Agustín Álvarez Wallace conversó esta semana sobre sus expectativas de cara a la temporada 2022, donde espera tener mayor participación en el primer equipo de Peñarol. El joven volante también recordó la definición del Campeonato Uruguayo 2021 y reveló que pidió efusivamente patear el quinto penal en la definición ante Plaza Colonia.
En el programa ‘Fútbol a lo Peñarol’ (Radio 1010), el futbolista de 20 años destacó que el equipo viene trabajando de buena manera para afrontar los amistosos de pretemporada, que se verán en vivo por Star+, donde hay previsto dos clásicos ante Nacional, y el inicio de la actividad oficial, que para el Carbonero comenzará el domingo 30 enfrentando a Plaza por la Supercopa.
Álvarez Wallace se reintegró este jueves por la mañana a los entrenamientos en Los Aromos tras haber dado positivo de coronavirus: “Lamentablemente nos tocó tener de nuevo el COVID. Por suerte no tuve ningún síntoma, si no me hisopaban no me daba cuenta que tenía COVID”.
“Más allá de no tener síntomas, los médicos te recomiendan no entrenar por las dudas por si tenía algún mareo por ejemplo, y entonces son siete o diez días que te perdés de entrenar con tus compañeros. Este jueves por la mañana ya volví, por suerte habían bajado las cargas de los trabajos así que pude entrenar a la par del resto del plantel”, destacó.
Y agregó: “Por un lado fue mejor para no agarrarme el covid en plena competencia como me pasó el año pasado, donde me perdí quince días y luego me había costado volver”.
El mediocampista, que debutó en Primera en julio del 2019, pudo disputar catorce encuentros en la temporada 2021, jugando seis partidos por el Apertura, tres por el Clausura, cuatro por la Sudamericana e ingresando para los últimos quince minutos de la final del Campeonato Uruguayo ante Plaza Colonia.
En ese encuentro decisivo ante el elenco Patablanca, Álvarez Wallace fue el encargado de rematar y convertir el quinto penal carbonero, aunque luego la serie continuó y se definió con el remate de Nicolás Gaitán, el noveno ejecutante de Peñarol.
“En la previa yo hablaba con mis compañeros y les decía que si íbamos a penales yo iba a patear quinto, me decían que no me daba. Llegado el momento, Mauricio (Larriera) estaba eligiendo, y Ruben (Bentancourt) dice que lo iba a patear él, pero yo le digo: ‘No, el quinto lo pateo yo’. Mauricio da la lista, y Bentancourt va cuarto y yo quinto. Por suerte se dio todo bien, quería cerrar yo la llave pero no se pudo dar”, relató el joven futbolista.
Luego agregó sobre la definición: “Para nosotros se nos hizo eterno, luego de que marcó Nico (Gaitán) fue una descarga tremenda, fue una noche imborrable e inolvidable”.
“Creo que nos merecíamos ese campeonato porque habíamos pasado por muchas cosas, al principio no se nos habían dado los resultados. No es fácil estar en Peñarol y manejar la presión de la gente cuando no ganas, y creo que fue un descargo para todos; muchas veces se equivocaron con nosotros, pero con trabajo y en silencio pudimos sacarlo adelante y terminó como todos merecíamos”, destacó.
En relación a esta temporada 2022, el volante dijo que es clave que el club que lo formó lo considere como parte importante del primer equipo: “Eso a uno lo motiva. No es fácil estar en Peñarol y manejar la presión, se te vienen muchas cosas a la cabeza cuando entrás a la cancha y estás jugando en Peñarol, es complicado pero hay que saber sobrellevar eso”.
“Por suerte se ha formado un grupo tremendo, que siempre laburó y priorizó lo colectivo y nunca lo individual, eso se reflejó en la temporada pasada y esperemos que este año suceda lo mismo”, consideró.
Y señaló: “Me da esa sensación que para mí será un lindo año, ojalá que en lo grupal también. Obviamente que si le va bien al grupo, le irá bien a uno. Ojalá pueda tener más minutos, el respaldo de la gente me emociona y me da más fuerzas para seguir adelante. Como siempre decimos, en Peñarol siempre se sale a ganar todos los partidos, cada encuentro es una final y eso te lo inculcan desde las formativas”.
A propósito de las juveniles carboneras, el volante destacó dos entrenadores que fueron muy importantes en su camino a Primera División: “El Chueco José Perdomo me marcó mucho, fue un antes y un después, y Raúl Salazar también me ayudó muchísimo. Cuando a Facundo (Torres) y a mí nos bajaban a Tercera, sufríamos muchísimo y eran momentos complicados, y Raúl supo cómo sacarnos el mayor provecho para poder estar hoy ahí arriba”.