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El canje de Herschel Walker marcó el destino de la dinastía de Cowboys

BRISTOL -- Fue el trote que desató una carrera.

En ese entonces, dos días del 5° juego de la temporada 1989, los Dallas Cowboys eran el Equipo Sin Triunfos de América. Acababan de perder por 31-13 ante los Packers en Green Bay y había murmullo en Dallas y versiones alrededor de la liga que el propietario y gerente general de primer año, Jerry Jones, y el head coach novato Jimmy Johnson estaban rebasados por la situación.

Pero hubo un brinco en el paso de Johnson mientras le decía a sus auxiliares que era momento del trote usual a la hora del almuerzo, un martes 10 de octubre.

"Así era Jimmy", afirma Tony Wise, su coach de línea ofensiva. "Nos pateaban el trasero cada semana, pero aparece en mi oficina para decirme que está listo, actuando como si fuéramos 5-0. Así que acomodo mi contador y partimos hacia Valley Ranch para lo que llamábamos nuestra 'junta de personal móvil'".

La carrera consistía en 1.5 millas hacia el desarrollo incompleto que se construía alrededor del complejo de entrenamiento de los Cowboys en Irving, pasando casas sin vender y lotes baldíos en calles de nombre Staubach Drive y Howley Court o White Lane. En ese día, el grupo estaba conformado por Johnson, Wise, el coordinador ofensivo David Shula, el coordinador defensivo Dave Wannstedt, el preparador físico Kevin O'Neill y el asistente administrativo de Jimmy, Bruce Mays.

"Éramos muy lentos para David Shula, así que usualmente le veíamos el polvo", cuenta Wannstedt. "Si David hubiese sabido lo que Jimmy estaba por decir, quizá no se hubiera adelantado". Cuando el grupo llegaba a la cima de una subida, comenzaban a caminar de regreso. Allí es cuando Johnson soltó la bomba.

"A seis cuadras del final", recuerda Johnson, "les dije que la única forma de arreglar esto era canjear a nuestro mejor jugador. Les dije que debíamos canjear a Herschel Walker".

"¿Cuál fue mi reacción?", dice Wannstedt. "Le pregunté a Jimmy, 'después de hacer eso, ¿crees que te contraten en Texas A&M y nos llevas contigo?'".

El personal tenía todo el derecho a preocuparse. Walker era el único jugador que justificaba la estrella en el casco de los Cowboys: el ex ganador del Trofeo Heisman acumuló 1,514 yardas el año anterior al tiempo que ganó 505 yardas más por aire.

"Te diré cuánto significaba él para la franquicia. El código de seguridad en las instalaciones era 3412: 34 para Herschel, 12 parea Staubach", recuerda Kevin O'Neill.

"Ya estábamos 0-5 con todo y él"
Pero Johnson no estaba enamorado de Walker de la misma forma que otras personas. Para empezar, prefería corredores más ágiles sobre los de poder como Walker. Por otro lado, veía a Walker como un papel estelar que no brillaba mucho en el departamento de la química.

"Ya estábamos 0-5 con todo y él, el peor equipo en la liga", afirma Johnson. "Éramos viejos y lentos, y necesitábamos adelantarnos al proceso de reconstrucción. Debía encontrar la forma de aprovechar nuestro mejor activo hacia todo el equipo". ¿Qué tan malos eran los Cowboys? Todos los jueves sostenían audiciones con jugadores que quizá, sólo quizá, podrían ayudarlos.

"La progresión normal de un jugador de la NFL es aprenderse el libro de jugadas en el campamento de entrenamiento y durante la semana", considera Wannstedt. "Bueno, a media temporada, teníamos que enseñarle a los jugadores cómo agruparse propiamente".

"Aquí están los Dallas Cowboys de 1989 para ustedes: recuerdo a un liniero defensivo salido de Tulsa de nombre [Kevin] Lilly. Se probó un martes, firmó el miércoles, se tomó la foto con el equipo el jueves, jugó el domingo y lo cortamos el lunes", recordó Johnson.

Los Cowboys sí tenían dos mariscales de campo buenos y jóvenes: Steve Walsh, quien jugó para Johnson cuando ganaron el campeonato nacional en la Universidad de Miami, y su selección N° 1 del draft salido de UCLA, Troy Aikman.

Pero la ofensiva estaba realmente construida alrededor de Walker, así que cuando Shula y el coach de mariscales de campo Jerry Rhome escucharon sobre el trote, no estaban contentos. "Se molestaron mucho", cuenta Johnson. "Pero sabía que no podíamos esperar una construcción a través de nuestras selecciones regulares del draft. Necesitábamos muchas casillas".

En palabras de Wannstedt: "Tras la corrida, pensábamos que Jimmy dejaría pasar la idea, pero en la cena, se acercó y nos dijo, 'tengo el acuerdo en proceso'".

El equipo que Johnson había contactado eran los Cleveland Browns porque se gerente general, Ernie Accorsi, había expresado interés en Walker. Trabajando con la autorización del dueño de los Browns, Art Modell, Accorsi ofreció un jugador, dos futuras primeras rondas y tres segundas.

Era un trato justo, pensó Johnson, pero quería involucrar otro equipo para al menos aumentar las ofertas, así que el miércoles, llamó a Mike Lynn de los Minnesota Vikings, quien se refirió a Walker durante la temporada.

Johnson planteó un acuerdo complicado que involucraba selecciones de draft, jugadores y casillas condicionales de draft ligadas a jugadores. De acuerdo con el libro "The Greatest Team Ever" de Ron St. Angelo y Norm Hitzges, Johnson también puso a Lynn contrarreloj, asegurando que esperaba su respuesta para las 6:30 p.m. o voltearía hacia Cleveland.

Los Vikings estaban 3-2 al momento y apostaban en llegar a los playoffs, y Lynn sentía que Walker podía ayudarlos a dar el salto. Pero mientras los dos equipos llegaban a un arreglo sobre los detalles, también necesitaban la aprobación de alguien más: Walker:

Allí es cuando Jerry Jones apareció. Aunque en el futuro tuvieron un desencuentro, los JJ's eran como Lennon y McCartney en los días de Hamburgo, alimentándose del talento mutuo.

Los Cowboys tenían todo el derecho de canjear a Walker, pero la ventaja de él era simple: el retiro. Así que Jones tuvo que contactar a Walker y su agente, Peter Johnson. El resultado de las negociaciones nocturnas fue que Jones pagaría un bono de salida de 1.25 millones de dólares, mientras los Vikings prometieron una casa gratis en Minneapolis que se comparase con la se él en Dallas, y un Mercedes-Benz de su elección. A las 6:15 a.m. del jueves 12 de octubre de 1989, Walker llegó a Valley Ranch para vaciar su casillero. Mientras sucedía, los dueños de la NFL estaban en Dallas para nombrar a Paul Tagliabue como su nuevo comisionado. Hubo un poco más que ironía en el nombre del poblado en que se reunieron: Grapevine.

En el curso de las siguientes horas, el mundo al fin se enteró del canje más amplio --y complejo-- en la historia de la NFL. Como lo expuso el gerente general de los new York Giants, George Young, "el acuerdo por el canje pudo ser más largo que la Carta Magna".

"El gran robo del tren"
Los términos básicos eran que los Cowbpys cederían a Walker a los Vikings, su tercera y 10ª selección de 1990 y la tercera de 1991. A cambio, Dallas recibiría a los apoyadores Jesse Solomon y David Howard, al ala defensiva Alex Stewart, al corredor Darrin Nelson, el esquinero Issiac Holt y la primera, segunda y sexta ronda de Minnesota para 1990. Pero cada uno de los jugadores que Dallas recibió tenía una selección condicional adjunta se resultaban cortados antes del 1° de febrero de 1990. Allí es donde el acuerdo se complicaba... y Johnson obtuvo lo que realmente quería.

"Jimmy iba con la corriente", considera Bruce Mays, su asistente en la época. "Por ello me refiero a que ve cosas por debajo de la superficie, que es donde los Vikings pensaban. Vaya, era inteligente".

"No lo sabíamos entonces", comparte Wannstedt, "pero Jimmy estaba convirtiendo su as en un full".

Antes que Johnson pudiera hacer eso, no obstante, Mays tenía una pequeña labor. "Yo era quien debía crear el nuevo código de seguridad", relata.

Johnson presumió a la prensa que acababa de cometer el "Gran Robo al Tren", pero la reacción en Dallas fue de sorpresa... y preocupación. "Los Vikings obtienen a Herschel Walker", escribió Randy Galloway en The Dallas Morning News. "Los Cowboys no obtuvieron más que un puñado de humo por parte de Minnesota. Y quién sabe si volverá a haber fuego".

Frank Luksa del Dallas Time-Herald estuvo de acuerdo, comparando la cosecha de los Cowboys con "una bolsa de frijoles y una vaca que será nombrada después".

La única voz de apoyo que emergió de los medios vino por parte del estimado colega de Galloway, Blackie Sherrod, quien escribió: "Habrá quiénes opinen que los Jaybirds fueron tomados como un par de rubís en un carnaval. Pero atención, hay sospecha que hay más valor que el anunciado en el canje... allí es donde podrían entrar las 'selecciones condicionales de draft' en la escena".

Si los aficionados Cowboys no estaban contentos cuando escucharon las noticias el jueves, ciertamente tampoco lo estuvieron al domingo siguiente, cuando vieron al regresador de patadas darryl Clack suplir a Walker y correr para 32 yardas en 12 acarreos durante la derrota por 31-14 ante los 49ers en casa. En el mismo día, Walker regresó una patada de salida 51 yardas la primera vez que tocó un balón con uniforme de Minnesota, y corrió para otras 148 yardas en la victoria de 26-14 sobre Green Bay.

Uno de los jugadores que los Cowboys obtuvieron en canje, Nelson, rechazó reportarse y fue canjeado a San Diego por dos selecciones de draft: una sexta ronda en 1990 y otra de segunda ronda para 1991.

Stewart era perezoso, consideró Johnson, así que lo cortó y reclamó la segunda ronda de 1990 que estaba ligada hacia él. El coach mantuvo a los otros, pero indicó a los coaches no alinearlos.

En palabras de Wannstedt: "Le dije, 'Jimmy, estos muchachos son mejores de lo que tenemos'. Y me dijo, 'ya sé, pero tengo otra cosa en mente'".

Al no iniciar a los jugadores, Johnson le dejó claro a Lynn y al resto de la liga que no necesitaba el equipaje, que sólo quería las selecciones de draft.

"Sí quería quedármelos", confiesa Johnson, "pero Mike no regresaba mis llamadas. Finalmente, tuve que notificarle a la liga mis intenciones de cortarlos antes que él me llamara". Lynn y Johnson aterrizaron otro acuerdo que disminuyó el costo de draft para los Vikings y permitió a los Cowboys quedarse con Solomon, Howard y Holt.

En retrospectiva, es difícil creer que tanta gente subestimó a Johnson. Pero en ese entonces, mucha gente lo veía como un coach colegial con acento y corto de pelo.

Pero ese historial colegial y esos acólitos como Wannstedt, Wise, Butch, Davis y Dave Campo, demostraron ser la clave para convertir esas selecciones de draft en oro.

"Los Rams intentaron hacer lo mismo cuando canjearon a Eric Dickerson a los Colts dos años antes", expone Johnson. "Pero eso no funcionó porque escogieron a los jugadores equivocados".

"La ventaja que teníamos era que habíamos visto a los jugadores que reclutaríamos. Teníamos relación con otros coaches asistentes, así que ya sabíamos a quién llamar para obtener una reseña honesta. ¿Por qué piensan que Pete Carroll y Chip Kelly han sido tan exitosos entre los profesionales? Sí, saben cómo enseñar y motivar, pero también saben cómo obtener la información que necesitan para hallar talento".

Correcto, con sólo 56 días para prepararse rumbo al draft de 1989 tras ser nombrado como reemplazo de Tom Landry, Johnson tomó a Aikman, al fullback de Syracuse, Daryl "Moose" Johnson, al centro de Pittsburgh, Mark Stepnoski y al ala defensiva de Texas-El Paso, Tony Tolbert; todos jugadores de Pro Bowl que ayudaron a Johnson en la reconstrucción de los Cowboys.

"Fantasy football ante de la existencia del fantasy football"
Johnson nunca dejó de trabajar las selecciones que recolectó en el canje por Walker. En sus cinco años con Dallas, realizó 51 canjes, casi todos con injerencia en casillas de draft. "Jugaba fantasy football antes de la existencia del fantasy football", recuerda Johnson.

"¿Ya saben cómo es?", pregunta Mays. "Era como verlo sentado en una mesa de blackjack y jugando todas las manos. Algo que lo he visto hacer".

El resultado final de toda esa circulación y reparto fue que Johnson obtuvo el corredor astuto que siempre quiso, Emmitt Smith de Florida, en la primera ronda del draft de 1990; el tackle defensivo Russell Maryland de Miami en la primera ronda de 1991; el esquinero Kevin Smith de Texas A&M en la primera ronda de 1992; el profundo Darren Woodson de Arizona State en la segunda ronda de 1992 y el esquinero Clayton Holmes de Carson-Newman en la tercera ronda de 1992.

Walker ayudó a los Vikings a llegar a playoffs en el 89, donde perdieron contra los 49ers en la primera vuelta. Pero tanto él como Lynn sólo podían ver a Johnson y cía., rebasarlos hacia los campeonatos de Super Bowl en el 92 y 93.

Por desgracia, Johnson y Jones dejaron que sus egos los superaron tras la campaña del 93, aunque los Cowboys volvieron a ganar un Super Bowl en el 95 con muchos jugadores de los años de Johnson. "Realmente pienso que si Jimmy se hubiese quedado, habríamos ganado cinco Super Bowls", piensa Wannstedt.

El trote del almuerzo llevó a otras cosas más allá de los Trofeos Lombardi. Wannstedt y Shula consiguieron trabajos como entrenadores en jefe. Wise se convirtió en uno de los coaches de línea ofensiva más respetados en el deporte. O'Neill se fue con Johnson a Miami donde Jimmy tomó el puesto de entrenador en jefe en 1996 y se quedó allí hasta el año pasado, cuando se convirtió en daño colateral por el escándalo de Jonathan Martin y Richie Incognito. Mays permaneció con los Cowboys hasta su reciente retiro. Pero siempre tendrán esa junta móvil de personal en Valley Ranch. "Esos eran los mejores tiempos", recuerda Wannstedt. "No ganábamos, pero aun así, sabíamos que íbamos en esa dirección".

"Ya sabes, si Jimmy tocara mi puerta mañana y dijera, 'vamos a correr un poco', lo haría", asegura Wise.