivir. Todo ello compone la esencia de un equipo. Y, principalmente, un equipo es la voluntad de ser. Un equipo es querer serlo. Construir un nosotros a partir de numerosos yo. Construirlo y dirigirlo con un rumbo concreto. Un equipo es un pacto. Y el fútbol es de los equipos. Los buenos entrenadores viven dos vidas: la suya propia y la de sus equipos”.

El pensamiento de Guardiola genera preguntas para el campeón uruguayo. ¿Qué fue Peñarol? ¿Cuáles fueron sus principales virtudes?

Se puede concluir que Diego Aguirre construyó un equipo. Un conjunto de hombres donde cada uno interpretó su rol y lo llevó adelante a la perfección. Acaso el ejemplo más claro sea Maximiliano Silvera. Es el 9, debería ser el goleador, pero fue un jugador de rol por excelencia. Un canto al sacrificio.

¿Por qué empezar por el 9? Porque Silvera es el claro ejemplo del jugador que sumó para el colectivo. Jamás una mala cara o desesperación y egoísmo por el gol. Por el contrario. Se ofreció siempre como pase de descarga, liberó espacios, y fue al sacrificio sin complejos.

Otro punto destacado y que forma parte de la idea del DT es que Peñarol basó su juego en los extremos. Generó de afuera hacia adentro. Allí fueron importantes todos los que jugaron aprovechando sus momentos. Leonardo Sequeira en el Apertura, Javier Cabrera por su regularidad, y la aparición de Jaime Báez.

Los referidos jugadores se complementaron muy bien con los laterales. El técnico Aguirre los terminó rotando y argumentó: “Los estoy rotando porque son todos de primerísimo nivel, tanto por izquierda como por derecha. Está bueno tener jugadores del mismo nivel adentro y afuera”.

Leo Fernández, la diferencia

Si hay un jugador que marcó claras diferencias a lo largo de la temporada fue Leonardo Fernández. El volante fue el mejor jugador del campeonato. Desnivelante por donde se lo mire. Y con una enorme virtud: sacó a Peñarol de varios problemas con su pegada de pelota quieta.

Bajo el sistema implementado por Aguirre, de jugar con doble 5 y tres volantes por delante, Fernández se sintió como pez en el agua. Jugó con libertad de movimientos.

Pero, cuando el equipo requirió de su capacidad para lanzar pases, no tuvo inconveniente en acomodarse a jugar como doble 5 al lado de Damián García.

El doble cinco de Peñarol fue otro aspecto resaltable. García fue inamovible y sus compañeros fueron rotando: Ramírez, Darias, Leo Fernández, Cristóforo, Nacho Sosa.

García fue el faro guía en el sector central de la cancha. Jugó con un aplomo de un jugador de mil batallas.

El arco y la defensa

El sector defensivo de Peñarol es otro punto fuerte a destacar del equipo de Diego Aguirre, no en vano fue el menos vencido del campeonato.

El entrenador tuvo un rol preponderante con dos decisiones que tomó en el transcurso del torneo. La primera fue la consolidación de Washington Aguerre como golero titular.

El DT lo respaldó cuando existían dudas sobre el rendimiento y el comportamiento del golero. Aguerre respondió en la cancha.

Y el segundo aspecto que marcó un quiebre fue cuando el técnico pasó a Javier Méndez de la mitad de la cancha a la zaga. Allí se terminó de consolidar el sector defensivo.

Y finalmente, un detalle que no es menor, fue la rotación a la que apeló el técnico Diego Aguirre cuando el equipo estuvo en la doble competencia. Movió la menor cantidad de piezas posibles.