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Figueroa acusado de vendido en Peñarol y Prieto quemado con mate en Nacional: historias de chilenos en Uruguay

Eduardo Vargas se suma a la escasa lista de jugadores de Chile que jugaron en el fútbol uruguayo, en la que se encuentra Elías Ricardo Figueroa. X/OficialCAP

Peñarol perdió un clásico y los zagueros fueron acusados de vendidos. Nacional fue a buscar a Nacho Prieto y el presidente Pons le dijo: “Con usted tenemos que ganar la Libertadores”. Y el polémico Eduardo Bonvallet expresó alguna vez: “Uruguay tiene una cuestión genética que va en la sangre. La sangre del uruguayo no es azul, ni roja, es ultra celeste, única, como el cielo. Están acostumbrados a ganar”.

Las descripciones son elocuentes. Si hay algo que los chilenos admiran de los uruguayos es su mentalidad ganadora. Y es lo que les llama la atención a los pocos futbolistas que llegaron de Chile a probar suerte en Uruguay.

Las historias de los jugadores chilenos que vinieron a esta tierra son tan increíbles como reales y van desde la acusación de “vendido”, que recibió Elías Ricardo Figueroa en Peñarol, al mate caliente y la mochila que le cargaron de tener que ganar la Copa CONMEBOL Libertadores a Ignacio Nacho Prieto en Nacional.

Hoy es el turno de Eduardo Vargas, y por tal motivo, ESPN repasa algunas de las historias de los jugadores chilenos en el fútbol uruguayo.

Quemaron a Nacho Prieto

Allá por la década del 60 Nacional convivía con una obsesión: ganar la Copa CONMEBOL Libertadores. Fue entonces que en 1968 el presidente de entonces, el Dr. Pons Etcheverry, se tomó un avión y se fue a Chile a buscar al volante Ignacio Nacho Prieto que se había coronado campeón con la Universidad Católica.

En el primer encuentro, el presidente tricolor le tiró: “Vine a Chile a buscarlo porque con usted tenemos que ganar la Copa Libertadores”.

Pero para aquel Nacional fue debut y despedida porque quedó eliminado en la primera ronda. Pons Etcheverry ya no estaba en la directiva y el presidente era Miguel Ángel Restuccia, al que Prieto se apersonó y le dijo: “Mire Don Miguel, me fueron a buscar con la idea de llegar a la final de la Libertadores y no se logró, así que pongo a disposición de Nacional si quieren que siga o me dicen hasta luego”.

Don Miguel lo miró, y respondió: “Usted está pensando mal, se va a quedar hasta que seamos campeones de la Copa Libertadores”.

En 1971 los tricolores se sacaron la espina y conquistaron el título. Pero entre las anécdotas que más recuerda Prieto de su paso por Nacional fue la del día que llegó a Los Céspedes y sus compañeros estaban tomando mate.

“Cuando recién llegué a Nacional me hicieron tomar mate, pero me lo dieron con la bombilla hirviendo y me quemé. Nunca más quise tomar, hasta que estuvimos con Juan (Mugica) en Francia, en Lille juntos. Ahí lo acompañaba con el mate y nos miraban como a pájaros extraños”, comentó en una nota del diario El País.

En esa charla, que se dio en el marco de un homenaje que realizó Nacional al plantel campeón, Prieto recordó otra anécdota: “Estábamos festejando con los dirigentes en el séptimo piso del hotel en Lima y se empezó a mover todo. Salimos corriendo para la calle. Soy de un país de terremotos constantes, pero me dio tanto miedo que me volví en un avión que no era el que me correspondía. Me vine antes”.

Acusan a Figueroa de “vendido”

El zaguero Elías Ricardo Figueroa fue otro de los jugadores chilenos que llegó a Uruguay en la década del 60. El defensa llamó rápidamente la atención en el Mundial de 1962, disputado en Chile, lo que llevó a que Independiente estuviera a punto de contratarlo. Sin embargo, desembarcó en Peñarol.

“El Uruguay me enseñó a jugar al fútbol como se debe hacer. Sobre todo sin la blandura que imperaba en el fútbol chileno en mis comienzos. Cuando llegué a Uruguay no sabía lo que era jugar con canilleras y acá tuve que aprender rápido a utilizarlas”, comentó Figueroa en Estrellas Deportivas de El Diario en noviembre de 1978.

Y reveló una anécdota que lo marcó, sobre todo por cómo tomaban los uruguayos la derrota.

“Recuerdo un hecho que me sucedió en Uruguay, donde mi esposa tuvo una intervención fundamental. A poco de mi llegada a Peñarol, en 1967, fuimos eliminados por Nacional de la Copa Libertadores en un partido que empatamos 2 a 2. Me acuerdo como si fuera ahora el gol del argentino Ruben Sosa en el arco de la Colombes. En el ataque de Nacional jugaron aquel partido Celio y el argentino Ruben Sosa y nosotros atrás Errea, Lescano y yo, tuvimos algunos problemas en la marcación y al final lograron empatarnos. Al finalizar el partido, en esa desazón lógica de cualquier vestuario después de no haber alcanzado el triunfo, entró un dirigente y gritó que todo el triángulo final -en el que ocasionalmente no había uruguayos- nos habíamos vendido y que de inmediato nos daba el pasaporte”.

Figueroa agregó: “Entonces yo tenía 19 años y el hecho me afectó muchísimo. Volví a casa y le dije a mi esposa que nos volvíamos para Chile, que iba a dejar de jugar al fútbol y un montón de cosas más. Esa noche conversamos mucho, miramos el futuro, y finalmente me quedé en Montevideo y pude concretar una buena campaña en Peñarol”.

Invasión chilena

En el año 2020 varios futbolistas chilenos jugaron en el fútbol uruguayo. Christian Bravo llamó la atención con sus actuaciones Wanderers y pasó a Peñarol. Sus condiciones abrieron la puerta para sus compatriotas Marcelo Allende (Montevideo City Torque), Gonzalo Jara (Progreso), Gonzalo Reyes (Wanderers) y Sebastián Contreras (Juventud de Las Piedras).

Las actuaciones de Bravo en Wanderers no solo habilitaron su pase a Peñarol sino que fueron determinantes para ser convocado a defender a la Selección de Chile.

“Uno de los objetivos al venir para acá fue ese, retomar el camino a la carrera, enfocarse en dar el 100% acá en el fútbol uruguayo, ya que es un fútbol fuerte. Como me caracterizo por ir al choque, me gusta el juego brusco, pensaba que me iba a ir bien y así fue”, comentó Bravo en conferencia de prensa.

Cuando Bravo pasó a Peñarol, los bohemios contrataron a otro chileno: Gonzalo Reyes, que había jugado en Juventud de Las Piedras.

“El fútbol uruguayo es muy aguerrido, de mucha fuerza, parecido a la B de Chile, pero con más dinámica, más juego. Es un fútbol que uno tiene que estar siempre alerta para controlar el balón, jugar y salir rápido”, comentó Reyes en nota con ESPN.

El volante habló de su compatriota Bravo del que dijo que era una suerte de inspiración. “Uno se fija en todos los jugadores y él lo hizo muy bien acá en Wanderers. Me tocó venir y, quizás, reemplazarlo, porque también soy chileno, y espero hacerlo bien y seguir adelante”.

Al tiempo que Gonzalo Jara llegó ese mismo año a Progreso, tras haber quedado libre del Oliveirense de Portugal, y dijo que tomaba el reto como una vidriera: “La liga uruguaya es muy completa, muy intensa, con mucha vitrina, especialmente para los jóvenes”.

Pero el que más se destacó en los últimos tiempos fue Marcelo Allende, un rápido y hábil delantero que llegó a Montevideo City Torque proveniente del Magallanes de su país. Sus actuaciones en Uruguay le permitieron debutar en 2021 en la Selección de Chile.

Hoy es el turno de Eduardo Vargas, un jugador con enorme trayectoria que tendrá el reto de emular a los únicos dos jugadores chilenos que dejaron su huella en Uruguay: Nacho Prieto y Elías Ricardo Figueroa.